Zidane rectifica y se funde el Atl¨¦tico
El Madrid tira de los recursos que le faltan a Simeone y la entrada tras el descanso de Lucas y Vinicius da alas al l¨ªder frente a un rival a¨²n m¨¢s disminuido por la retirada de Morata
Una mudanza a tiempo permiti¨® al Madrid descorchar un derbi liguero en el Bernab¨¦u siete partidos despu¨¦s. Un Real que se aferr¨® al liderato tras retocar Zinedine Zidane el equipo al descanso. Con m¨¢s extremos y menos centrocampistas, el Madrid, alegrado por Vinicius y colgado de un convoy llamado Valverde, mand¨® al garete al Atl¨¦tico, que no est¨¢ para gestas. Va con lo justo, ya sin Copa, con LaLiga reducida a su pelea por entrar en Champions y citado con los cocodrilos del Liverpool en la Copa de Europa. En Chamart¨ªn aguant¨® lo que tard¨® en rectificar Zidane. Luego, claudic¨®, falto de f¨²tbol, de futbolistas y de lo que ha distinguido al cholismo: una fe inquebrantable. Hoy, el Atl¨¦tico es tan quebradizo en el Reino de Le¨®n, como en Ipurua o Chamart¨ªn.
Esta vez, la apuesta por cinco volantes ¡ªseis con las gravitaciones de Benzema¡ª, tan resultona ante el Valencia en la Supercopa ¨¢rabe, no le sali¨® al Madrid. Sus mediocampistas interpretaron mal la superpoblaci¨®n. Demasiados jugadores coincidentes en su deseo de recibir la pelota al pie. Demasiado apelotonamiento blanco sobre el bal¨®n, sin nadie que pegara un tir¨®n en direcci¨®n a Oblak, alguien que reclamara la pelota al espacio. Como consecuencia: un Real trabucado, tan confuso como poco profundo. Al tiempo, un Atl¨¦tico agradecido, templado en la retaguardia y sin remilgos a la hora de estirarse, con Morata como boya eficaz. Si el f¨²tbol se midiera por sensaciones, hasta el intermedio el partido lo tuvo el grupo de Simeone.
Tan pocas pisadas hubo cerca de Oblak, que fue Ramos quien sell¨® las dos ¨²nicas ocasiones locales en el primer acto. Tan poca mala uva ofensiva tuvieron los de Zidane que los ¨²nicos y tibios intentos atacantes llegaban por los remos de Mendy y Carvajal. Como el resto, muchas veces atrapados en el descomunal atasco del medio campo, un embudo selv¨¢tico para todos.
El Atl¨¦tico, tan extraviado estos tiempos, tan consumido, adem¨¢s, por las lesiones, se sacudi¨® r¨¢pido cualquier posible tiritona ante el l¨ªder. Hasta su baja, Morata siempre fue una referencia para el desahogo, como intimidantes eran Vitolo y Correa. Al primero le sali¨® mordido un remate a los brazos de Courtois y el argentino se vio frustrado por el poste izquierdo del portero belga. Antes, Sa¨²l ejecut¨® un disparo raso que puso en alerta al Real, tambi¨¦n sobrecogido por una clara embestida de Casemiro ante Morata que el ¨¢rbitro no concibi¨® como penalti. Nadie se chiv¨® desde el VAR.
Jugaba el Atl¨¦tico, discut¨ªan entre s¨ª los blancos, como si repentinamente fueran un equipo bab¨¦lico. No daban con la tecla Modric e Isco, Benzema, con su querencia por el f¨²tbol asociativo y falto de otros auxiliares en vanguardia, no sumaba. No hubo Isco a la vista. Y sujetarse a la banda no es el h¨¢bitat natural de Valverde, futbolista pulmonar que precisa de amplios horizontes. Se vio en el segundo tramo, con su descomunal despliegue, con sus muchas turbinas para abarcar el campo en toda su extensi¨®n. La gente de Chamart¨ªn ya le apadrina. Jugador de suela desgastada, se lo ha ganado con creces.
Mutaci¨®n clave
Disgustado con el envite, al descanso intervino Zidane. Lucas dio sombra a Isco y Vinicius, para sorpresa general, dej¨® en la ducha a Kroos, principal activo madridista en los ¨²ltimos tiempos. Morata, al que se vio renqueante, dio el testigo a Lemar, lo que consumi¨® casi del todo a la ya muy mermada delantera rojiblanca. Las mutaciones surtieron efecto casi de inmediato. El gol retrat¨® para bien al nuevo Madrid y para mal al Real del primer episodio. Vinicius, que es el extremo que no es Isco, fren¨® y atrajo a varios rivales. Hecha la pausa, descolg¨® un pase quir¨²rgico para Mendy que dej¨® fuera de lugar a Vrsaljko, Llorente y Lemar. El lateral franc¨¦s lleg¨® en carrera para dar la mejor asistencia que se le recuerda por Chamart¨ªn y por Francia. Benzema, que ya pisaba el ¨¢rea y no zonas m¨¢s templadas del medio campo, lleg¨® puntual como ariete para embocar. Todo en orden: Lucas y Vinicius para ensanchar el campo, Valverde, ya centrado, como corsario para dar m¨¢s combusti¨®n a todo el Real, Modric como articulador y Benzema como inquilino del ¨¢rea rival.
?Y el Atl¨¦tico? Tocado y casi hundido. Por el gol, por la irrupci¨®n de un Madrid mucho m¨¢s espabilado y en¨¦rgico, por la baja de Morata, por sus limitados recursos... Para la b¨²squeda de un empate se remiti¨® a Correa, al becario Camello, a Lemar ¡ªjugador a la venta en cada escaparate¡ª y a Carrasco ¡ªrepatriado de urgencia de China hace un parpadeo¡ª. Tir¨® de orgullo al final, pero con tanta rebaja le result¨® imposible. No hubo m¨¢s focos para Courtois y el Atl¨¦tico se qued¨® a 13 puntos (14 en caso de empate) de su vecino. Un vecino que circula con firmeza por LaLiga donde explota sus muchas variantes. Se corrigi¨® Zidane al descanso y el Real, otra vez con la puerta blindada, mira a todos por el retrovisor.
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