El Sevilla ejerce de Getafe
El equipo andaluz se impone por las bravas a un rival lastrado por el fallo de Etebo en el 0-1
Equipo fino desde el control del bal¨®n, siempre en¨¦rgico y creativo, el gran Sevilla de los ¨²ltimos a?os complet¨® una metamorfosis en Getafe. Gan¨®. Pero por el camino experiment¨® la clase de cambio radical que sufren tantos visitantes del Coliseum. El Sevilla renunci¨® a sus principios para aferrarse a los principios elementales de un adversario limitado por la modestia de su econom¨ªa. Jug¨® a cavar zanjas y a defenderlas, aprovech¨® un error garrafal de Etebo para meter el 0-1, y agrand¨® su ventaja al contragolpe.
Nueve goles recibidos en cinco partidos empujaron a Lopetegui a reformular su idea. El Sevilla que plant¨® en el sur de Madrid sali¨® condicionado por una premisa: proteger a los centrales, Kound¨¦ y Diego Carlos. Ambos gozaron del auxilio constante de Gudelj, tan metido atr¨¢s que se comport¨® menos como mediocentro que como l¨ªbero. Gudelj asisti¨® a los zagueros en la salida del bal¨®n y atendi¨® al cierre cada vez que el Getafe irrump¨ªa con sus volantes. Por delante se formaron Fernando y Jord¨¢n, dos fornidos interiores, y todos juntos avanzaron en bloque pisando fuerte como la infanter¨ªa pesada. A dar la batalla en el c¨ªrculo central. A chocar. A trabar. A interrumpir. Diez tarjetas amarrillas fue el saldo global de un partido marcado por la fricci¨®n.
Los saques de porter¨ªa se reflejaron en ambos campos. Soria busc¨® en largo a Deyverson para que la bajase a Molina, proponiendo la pelea de la pelota dividida. Vaclik busc¨® a De Jong para que propiciara la arremetida de Ocampos. Siguiendo la pelota como quien persigue una se?al c¨®smica se trasladaron los equipos de ¨¢rea a ¨¢rea apret¨¢ndose los 20 futbolistas en 40 metros. Emparejados ambos bandos a empuje y determinaci¨®n, los espacios apenas se libraron en las bandas. Por los m¨¢rgenes avanzaron los ¨²nicos que se permitieron profundizar. Navas, Reguil¨®n y Ocampos del lado visitante; Cucurella y Nyom del lado local.
Fue Reguil¨®n quien sac¨® provecho de una de esas situaciones en los costados. El lateral zurdo, un incordio para sus oponentes, presion¨® a Etebo. El sustituto de Arambarri, que disfrutaba de su segunda titularidad en Liga, se comport¨® con la imprudencia de los que quieren demostrar de m¨¢s. Intent¨® un regate, dud¨®, se resbal¨® y perdi¨® la pelota. Se la llev¨® Reguil¨®n y su centro raso atraves¨® el ¨¢rea. Ni Soria, inseguro toda la noche, ni Chema, consiguieron cortar la trayectoria del env¨ªo, que encontr¨® el pie de Ocampos, autor del gol.
¡°Etebo asumi¨® demasiados riesgos en un campo que no est¨¢ en las mejores condiciones; y el error marc¨® el devenir del partido¡±, lament¨® Jos¨¦ Bordal¨¢s, el t¨¦cnico del Getafe. ¡°Esto nos tiene que llevar a todos a la realidad. Enfrente ten¨ªamos al Sevilla, el cuarto presupuesto del campeonato con una plantilla tremenda¡±.
El conjunto andaluz se fue al descanso con el impulso del gol de Ocampos y convalid¨® su ventaja pasada la hora de partido con una falta lateral. La bot¨® Suso y la culmin¨® Fernando para desesperaci¨®n de los jugadores del Getafe, que no consiguieron generar situaciones de disparo con la claridad de otras veces, siempre anticipados por la pertinacia de los zagueros sevillistas. Kound¨¦ cerr¨® con un remate al primer palo el contragolpe del gol definitivo.
La grada del Sevilla lo celebr¨®. La del Getafe, que acab¨® agradecida, cant¨¢ndole a sus jugadores y a su entrenador, tambi¨¦n.
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