El obsceno silencio en los estadios
El p¨²blico es una variable que ha hecho temibles a equipos y estadios que muchas veces no lo eran tanto por sus efectivos, pero s¨ª por sus escenarios
Despu¨¦s de la espera m¨¢s corta de la historia, ha vuelto el himno de la Champions. Y con ¨¦l, nuevas realidades dentro de la nueva normalidad.
Me resulta dif¨ªcil visualizar una Champions ¡ªy esto vale para el f¨²tbol en general¡ª sin la magia del p¨²blico en las gradas. Y me pregunto: ?Es igual de intimidante jugar en el Bernab¨¦u lleno hasta la bandera que hacerlo en Valdebebas bajo la mirada de millones de espectadores pero en ese silencio obsceno que permite escuchar hasta los cuchicheos de los jugadores? Aunque, claro, cuchicheos pocos o ninguno, porque la normalidad ser¨¢ nueva, pero los h¨¢bitos son viejos.
Es m¨¢s, ?no es tambi¨¦n cierto que las muestras de desagrado del seguidor en la grada suman presi¨®n pero tambi¨¦n despiertan a los jugadores (y t¨¦cnicos) de sus letargos? Vamos, que la presi¨®n tambi¨¦n es positiva y hace que en momentos de dudas uno tenga que centrarse en lo que sabe hacer mejor, juntarse entre los que est¨¢n sobre el verde, olvid¨¢ndose del ruido exterior, para volver al partido y darle la vuelta al marcador.
?Hubieran sido para el Shakthar los mismos esos ¨²ltimos 10 minutos, no digo ya esos cinco segundos de revisi¨®n en el VAR del no gol de Valverde, con la grada del Bernab¨¦u soplando en las velas de su equipo para buscar la en¨¦sima remontada y metiendo presi¨®n a los rivales y al colegiado?
La respuesta para m¨ª es evidente y negativa: claro que no hubiera sido lo mismo (y este es el momento en que mi lucecita de jugador responde que podr¨ªa haber sido hasta peor). Pero como dir¨ªa el pragm¨¢tico, es lo que hay y con esos bueyes hay que arar.
La cuesti¨®n es que nuestro an¨¢lisis y forma de ver y valorar el f¨²tbol, y el rendimiento de los equipos, cuenta, incluida de serie, la variable del p¨²blico. Aunque sea sin querer, o sobre todo sin querer, que es como se analizan desde siempre las cuestiones que tienen que ver con las emociones, opinamos con el p¨²blico en la ecuaci¨®n. Esa es una variable que ha hecho temibles a equipos y estadios que muchas veces no lo eran tanto por sus efectivos, pero s¨ª por sus escenarios. Y cuando escribo esto pienso en el pr¨®ximo partido del Olympique de Marsella en el V¨¦lodrome y contra un gigante como el Manchester City. ?Tiene las mismas posibilidades, seguramente siempre escasas, el OM con el campo lleno, 60.000 espectadores que esperan este partido desde hace muchos a?os y que estar¨ªan dispuestos a dejarse la garganta para empujar a los suyos e intimidar al rival, o es darle mucha ventaja al adversario que el escenario sea un c¨¦sped excelente, un campo grande y el silencio como tel¨®n de fondo?
No lo s¨¦... Bueno, s¨ª tengo la respuesta, pero esta viene condicionada por el positivismo y por la magia que he visto realizar a la hinchada del OM para llevar en volandas a su equipo. Y apago la parte de esos momentos complicados cuando esa misma grada te hace saber que no est¨¢n nada contentos con el rendimiento de su equipo y que la paciencia se acaba.
No lo s¨¦, pero s¨¦ que como esto no tiene pinta de cambiar en las pr¨®ximas semanas (vaya, que si hay partidos para ver ya ser¨¢ todo un logro) nos conviene mirar hacia M¨²nich y ver a un equipo que con p¨²blico o sin ¨¦l se dedica a hacer lo que mejor sabe, es decir, olvidarse de lo ya logrado, hacer sentir al contrario que su estadio sigue siendo una caldera, jugar muy bien al f¨²tbol y no parar la m¨¢quina hasta que el ¨¢rbitro pita el final de la tortura.
Parece un excelente plan para las semanas que vienen.
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