Quique Seti¨¦n no tiene int¨¦rprete en el Bar?a
La derrota en Mestalla advierte que todav¨ªa no funciona la comunicaci¨®n del t¨¦cnico con la plantilla
Hay detalles que ayudan a visualizar cambios dif¨ªciles de explicar como el del banquillo del Bar?a. Quique Seti¨¦n prefiere a Umtiti como central mientras que Valverde apostaba por Lenglet. Al Txingurri le interesaba que su equipo fuera poderoso en las ¨¢reas y apostaba por transiciones tan r¨¢pidas que a veces incluso costaba encajar en la alineaci¨®n a Busquets. El t¨¦cnico c¨¢ntabro aspira a que su defensa salga con la pelota jugada, dispuesta a triangular, circunstancia que favorece a Busquets y Umtiti. La duda est¨¢ en la forma del franc¨¦s y la ubicaci¨®n de Sergi Roberto. El Bar?a no se estira con profundidad con el 3-5-2 ni repliega bien con el 4-3-3. La elecci¨®n de los futbolistas es decisiva para el plan de Seti¨¦n.
Valverde se dedic¨® a tapar las carencias del equipo y a disimular la edad de los futbolistas al tiempo que favorec¨ªa las virtudes de Ter Stegen y Piqu¨¦ por una parte y por la otra de Messi y Luis Su¨¢rez. Una propuesta considerada regresiva y tambi¨¦n posibilista si se atiende a las dos Ligas ganadas y al liderato alcanzado hasta Mestalla. Aunque no se sabe c¨®mo habr¨ªa acabado el curso, hab¨ªa s¨ªntomas inquietantes porque el equipo perdi¨® solidez y recib¨ªa demasiados goles despu¨¦s de que el Txingurri hubiera sido instado a evolucionar el juego con la llegada de Griezmann y De Jong. Valverde dej¨® de ser Valverde cuando le invitaron a ser un t¨¦cnico que se abrazara al estilo y a la fe cruyffista como ahora es Seti¨¦n.
La ¨²nica promesa del c¨¢ntabro ha sido la de que su equipo jugar¨¢ bien y por tanto le preocupa m¨¢s el bal¨®n que el marcador a la espera de la Champions. No es un proyecto de efecto inmediato, porque Seti¨¦n no responde al perfil del entrenador contratado a mitad de campa?a para ganar, sino que demanda tiempo, como constat¨® en Mestalla. El Bar?a no es lo que parece sino lo que uno se encuentra cuando franquea la puerta del Camp Nou. La emoci¨®n se convirti¨® en preocupaci¨®n en Seti¨¦n. La inc¨®gnita est¨¢ en saber si dispone de los futbolistas precisos para jugar como pretende y por tanto si el t¨¦cnico que triunf¨® en Lugo y Las Palmas y protagoniz¨® grandes victorias en el Betis sabr¨¢ atacar en el Bar?a.
La dependencia de Messi
?Los rivales aceptan ser dominados porque advierten que los azulgrana son fr¨¢giles e inofensivos con la defensa de tres y la falta de un 9. Los medios juegan paralelos, sin m¨¢s rupturas que las de Vidal; los delanteros no sorprenden ni regatean, tampoco tiran desmarques sino que piden el bal¨®n al pie; y los laterales no cierran ni reciben ayudas, expuestos a los desajustes, los diez jugadores pendientes de Messi, que no quiere ser falso 9. As¨ª que el club volver¨¢ a contratar a un ariete en invierno y quedar¨¢ demostrada su mala pol¨ªtica deportiva, la tendencia a improvisar y la obstinaci¨®n por complacer las peticiones de sus jugadores, que no siempre son las que necesita el equipo, cada vez m¨¢s envejecido y m¨¢s perdido como se advierte en De Jong.
No acierta con los fichajes porque se preocupa m¨¢s de su encaje que de facilitar su protagonismo, todos supeditados a la vieja guardia y a un sistema que ya no funciona, de manera que toca regresar al aula. Los futbolistas ya no tienen la cabeza ni las piernas para presionar ni dar velocidad a la pelota como en 2009. Tampoco el tridente dispone de la pegada ni tiene la edad de 2015. El equipo ha perdido la memoria, no se acuerda de c¨®mo jugaba, y el club tir¨® el disco duro porque la junta nunca crey¨® en Cruyff ni en Guardiola sino en Xavi, Iniesta y Messi. No se trataba de tener una idea sino de cambiar las piezas y ahora solo queda el 10. As¨ª que Seti¨¦n es reh¨¦n del intangible futbol¨ªstico que devor¨® a Valverde.
El c¨¢ntabro no es la soluci¨®n porque el Txingurri tampoco era el problema, como se ha escrito, despu¨¦s de que los n¨²meros evoquen el final de la etapa de Rijkaard. La respuesta de Seti¨¦n ha sido conceder el lunes de fiesta a la plantilla despu¨¦s de muchas sesiones dobles, seguramente porque necesita recapacitar sobre su ¨²ltimo mensaje: ¡°Hay algo que los jugadores no interpretan bien o quiz¨¢ no se lo explicamos bien¡±. Puede que nadie esperara a Seti¨¦n en un vestuario que dej¨® caer a Valverde. La cuesti¨®n es que no se sabe a qui¨¦n aguardan ni qu¨¦ quieren los jugadores despu¨¦s de ser saciados por una directiva que en vigilia electoral solo advierte reinos de taifas y un clima viciado en las tripas del Camp Nou.
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