El f¨²tbol no expulsa al racismo

El f¨²tbol europeo asisti¨® el pasado fin de semana al ¨²ltimo incidente racista en un estadio y la respuesta que hubo sobre el c¨¦sped evidenci¨®, como en otros casos anteriores, que todav¨ªa queda trecho por andar para que estos episodios desaparezcan. Ocurri¨® en el?Vitoria de Guimaraes-Oporto?de?la liga portuguesa. En el minuto 69, harto de todo lo que hab¨ªa tenido que escuchar desde el calentamiento, el delantero visitante Moussa Marega, de 28 a?os, franco-maliense, decidi¨® marcharse del campo. Todo lo que sucedi¨® en los minutos siguientes empeor¨® a¨²n m¨¢s la situaci¨®n.

Compa?eros y rivales, algunos tambi¨¦n de raza negra, trataron de convencerlo por todos los medios de que no se fuera. Lo sujetaron, lo agarraron, el portero de su equipo (Augustin Marchesin) se llev¨® las manos a la sien como gesto de no entender su actitud, el entrenador (S¨¦rgio Concei?ao) se apresur¨® a pedir el cambio para no quedarse con 10... Todos se emplearon a fondo con la intenci¨®n de que el encuentro continuara, con o sin Marega, pero nadie en ese instante se solidariz¨® con ¨¦l ni propuso medidas de fuerza, como abandonar el terreno de juego o no disputar un minuto m¨¢s mientras hubiera insultos. La prioridad fue el choque, que hab¨ªa que acabarlo a toda costa, y no el jugador agredido. Sin embargo, el empe?o del resto no torci¨® la voluntad del delantero, que enfil¨® los vestuarios dedicando peinetas a la grada. ¡°Agradezco tambi¨¦n a los ¨¢rbitros que me hayan mostrado amarilla por defender mi color de piel¡±, se desahog¨® despu¨¦s en Instagram.

La cuesti¨®n en 2020 en este problema global no viene por un gran n¨²mero de casos ni por un incremento, al menos en Espa?a, sino por la respuesta que suelen recibir y la sensaci¨®n de que a¨²n queda margen de mejora hacia una pol¨ªtica de tolerancia cero. ¡°La soluci¨®n es parar, identificar a los responsables, que la polic¨ªa se los lleve con una denuncia y reanudar el partido¡±, afirma el exportero camerun¨¦s Carlos Kameni. ¡°Si un partido se detiene cinco minutos para consultar al VAR, ?por qu¨¦ no se hace esto con el racismo? Siempre hablamos de este tema cuando ocurre algo, pero mientras no haya sanciones, habr¨¢ m¨¢s casos. Yo no estoy a favor de que se marchen todos del campo porque entonces no habr¨¢ f¨²tbol. Que se pare un momento, se detenga a las personas que insultan, se les proh¨ªba el acceso al estadio y contin¨²e el juego¡±, recalca el africano, que hace unas semanas relat¨® en un documental el infierno que sufri¨® con 20 a?os en un encuentro en Zaragoza con la camiseta del Espanyol y otro incidente desagradable en Mestalla en 2014.

?l, entonces, no pens¨® en irse, aunque reconoce que no ten¨ªa la mente en la pelota y que en el descanso en La Romareda, Miguel ?ngel Lotina, su entrenador, le dijo que deb¨ªa seguir. ¡°Los compa?eros no me preguntaban nada porque no pod¨ªan sentir lo que yo estaba pasando, esa rabia y dolor. Era inexplicable. A veces, es peor preguntar. Sus miradas lo dec¨ªan todo, agachaban la cabeza y sufr¨ªan por m¨ª¡±, recuerda.

LaLiga tambi¨¦n vivi¨® lo suyo recientemente en el Espanyol-Athletic del pasado 25 de enero, cuando el rojiblanco I?aki Williams fue insultado desde uno de los fondos tras ser sustituido. El ariete de 25 a?os de origen ghan¨¦s, nacido en Bilbao y criado en Pamplona, alert¨® a su capit¨¢n, Iker Muniain, que avis¨® a su vez al colegiado, S¨¢nchez Mart¨ªnez. El duelo discurri¨® sin interrupciones y el acta no reflej¨® nada porque, como puntualizan desde el Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros, el juez solo puede escribir lo que ha escuchado directamente. La televisi¨®n s¨ª lo capt¨® y los delegados del torneo lo incluyeron en su informe que mandan a la Comisi¨®n Antiviolencia. El Comit¨¦ de Competici¨®n tambi¨¦n est¨¢ instruyendo el caso y el Espanyol estudia una posible sanci¨®n a los 12 identificados, pero no da fechas.

