Los secretos de la v¨ªa de escalada m¨¢s deseada del planeta
Barbara Zangerl y Jacopo Larcher cuentan c¨®mo lograron en cordada la primera ascensi¨®n en libre de The Nose
Tarde o temprano, alguien lograr¨ªa hacerlo, y ser¨ªa una haza?a revolucionaria, pero nadie esperaba que fuese obra de una mujer. Lynn Hill fue la primera persona en escalar en libre la v¨ªa de pared m¨¢s famosa y deseada del planeta: The Nose, casi 1.000 metros de proa gran¨ªtica y desafiante, un icono del parque estadounidense de Yosemite, un lugar de culto para los amantes de la vida en vertical. ¡°?Ah¨ª va, chicos!¡±, lanz¨® despu¨¦s, con una amplia sonrisa, la menuda escaladora norteamericana. Su descaro tambi¨¦n ten¨ªa reflejo en su indumentaria: pantalones vaqueros cortos, camiseta sin mangas, melena libre de casco y una determinaci¨®n en la mirada que acobard¨® a muchos aspirantes al trono. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ tengo que esperar a que un hombre consiga lo que yo puedo intentar¡±, declarar¨ªa en la ¨¦poca.
Corr¨ªa 1993 y pese a que la escalada ha conocido desde entonces una profunda revoluci¨®n, apenas ocho personas han podido imitarla. Los dos ¨²ltimos son pareja: la austriaca Barbara Zangerl y el italiano Jacopo Larcher (Black Diamond Team) permanecieron seis d¨ªas en la pared a finales del pasado noviembre para lograr, ambos, escalar en libre la ruta, escalando por turnos los largos clave en cabeza.
Ninguna cordada lo hab¨ªa logrado hasta la fecha, ni siquiera el matrimonio formado por Tommy Caldwell y Beth Rodden, dos que lo intentaron en 2005: cada uno liber¨® uno de los dos largos clave, pero no el otro. As¨ª, Barbara Zangerl es la segunda mujer en liberar The Nose y, aunque ahora mismo se la considera la escaladora m¨¢s polivalente del planeta, su reciente haza?a palidece si se compara con la segunda gesta de Lynn Hill: en 1994, escal¨® de nuevo en libre la v¨ªa en algo menos de 23 horas. Solo Caldwell mejora este registro: dos d¨ªas despu¨¦s de su ascensi¨®n con Rodden, regres¨® para escalarla totalmente en libre en 12 horas, asegurado por su mujer, que ese d¨ªa no escal¨®, limit¨¢ndose a ascender por la cuerda fija.
Barbara Zangerl siempre quiso imitar a Hill. ¡°Todav¨ªa hoy sigo creyendo que es casi incre¨ªble lo que logr¨®. Lynn Hill siempre nos ha inspirado. Cuando veo los v¨ªdeos de su ascensi¨®n en libre, parece f¨¢cil, fluido, pero no es nada sencillo. Lo que logr¨® en 1993 es uno de los grandes momentos que la escalada ha presenciado¡±, explica ahora a EL PA?S la escaladora austriaca sobre su actividad.
El nivel m¨¢ximo de dificultad de The Nose ronda el 8b+ (sensiblemente m¨¢s sencillo que el m¨¢ximo grado de dificultad en escalada deportiva, 9c), aunque Lynn Hill dijo no saber graduar su dificultad debido a lo complejos que eran los movimientos que ide¨® para progresar. ¡°La dificultad se concentra en la parte superior, dos largos seguidos conocidos como The Great Roof y The Changing Corners. A m¨ª me pareci¨® especialmente dif¨ªcil el segundo: no hay apoyos para los pies, los agarres son imposibles y puedes resbalar a cada paso. Adem¨¢s, no es un largo de deportiva, sino que hay que autoprotegerse y est¨¢s a 600 metros del suelo. A Jacopo y a m¨ª nos pareci¨® que el largo del Great Roof era 8b y el Changing Corners un 8b+ duro, y aunque existen diferentes maneras de escalarlos, todas son muy complejas¡±.
Hubo que esperar 12 a?os hasta dar con el primer hombre capaz de imitar con ¨¦xito a Hill, el mencionado Caldwell. Durante ese tiempo, creci¨® una leyenda, pura invenci¨®n: el ¨¦xito de Hill ten¨ªa que ver con sus dedos, m¨¢s finos y peque?os que los de los hombres, una ventaja para introducirlos en las peque?as fisuras del Great Roof. ¡°?Ese bulo es una tonter¨ªa! No hace falta retorcer los dedos en fisura alguna, sino agarrar peque?as presas, y lo peor de ese largo es que los pies resbalan una barbaridad y hay que escalar con mucha precisi¨®n. Yo misma tengo unos dedos como salchichas, muy gordos, y me fue bien¡±, r¨ªe la austriaca durante la conversaci¨®n.
Escalar este tipo de paredes exige un enorme trabajo log¨ªsitico: uno tiene que disponer de comida, agua y hamaca para pasar varios d¨ªas en la pared y seguir en forma. Zangerl y Larcher encontraron varias cordadas que retrasaron su avance, as¨ª que tuvieron que izar enormes petates con lo imprescindible para no tener que abandonar. ¡°Sabemos que al p¨²blico le cuesta mucho entender qu¨¦ hacemos y buscamos all¨¢ arriba, de hecho es una de las cosas m¨¢gicas de la escalada en grandes paredes. Para empezar, supone mucho, mucho trabajo para acarrear todo lo necesario para poder sobrevivir, y se hace duro. Pero por las ma?anas, cuando te levantas y contemplas la niebla fr¨ªa que cubre el valle mientras el sol inunda la pared, todo merece la pena. Estar en la pared supone abrazar una vida sencilla, y olvidas todo el estr¨¦s de la vida cotidiana. All¨¢ arriba, solo escalamos, subimos los petates, montamos la hamaca, comemos, bebemos y dormimos. Sencillo, pero nos llena¡±, explica.
El sue?o de The Nose en libre era un asunto de?Zangerl, aunque le cost¨® muy poco involucrar a su pareja en un proyecto que les ha llevado a?os completar: ¡°Hemos hecho muchos viajes a Yosemite, pero en oto?o, que es cuando mejores condiciones se dan para afrontar la v¨ªa, siempre encontr¨¢bamos demasiada gente, as¨ª que desist¨ªamos de intentarlo. Cada a?o unos 600 escaladores tratan de escalar esta ruta y en esta ocasi¨®n, aunque lo retrasamos hasta noviembre, tambi¨¦n compartimos la ascensi¨®n con m¨¢s cordadas¡±, comenta.
El 12 de noviembre de 1958, Warren Harding, Wayne Merry y George Whitmore lograron abrir The Nose. Permanecieron, a ratos con otros ayudantes, 45 d¨ªas en la pared, repartidos en 18 meses y estrenaron el primer itinerario al Capit¨¢n escalando casi siempre en artificial. El milagro en libre de Lynn Hill lleg¨® 35 a?os despu¨¦s, y la suya se considera una gesta a¨²n m¨¢s importante que el r¨¦cord de velocidad en la misma v¨ªa: combinando escalada en libre y artificial, Alex Honnold y Tommy Caldwell completaron su recorrido, en 2018, en 1 hora, 58 minutos y 7 segundos.
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