Nobby Stiles, el tigre sin dientes
Para los ingleses fue un jugador de una inteligencia suprema, un marcador implacable y una buena persona; para el resto del mundo, un carnicero
Cada cual tiene sus preferencias, pero hay tres finales del Mundial grabadas en la memoria colectiva del planeta f¨²tbol. Por supuesto, la de 1950, cuando Uruguay hizo enmudecer Maracan¨¢ (2-1) en lo que en realidad no era una final porque el torneo acab¨® con una liguilla entre los cuatro semifinalistas y el destino quiso que uruguayos y brasile?os se jugaran el campeonato en el ¨²ltimo partido. Desde luego, el 4-1 de Brasil a Italia en M¨¦xico 70, con Pel¨¦ liderando el que quiz¨¢s ha sido el equipo m¨¢s hermoso de la historia. Pero tambi¨¦n el Inglaterra-Alemania Occidental de 1966 (4-2). ?Por qu¨¦? Porque eran Inglaterra y Alemania, porque era en Wembley, porque hubo pr¨®rroga, lluvia de goles, un gol fantasma, porque ah¨ª estaban Bobby Charlton, Bobby Moore, Franz Beckenbauer, Uwe Seeler¡ y Nobby Stiles.
?Nobby Stiles? S¨ª, Nobby Stiles. Para los ingleses, un jugador de una inteligencia suprema, un marcador implacable, el precursor del centrocampista defensivo que tanto se lleva en el f¨²tbol actual, una buena persona. Para el resto del mundo, un carnicero.
Nacido en 1942 en Collyhurst (M¨¢nchester), hijo del gerente de una funeraria (¡°la gente pensaba que ten¨ªamos dinero pero la empresa era de mi abuelo; mi padre era un asalariado m¨¢s¡±, explic¨® una vez), Stiles era bajito, de calva incipiente, le faltaban varios dientes frontales y padec¨ªa una miop¨ªa aguda que ocult¨® durante a?os. ¡°Soy un enano medio ciego¡±, se describ¨ªa a s¨ª mismo con t¨ªpico sarcasmo brit¨¢nico. Nada de eso le imped¨ªa ser lo que los ingleses definen como un robusto tackler, ese arte de arrebatar la pelota al atacante que en Inglaterra es admirado casi tanto como un gol. ¡°T¨² qu¨ªtales la pelota y p¨¢sasela a Bobby Charlton¡±, le ped¨ªa el seleccionador Alf Ramsey, su gran padrino con Inglaterra de la misma forma que el legendario Matt Busby lo fue en el Manchester United. Con el primero gan¨® el Mundial de 1966; con el segundo, la Copa de Europa de 1968.
Stiles se hizo famoso en aquel Mundial por su baile final, copa y dentadura en mano, pero estuvo a punto del desastre: una entrada terrible al franc¨¦s Jacques Jacky Simon no fue considerada ni falta por el ¨¢rbitro pero la FIFA le amenaz¨® con suspenderle si reincid¨ªa. La Federaci¨®n Inglesa presion¨® a Ramsey para que le apartara del equipo, sin ning¨²n ¨¦xito. ¡°Si se va ¨¦l, me voy yo¡±, les respondi¨®. ¡°No lo supe hasta despu¨¦s de su muerte. Era un gran hombre¡±, explic¨® Stiles a?os despu¨¦s.
En semifinales, ante el Portugal del gran Eusebio, Stiles anul¨® a la estrella portuguesa sin hacer pr¨¢cticamente una falta. ¡°P¨¦gate a ¨¦l. ?chale del partido¡±, le hab¨ªa pedido Ramsey utilizando la palabra game, que en ingl¨¦s sirve tambi¨¦n para denominar al f¨²tbol en general. ¡°?Quiere que le eche para siempre?¡±, brome¨® el jugador. El entrenador de Portugal, el brasile?o Otto Gloria, se quej¨® del ¨¢rbitro pero admiti¨®: ¡°Ha sido un encuentro lleno de deportividad¡±. ¡°Eusebio no ha podido hacer gran cosa porque ten¨ªa cuatro contrarios que le marcaban estrechamente, pero no le maltrataron¡±, reconoci¨®.
Su agresividad en el campo y sus carencias dentales le granjearon el apodo de El tigre desdentado, pero fuera del campo era una persona extraordinariamente modesta y m¨¢s bien t¨ªmida. Nunca fue ni el m¨¢s famoso ni el m¨¢s popular de aquel equipo que gan¨® el ¨²nico trofeo jam¨¢s alcanzado por Inglaterra, pero siempre hubo un rinc¨®n para ¨¦l en el coraz¨®n de los ingleses. Era un h¨¦roe de un f¨²tbol de otra ¨¦poca que aparentemente dej¨® en ¨¦l serias secuelas f¨ªsicas que pudieron contribuir a que desde los 60 a?os padeciera Alzheimer y demencia vascular.
Su muerte, el viernes pasado, fue anunciada apenas unas horas antes de que se conociera tambi¨¦n el fallecimiento del legendario actor escoc¨¦s Sean Connery. A Nobby Stiles, siempre explosivo en el campo, siempre modesto en la vida, no debi¨® importarle que James Bond le hiciera sombra en su despedida.
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