El Real Madrid baila al Valencia

A hombros de sus centrocampistas, los del viejo r¨¦gimen (Casemiro, Modric, Isco y Kroos) y el ¨²ltimo recluta (Valverde), el Madrid bail¨® al Valencia. Del duelo de dos equipos con apenas un delantero cada uno, el Real explot¨® de maravilla la veta de sus volantes y dej¨® en la cuneta a un rival sin dictado alguno. Un Valencia contrito desde el inicio, afligido por un Madrid que le secuestr¨® la pelota. Y cuando de casualidad ca¨ªa a botas valencianistas, los de Zidane rescataban el bal¨®n como mosqueteros. Todo result¨® imposible para los de Celades. De los goles, por m¨¢s que regalara de forma parvulario el primero, se encarg¨® el Madrid. De las ocasiones se encarg¨® el Madrid. Y del f¨²tbol se encarg¨® el Madrid.

La animosa hinchada ¨¢rabe, que ni de largo llen¨® el estadio, pudo comprobar un hecho pasmoso. Resulta que en el h¨ªper profesionalizado f¨²tbol europeo tambi¨¦n hay pardillos. Incluso, alistados en las mejores ligas. Ocurri¨® con Jaume, titular en la porter¨ªa valencianista por sus buenas obras de las ¨²ltimas semanas. El hombre abandon¨® la porter¨ªa para manifestarse en contra de un c¨®rner ganado por Jovic en pugna con Garay. Mientras Jaume y sus camaradas estaban de pataleta, Kroos, el muy brib¨®n, ejecut¨® el saque de esquina y emboc¨® a puerta abierta. Un toque cl¨ªnico para mandar al garete a un incauto Valencia.

La picard¨ªa de Kroos constat¨® la superioridad madridista. Un Madrid abrumador con la pelota, tachada de artefacto por sus adversarios, que la desde?aron sin disimulo. Con Hazard, Benzema y Bale lastimados, sin m¨¢s delantero a la vista que el casi invisible Jovic, el Real convirti¨® el partido en una sinfon¨ªa de pases de su pelot¨®n de centrocampistas, con Isco y Kroos por bandera. A muchas cuadras de Courtois, el grupo de Celades qued¨® momificado por el rondo rival. Sin Rodrigo, en la enfermer¨ªa, Gameiro estuvo tan aislado como Jovic, pero a su alrededor no hubo trance alguno.

Al mand¨®n Madrid tampoco se le vieron las costuras en las pocas ocasiones que perdi¨® de vista el bal¨®n. Este Real es muy aplicado hasta cuando debe morder. De forma coral y con el auxilio de gente como Valverde ¡ªjugador para todo¡ª y Mendy ¡ªjugador solo para el quite¡ª este Madrid sabe hacer un ovillo a su rival hasta reconquistar la pelota. Aspecto en el que Casemiro es un simposio por s¨ª mismo.

El Madrid someti¨® a su contrario en todas las facetas. Con el bal¨®n cosido, nada le incomodaron centinelas como Kondogbia y Coquelin. Con la pelota a sus pies, el Valencia, tan tibio y enjaulado, no logr¨® activar a Parejo, lo que puso en fuera de lugar a sus medios m¨¢s picantes en ataque: Soler y Ferran.

Un tiro mal concebido por Gameiro ¡ªbusc¨® altura frente a un portero de tres cuerpos como Courtois¡ª fue el ¨²nico par¨¦ntesis valencianista de un choque que fue un monocultivo del Real. Antes del 0-1, Varane ya hab¨ªa puesto en alerta a Jaume, lo mismo que Valverde y Casemiro en un par de disparos. Por entonces, jugaba con poco remate el Madrid. Entonces y despu¨¦s, ni jugaba, ni remataba el Valencia. Hasta que Carvajal, Valverde y Modric articularon una acci¨®n de m¨¦rito que deriv¨® en un rechace hacia Isco en el punto de penalti. El malague?o, de vuelta al f¨²tbol de primera l¨ªnea con el div¨¢n de ZZ, dio un pase a la red. De inmediato, con el Valencia fuera de onda, Isco cabece¨® al poste derecho de Jaume. El rebote, goloso para cualquier ariete, fue a Jovic. Pero del serbio goleador de la Bundesliga a¨²n no hay rastro. Jaume le priv¨® del gol con el pie izquierdo.

Impotente y sin remedio, el Valencia sigui¨® a merced de Isco, de Kroos, de Valverde... Con todo, un gol le hubiera metido en un partido al que nunca lleg¨® a tiempo. La entrada de Maxi G¨®mez por el rebajad¨ªsimo Kondogbia en nada mejor¨® a los de Celades. La trama era madridista. Por talento, por orden, por apetito. Unos cuantos arabescos de Isco y varias arrancadas de ese convoy en s¨ª mismo que es Valverde fueron el preludio del 0-3: un gol de seda de Modric. Entre otras cosas, el mejor jugador del mundo a la hora de manejar el empeine exterior de la bota derecha. Jovic le dej¨® un pase que no mereci¨® confetis, pero el croata, sin inmutarse, hizo una caricia a la pelota con esa suerte en la que es ¨²nico: el bal¨®n se acost¨® en la red de Jaume. Tal fue ya la superioridad madridista que ZZ se concedi¨® sacar del cuarto oscuro a James y Mariano, casi dos forasteros. El Madrid pudo permitirse de todo. Bien que se lo gan¨®. Para el Valencia, mejor no rebobinar. Ni siquiera el gol de Parejo que nada maquill¨®.