¡°Despu¨¦s de aquello no hemos extremado la vigilancia porque se trat¨® de algo puntual. Nosotros no somos dudosos, ya expulsamos a varios miembros de la grada de animaci¨®n por episodios xen¨®fobos¡±, subrayan fuentes de la entidad. Javier Tebas, el presidente de LaLiga, instituci¨®n que no respondi¨® a este diario, reconoci¨® que esa ma?ana se dio "un paso atr¨¢s" y anunci¨® que buscar¨¢n "d¨®nde est¨¢ el error". El jugador, por su parte, prefiri¨® no denunciar tras el ofrecimiento habitual del sindicato AFE.

En Espa?a nunca se ha suspendido un encuentro por c¨¢nticos racistas y la ¨²ltima vez que se detuvo uno por este motivo fue en 2016, en El Molin¨®n de Gij¨®n, y tambi¨¦n tuvo como protagonista a Williams. Se debi¨® a ¡°sonidos imitando la onomatopeya de un mono¡±, seg¨²n const¨® en el acta de Clos G¨®mez. Competici¨®n orden¨® el cierre parcial de la grada y el Sporting, que en su d¨ªa conden¨® los hechos, calific¨® el castigo de ¡°injusto y desproporcionado¡±.

Semanas despu¨¦s del trance de Kameni en La Romareda, en 2005, su compatriota Samuel Eto'o pas¨® por otro parecido en el mismo lugar, aunque su respuesta no fue nada callada. Se pareci¨® mucho a la de Marega y se convirti¨® en uno de los momentos clave de las ¨²ltimas d¨¦cadas relacionados con el racismo en el f¨²tbol espa?ol junto a la arenga de Luis Aragon¨¦s a Jos¨¦ Antonio Reyes en 2004 (¡°d¨ªgale al negro ¡ª por Thierry Henry¡ª que usted es mejor que ¨¦l¡±). En la capital aragonesa, el ¨¢rbitro Esquinas Torres fren¨® al delantero del Barcelona, incluso f¨ªsicamente, en su intento de abandonar y le pidi¨® que confiara en ¨¦l. Y se qued¨®, convencido sobre todo por el zaragocista Ewerthon, tambi¨¦n de raza negra.

Los colegiados no escapan de la pol¨¦mica, como se vio en el episodio de Portugal. En Espa?a, su actuaci¨®n la regulan dos protocolos, de 2005 y 2011, seg¨²n los cuales deben escribir en el acta todo lo que escuchen y vean referido al racismo, y hablar con el delegado de campo para que la megafon¨ªa pida al p¨²blico que cesen los insultos. Si eso no ocurre, decidir¨¢n junto al coordinador de seguridad la conveniencia de desalojar una parte o toda la grada, o suspender el partido. Seg¨²n fuentes del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros, esto solo se ha llevado al extremo una vez, en el Rayo-Albacete del pasado 16 de diciembre por los c¨¢nticos vallecanos de ¡°Zozulya eres un nazi¡±.

¡ª?Tienen los ¨¢rbitros las herramientas suficientes para hacer frente a un episodio xen¨®fobo en un estadio?

¡ª"No nos compete responder eso, no somos legisladores", afirma el actual jefe de los colegiados, Carlos Velasco Carballo.

¡ª?C¨®mo lo afrontaban antes del primer protocolo?

¡ª"Por sentido com¨²n¡±.

¡ª?Pero todo el mundo recuerda encuentros con insultos y no se tom¨® ninguna medida sobre el terreno?

