Vinicius, Courtois y poco m¨¢s
Un Madrid muy raso, con ocasiones pero sin control, supera por los pelos a un animoso Valladolid (1-0), que regal¨® un gol al brasile?o y se estrell¨® contra el portero belga
Un Real Madrid algo pedestre encontr¨® amparo tras una pifia rival para sellar con Vinicius y Courtois la segunda victoria consecutiva. No fue un triunfo para fardar, pero los tiempos obligan a una especie de pretemporada en partidos oficiales. El Madrid se busca. Y busca Zidane, un tiro al aire cada jornada. Enfrente, un Valladolid animoso y con descaro que lleg¨® hasta donde le alcanza. Vinicius le hizo pagar con creces una errata may¨²scula de Bruno. Y Courtois le cerr¨® la puerta con unas cuantas intervenciones de m¨¦rito.
Qu¨¦ mal enemigo es este intrincado Zidane para todos aquellos apostantes que pretendan suponer su alineaci¨®n. Ni la pedrea. Las v¨ªricas circunstancias obligan a que gire la noria, pero con ZZ nunca se sabe d¨®nde parar¨¢. Lleg¨® el Valladolid al Di St¨¦fano y el preparador marsell¨¦s ventil¨® al mismo tiempo a los laterales a los que m¨¢s carrete da (Carvajal y Mendy dieron paso a Odriozola y Marcelo), repiti¨® con Isco en detrimento del velado Odegaard de inicio de curso... Y dio m¨¢s pista a Jovic, tan varado desde su llegada al Madrid que hay sectores del club que ya le ven m¨¢s fuera que dentro del Real.
As¨ª es ZZ. Cuando m¨¢s sombr¨ªo es el presente inmediato de un futbolista al que apenas le ha concedido dictado resulta que pasa revista a Jovic como titular en dos jornadas seguidas. En un Madrid m¨¢s bien raso, salvo Courtois, nadie se aup¨® por encima del balc¨¢nico. Por fin se le vio algo el colmillo ofensivo. Su veta atacante fue de lo mejor del Madrid. Su pre¨¢mbulo procur¨® una doble ocasi¨®n inicial de Marcelo y Valverde cerrada con una gran parada de Roberto al uruguayo. Luego no ajust¨® un gran servicio del propio Valverde y cerr¨® un consorcio con Modric con un remate a un lateral de la red. Por fin algo parecido al Jovic supuesto, al Jovic con atributos de un chacal que se puso en el escaparate de la Bundesliga. No se le espera en la articulaci¨®n del juego, pero s¨ª en la pirotecnia en el ¨¢rea rival. Frente al Valladolid le falt¨® el bingo, pero hasta su sustituci¨®n nadie hab¨ªa acoquinado al conjunto pucelano como el serbio, que cerr¨® su hora de juego con un cabezazo con cicuta que forz¨® otra estupenda intervenci¨®n de Roberto antes de que Casemiro estampara un remate en el larguero.
Ante un Madrid poco vivificante compiti¨® bien el Valladolid, equipo ordenado y con soltura que debe resetearse esta temporada. Su andamiaje defensivo ya no tiene el mismo sost¨¦n, con Salisu en la Premier y Kiko Olivas de baja de larga duraci¨®n. En Valdebebas, Sergio tampoco pudo tirar de Joaqu¨ªn. Con todo, en muchos tramos del choque al Valladolid se le vio campechano, c¨®modo. El Madrid, tibio, le dio cancha. La suficiente para que los visitantes enchufaran a Orellana. El chileno tiene clase, su f¨²tbol es enciclop¨¦dico y no le falta mala leche. Distrae si conviene, rastrea al compa?ero cuando conviene y hasta confunde si el juego lo precisa. Sobre el sonajero de Orellana gravit¨® con solvencia el Valladolid, equipo con picante por las bandas, pero al que le falta intimar con Weissman, potente ariete llegado de la liga austriaca con 30 goles en la mochila.
Cambio de sistema
Ya es costumbre que Courtois tenga un instante determinante en cada partido. Esta vez, ya en el segundo acto, el belga fue providencial en un disparo de Weissman y en un centro t¨®xico de Ra¨²l. El Madrid, sin ritmo, no remaba por fuera, no daba con Isco y el Valladolid iba a sus anchas. Cierto que no le faltaron oportunidades, pero s¨ª tanta fluidez como gobierno.
Contrariado, Zidane movi¨® el cesto cerca de la hora. Mascarilla para Odriozola, Isco y Jovic y despegue para Carvajal, Asensio y Vinicius. Esta vez, al contrario que en Anoeta y el Villamar¨ªn, los relevos supusieron un cambio de sistema. Del 4-4-2 al m¨¢s zidanesco 4-3-3, con Asensio y Vinicius de extremos. El Real mejor¨®. No encontr¨® continuidad, pero s¨ª dio con el gol. Un obsequio rival.
Apenas hab¨ªa dado una carrera Vinicius cuando a Bruno le dio por jugar al solitario al borde del ¨¢rea. El chico dio una pisada temeraria a la pelota y se la reba?¨® Vinicius con colmillo La jugada deriv¨® hacia Benzema, Bruno volvi¨® a interferir y su rechace le lleg¨® a Vinicius a un dedo del gol. El brasile?o sopl¨® la diana. No remiti¨® el Valladolid, al que le faltaron, como es l¨®gico, las descargas ofensivas de un Madrid. Incluso en las malas, el Real tiene sacudidas. Como la final de Modric, que en el ¨²nico error de Roberto estrell¨® un disparo en el poste izquierdo de la meta visitante. Un Madrid con algunos rasgos del Madrid post confinamiento que descorch¨® el t¨ªtulo. Un portero como escudo y un agitador como Vinicius y los violines de Benzema. Un Real con mucha diversidad, tanta que Zidane lo mismo arranca con Jovic que cierra la jornada con Borja Mayoral y por el camino encuentra a Vinicius.
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