N¨²meros 1
Hamilton, Nadal y LeBron, tres leyendas, tres estilos y tres formas de vivir
El pasado fin de semana fue de esos que destruyen todas las estad¨ªsticas al acumular en 24 horas, tal vez menos, el paso de tres deportistas de leyendas a s¨²per leyendas, o como se denomine a los que est¨¢n en el escal¨®n m¨¢s alto del olimpo deportivo.
Lewis Hamilton igualaba con 35 a?os el r¨¦cord de victorias de Michael Schumacher en la F-1. LeBron James, con los mismos 35 a?os, sumaba un anillo a los tres anteriores con la particularidad de haberlos conseguido con tres franquicias (aqu¨ª equipos) diferentes, Cleveland, Miami y Lakers. Y lo de Nadal ya lo tenemos muy presente: 20 Grand Slams, 13 Roland Garros y, t¨ªtulo que le concedo yo, para siempre en el coraz¨®n de los franceses amantes del tenis (creo que es el logro m¨¢s dif¨ªcil y meritorio que ya sabemos c¨®mo se las gastan por la Philippe Chatrier).
Tres personalidades que entran en el gotha del deporte, los tres de la misma generaci¨®n y tres discursos de entrada muy diferentes. Empecemos por el que tenemos m¨¢s cerca: Rafa Nadal.
A preguntas de EL PA?S, respond¨ªa: ¡°?Si ya soy el mejor? Sinceramente, no me importa¡±. Y su discurso recorr¨ªa a Federer y Djokovic y a la rivalidad que les hace mejores que tan bien le record¨® Roger en su mensaje de felicitaci¨®n, y a que ya habr¨¢ tiempo cuando acabe de seguir compitiendo para hacer esos balances. Se dir¨ªa que Rafa se recreaba en la felicidad del momento tras tantas cosas vividas en los ¨²ltimos tiempos. Eso que se dice ¡°vivir el momento¡±. ?Y qu¨¦ hicieron sus rivales? Federer le abri¨® la puerta del club de los excepcionales y Djokovic intent¨® entrar con toda la elegancia por la rendija abierta, pero me da que, de momento, se ha quedado fuera.
Cruzamos el Atl¨¢ntico y nos vamos a Disney Word, qu¨¦ mejor sitio para el espect¨¢culo y la diversi¨®n. Los Lakers derrotan a Miami y ganan el anillo de campeones. Cuarto t¨ªtulo para LeBron despu¨¦s de cuatro temporadas sin campeonar, 17 para los Lakers despu¨¦s de 10 a?os sin ganar. Las declaraciones del 23 salieron reivindicativas: ¡°Quiero mi maldito respeto y respeto para los Lakers¡±. LeBron utilizaba el enorme altavoz de la final de la NBA para reclamar su sitio porque debe sentir que alguien le ha movido la silla, y tambi¨¦n buscaba fijar la posici¨®n de su club dentro del duro ecosistema competitivo americano. Se dir¨ªa algo as¨ª como que el ¨²ltimo cap¨ªtulo de esta competici¨®n es el primero de la pr¨®xima temporada. Nunca es mal momento para reivindicar lugar y posici¨®n. Seguramente tiene tambi¨¦n que ver con las reivindicaciones contra la violencia racial que se mantuvieron a lo largo de toda la competici¨®n y a ciertas competiciones internas que se hab¨ªan ido dando en el pasado en la franquicia. Todo ello con un recuerdo a Kobe Bryant y las v¨ªctimas del accidente de helic¨®ptero del mes de enero. Todo el mundo del b¨¢squet abri¨® el debate de si LeBron es el m¨¢s grande o si Jordan sigue en primera posici¨®n y el postpartido empez¨® a ganarle espacio a la competici¨®n en la cancha.
Por ¨²ltimo, Lewis Hamilton se baja de su monoplaza tras obtener su victoria n¨²mero 91, las mismas que hab¨ªa logrado Schumacher. El gotha de la F-1 representando por Jackie Stewart le cerraba la puerta de los elegidos olvidando que Lewis ya la hab¨ªa derribado, al mismo tiempo que Mick Schumacher le hac¨ªa entrega de un casco de su padre como s¨ªmbolo y testigo de que era uno de los m¨¢s grandes. Ya ven, desde all¨ª donde le cuidan, Schumacher nos record¨® que los tiempos y los r¨¦cords son para batirlos.
Tres leyendas, tres estilos, tres formas de vivir.
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