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Williams: ¡°Me voy triste de Cornell¨¤ porque he sufrido insultos racistas¡±

¡ª¡±Los medios solo hablan de las cosas negativas. Nosotros somos los que m¨¢s hemos luchado contra el racismo en todas las categor¨ªas. Especialmente, porque hemos sido el colectivo que m¨¢s ha sufrido la discriminaci¨®n. ?Qu¨¦ ha hecho el Gobierno, los polic¨ªas y los propios compa?eros de v¨ªctimas que han permitido ciertas conductas? Cuando ocurre algo contra Williams, todos vamos a una. Pero si hay c¨¢nticos contra un colegiado, no veo que nadie se acuerde¡±, descarga Velasco Carballo.

Yanis Rahmani, extremo franc¨¦s de or¨ªgenes argelinos del Lugo, vivi¨® el pasado fin de semana en Fuenlabrada uno de esos incidentes sin m¨¢s recorrido que una nota en la prensa local y al que el propio afectado resta importancia. ¡°No fue tan grave¡±, dice. ¡°Una o dos personas me gritaron ¡®moro, vete a tu pa¨ªs¡¯. Se lo coment¨¦ solo al linier y respondi¨® que estar¨ªa atento. Los jugadores del otro equipo se interesaron por m¨ª y se dirigieron a la grada para que no se repitiera¡±, narra el jugador de 24 a?os, criado en la cantera del Athletic y que hasta ahora ha hecho la carrera en los campos del norte. ¡°De peque?o me pas¨® alguna cosa, pero luego he estado, sobre todo, en el Pa¨ªs Vasco, y ah¨ª no suele ocurrir esto¡±.

¡°Llevo 16 a?os en Espa?a y siempre me dicen lo mismo: que estos episodios no son relevantes, que no es para tanto¡±, se arranca el profesor de Antropolog¨ªa Social y Psicolog¨ªa Social de la Universidad Complutense de Madrid Ricardo Z¨²?iga. ¡°Existe mucha permisividad. Espa?a no tiene un problema de racismo en el f¨²tbol. Tiene un problema de racismo. Punto. Las manifestaciones xen¨®fobas nunca han desaparecido de espacios como los estadios, y ahora tambi¨¦n se ven m¨¢s en la esfera pol¨ªtica¡±, a?ade.

Tambi¨¦n se ha avanzado. Ahora resulta inimaginable escuchar al presidente de un club, por muy heterodoxo que sea, como lo era Jes¨²s Gil, exclamar ¡°a ver si lo matan de verdad¡±, en referencia al colombiano Adolfo Tren Valencia en la temporada 94/95, que no tard¨® en perdonarlo. ¡°Era una buena persona. Vino a mi casa y me dio 10.000 pesetas. Me dijo: ¡®Adolfo, qu¨¦date tranquilo, yo soy as¨ª¡±, lo justificaba en una entrevista reciente. Y, por otro lado, el n¨²mero de denuncias que llegan a la Comisi¨®n Antiviolencia no es excesivo. No m¨¢s de 30 por curso esta d¨¦cada y siete (menos del 1% del total) en la campa?a 2017/18, la ¨²ltima de la que se ha publicado la memoria.

Dentro de las grandes competiciones europeas, la italiana es la que presenta un peor escenario. Se producen m¨¢s casos y la respuesta es m¨¢s tibia. La temporada pasada, por ejemplo, el piamont¨¦s hijo de marfile?os Moise Kean, entonces en la Juventus, se encar¨® en la celebraci¨®n de un gol a aficionados del Cagliari por sus insultos racistas. Al terminar el partido, su t¨¦cnico, Massimiliano Allegri, y el veterano Leonardo Bonucci le afearon el gesto. Hace unos meses, el ministro de Deportes, Vincenzo Spadafora, admiti¨® el problema en una entrevista a este peri¨®dico y prometi¨® medidas, incluso impopulares. Mejor est¨¢ Inglaterra, como reconoci¨® el entrenador italiano Antonio Conte. ¡°He trabajado en la Premier y, si sucede algo as¨ª, meten en la c¨¢rcel a dos o tres responsables¡±, asegur¨®.

Como escribi¨® el brit¨¢nico Nick Hornby en su libro Fiebre en las gradas sobre el hecho de que el f¨²tbol ni siquiera parara tras las tragedias de Heysel y Hillsborough, donde hubo 39 y 96 muertos, respectivamente, ¡°las pasiones que desata lo consumen todo, incluyendo el tacto y el sentido com¨²n¡±.