Hoffenheim y Bayern responden a los ultras finalizando el partido con una tregua
Los radicales muniqueses hab¨ªan desplegado una pancarta que insultaba al presidente del club local, y los jugadores de ambos equipos decidieron parar y despu¨¦s no disputaron los ¨²ltimos 14 minutos
La Bundesliga es un torneo ejemplar en muchos aspectos. Lo ocurrido ayer en la jornada 24 del partido que enfrentaba al Bayern con el Hoffenheim puede suponer un punto de inflexi¨®n en la prestigiosa Liga alemana. El l¨ªder visitaba el estadio del Hoffenheim y ganaba 0-6. En una decisi¨®n sin precedentes en el f¨²tbol europeo, los jugadores de ambos equipos decidieron parar el partido por la presencia de una pancarta insultante de los ultras del Bayern M¨²nich contra Dietmar Hopp, propietario del club local. Fue en el minuto 66 del encuentro, ampliamente dominado por el campe¨®n alem¨¢n.
En una de las esquinas del estadio Shinsheim Arena se exhib¨ªa una pancarta en la que se insultaba de forma grave al presidente del Hoffenheim. Se trataba de la esquina de la grada en la que se encontraban los aficionados ultras del conjunto b¨¢varo. Los jugadores de ambos equipos pararon el partido y se dirigieron a los vestuarios. Cinco minutos despu¨¦s del par¨®n, varios miembros de la plantilla del Bayern, junto con el entrenador Hansi Flick; el director deportivo, Hasan Salihamidzic, y la leyenda de la porter¨ªa, Oliver Kahn, corrieron hacia su propia afici¨®n para pedir que se retirara el mensaje.
¡°Todo sigue igual, la federaci¨®n rompe su palabra y Hopp sigue siendo un hijo de puta¡±, se pod¨ªa leer en un conjunto de tres pancartas. Los ultras b¨¢varos, igual que los del Borussia Dortmund e incluso los del M?nchengladbach han afeado la adquisici¨®n del Hoffenheim por parte de Hopp, apelando a la regla del 50+1 que impide la compra de clubes alemanes por parte de grandes fortunas. Hopp se benefici¨® de un excepci¨®n aplicada en 2015 para hacerse cargo del 96% de las acciones del club.
El partido se reanud¨® en el minuto 77, pero entonces se produjo una situaci¨®n surrealista. Los jugadores de ambos equipos acordaron pasarse el bal¨®n entre ellos, sin buscar la porter¨ªa rival, durante los ¨²ltimos 13 minutos del encuentro. En el palco, el propio Hopp y Karl-Heinz Rummenigge, leyenda y director general del Bayern, aplaud¨ªan la conducta de los jugadores, que contaba tambi¨¦n con el benepl¨¢cito del ¨¢rbitro, Christian Dingert, colegiado internacional.
El partido finaliz¨® con aplausos de los jugadores y de la mayor¨ªa de los 30.000 espectadores presentes en el Shinsheim Arena, que mostraron su conformidad con la conducta de los jugadores. No obstante, algunos hinchas abandonaron el estadio.
Las escenas que se vivieron fueron de un gran impacto emocional, puesto que los dos presidentes se unieron a los futbolistas en el terreno de juego para agradecerle su reacci¨®n ante los ultras. ¡°Siento verg¨¹enza. Le he pedido disculpas a Dietmar Hopp. A esta gente no se le ha perdido nada, pero absolutamente nada, en un campo de f¨²tbol. Actuaremos con la dureza y severidad necesarias¡±, dijo Rummenigge al finalizar el encuentro.
¡°Tenemos que acabar con esto. En esta liga todo el mundo mira hacia otro lado, necesitamos una campa?a conjunta entre liga y federaci¨®n. Tenemos que actuar en contra de estas minor¨ªas en la grada. Es un d¨ªa negro para el f¨²tbol. Estos personajes, que hoy se han quitado las m¨¢scaras, son enemigos del f¨²tbol. Suelen decir que es su club, pero no lo es. Nuestro Bayern no quiere tener nada que ver que este tipo de gente¡±, sentenci¨® el m¨¢ximo dirigente del Bayern, quien, curiosamente, particip¨® tambi¨¦n en otro partido simulado, como jugador, un Alemania-Austria de car¨¢cter muy distinto en el Mundial 82. Entonces, las dos selecciones pactaron un 1-0 que clasificaba a ambas y eliminaba al combinado de Argelia.
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