La prueba del 9
Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que el debate no era qu¨¦ 9 necesitaba el Barcelona, sino si el Bar?a, su juego, necesitaba uno. Y m¨¢s cuando en esa posici¨®n jugaba Leo Messi
Traducci¨®n cl¨¢sica de 9: delantero centro de referencia, generalmente finalizador del juego, o sea, goleador y con poca participaci¨®n en la construcci¨®n del juego, salvo en los balones largos, donde se constituye en referencia para la salida del bal¨®n.
Se hace raro ver a Luis Su¨¢rez vestido de rojiblanco pero seguro que en nada nos habremos acostumbrado y, salvo en el partido contra el Bar?a, nadie va a sentirlo fuera de escena, sobre todo ¨¦l mismo, en esa sensaci¨®n extra?a de cuando vuelves a tu antiguo campo y dudas un segundo si ir al vestuario local o visitante.
Hasta se dir¨ªa que el Atl¨¦tico es un club que encaja muy bien con su ADN.
Hablando de ADN me vienen a la memoria los debates sobre la conveniencia del fichaje de Luis Su¨¢rez por el FC Barcelona. Recuerdo aquellos asuntos de que el Bar?a necesitaba un 9 pero para un plan B; ya saben: cuando el juego no da para ganar y hay que recurrir a la ¨¦pica, al centro sobre el ¨¢rea, a los balones bombeados y la segunda jugada.
Y para eso el perfil de Luis era demasiado grande, demasiado jugador para llamarle ¡°plan B¡±. No s¨¦ yo si me hubiera atrevido a llamarle para proponerle ese plan secundario. M¨¢s bien dir¨ªa que no.
Porque hubo un tiempo, no muy lejano, en el que el debate no era qu¨¦ 9 necesitaba el Bar?a, sino si el Bar?a, su juego, necesitaba un 9. Y m¨¢s cuando en esa posici¨®n jugaba Leo Messi, aunque a eso le llam¨¢bamos ¡°falso 9¡± o hasta ¡°9 mentiroso¡±, como si en el juego inteligente y creativo de Leo pudiera haber algo de falso.
Pero en esos debates se mueven tambi¨¦n otros equipos. Cojamos un cl¨¢sico, el Athletic Club. Uno dir¨ªa que la historia del Athletic se escribe entre 1 y 9 (s¨ª, ya s¨¦, me dejo gran parte de la historia rojiblanca fuera, pero es por resumir¡), con Zarra como gran 9 de la historia. Bueno, con Pichichi. Y estos dos dan nombre a los trofeos de los goleadores en Espa?a. Y esa herencia siguieron en los ¨²ltimos tiempos Urzaiz y Aduriz. Y ah¨ª andan los bilba¨ªnos dilucidando si hay que buscar nuevas formas de 9 con la velocidad de Williams o hay que buscar en el armario a un 9 de los de siempre como Villalibre.
Bueno, y si seguimos explorando veremos que el Real Madrid tiene un 9 que juega casi de 10 y que as¨ª y todo es un magn¨ªfico goleador como Benzema, pero que parece siempre con velo de bruma porque es un 9 que no es un 9. Como si eso fuera un problema m¨¢s que una soluci¨®n.
O, en el otro lado, las preguntas que se han hecho algunos seguidores sevillistas porque De Jong era un 9 demasiado 9, un cabeceador formidable y un punto de apoyo y salida magn¨ªfico para su equipo, pero no ese goleador letal que se demanda. Claro que si vamos a preguntarle a los centrales de Manchester United e Inter de Mil¨¢n seguro que tienen otra opini¨®n de ¨¦l. Ya no les digo si se lo preguntan a Niklas S¨¹le, central del Bayern M¨²nich, que todav¨ªa est¨¢ buscando por d¨®nde ganarle la posici¨®n de De Jong en aquella precisa dejada que propiciaba el penalti a Rakitic.
Pues eso, que para el 9 se hicieron las teor¨ªas y las especulaciones.
Disfrutemos de que Luis Su¨¢rez siga en nuestro f¨²tbol, ense?emos a los ni?os que quieren ser delanteros esa dejada de pared para dejar solo a Marcos Llorente con el portero, que los 9 m¨¢s cl¨¢sicos no solo viven de goles sino tambi¨¦n del juego.
PD: para lo del 9 se recomienda seguir a Iago Aspas, un 9 que juega con el 10 y es un 9 y medio.
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