Niep¨®mniachi noquea a Ding y se destaca, tras hacer 30 jugadas de memoria

El m¨¦rito de Ian Niep¨®mniachi est¨¢ fuera de discusi¨®n: se prepar¨® a conciencia con ayuda de computadoras y programas muy potentes, y supo adivinar lo que Liren Ding iba a jugar. Adem¨¢s, la partida es magn¨ªfica. Pero victorias como esta -el ruso hizo al menos 30 jugadas de memoria- avivan el debate: ?necesita el ajedrez cambios profundos? A falta de una ronda para la mitad del Torneo de Candidatos (ocho para el final), Niepo aventaja en un punto al franc¨¦s Maxime Vachier-Lagrave, y en 1,5 al principal favorito, el estadounidense Fabiano Caruana. Ding queda casi descartado.

El gran error de Ding, 3? del mundo, claramente por debajo de su alt¨ªsimo nivel habitual a pesar de la gran victoria sobre Caruana en la 3? ronda, fue ser demasiado previsible. O, dicho de otra manera, porfi¨® en un enfoque cient¨ªfico del ajedrez, en detrimento del deportivo: en lugar de sorprender a su rival con algo que este no pudiera esperar, se empe?¨® en demostrar la bondad de una extra?a estructura de peones ya jugada antes por ¨¦l, con peones d¨¦biles en d4 y d5. Es decir, prueba y error, cuando de lo que se trata es de ganar un Torneo de Candidatos, la antesala para ser campe¨®n del mundo.

Y eso permiti¨® que el ruso le aplicase el veneno que hab¨ªa preparado minuciosamente en su laboratorio, demostrando a su vez que ese esquema produce serios problemas para las negras. Todo impecable -y de m¨¦rito enorme, dada la cantidad de horas de trabajo que implica- desde un punto de vista puramente cient¨ªfico. Pero quien pretenda demostrar que el ajedrez tambi¨¦n es un deporte, adem¨¢s de ciencia y arte, lo tendr¨¢ muy dif¨ªcil si toma como ejemplo esta partida.

Justo cuando Niep¨®mniachi ya hab¨ªa dejado por fin de jugar de memoria, en el movimiento 32, cometi¨® una peque?a imprecisi¨®n al explotar su ventaja. Los amigos inhumanos de los aficionados que segu¨ªan la partida en directo desde casa por internet mostraban en ese momento una de esas ideas que producen un respingo: Ding dispon¨ªa de un recurso defensivo bell¨ªsimo, ajedrez de otro planeta, pero poco menos que imposible de ver para un ajedrecista de carne y hueso. El propio vencedor lo explic¨® despu¨¦s muy gr¨¢ficamente: ¡°Si Liren llega a hacerme esa jugada, hubiera pedido una investigaci¨®n, acus¨¢ndolo de hacer trampas con ayuda de computadoras¡±.

Olga Burt¨¢sova, entrevistadora oficial de los jugadores tras cada partida, pregunt¨® a Niep¨®mniachi si tras una victoria as¨ª se sent¨ªa como un artista o solo pensaba en el resultado pr¨¢ctico. El ruso opt¨® por lo segundo, sin pensar. Ella insisti¨®: ?Y si hago la pregunta en general, no referida solo a este torneo? ¡°No tiene sentido contestar a eso porque ahora solo pienso en ganar este torneo¡±. Tal respuesta indica algo muy positivo: Niepo, como todo el mundo le llama, est¨¢ absolutamente centrado en el gran objetivo de retar con el t¨ªtulo en juego al campe¨®n del mundo, el noruego Magnus Carlsen. Pero un psic¨®logo quiz¨¢ ver¨ªa el deseo de esconder cierta inseguridad en una contestaci¨®n tan tajante: el punto d¨¦bil del ruso hasta ahora ha sido la inconsistencia en los resultados y un car¨¢cter algo inestable. Tiene ocho rondas para demostrar que ha corregido esas imperfecciones.

Tras el empate Wang-Vachier, que fue muy luchado e interesante, al igual que el firmado en la partida Grischuk-Caruana (Giri gan¨® a Alexeyenko tras m¨¢s de siete horas), Burt¨¢sova pregunt¨® al franc¨¦s y al chino si cambiar¨ªan algo en su preparaci¨®n en el caso de que su carrera deportiva empezase ahora: ¡°Por supuesto. Ahora, con la influencia de AlphaZeroy el entrenamiento con programas como Leela, el entrenamiento no tiene nada que ver con el que yo hac¨ªa cuando empec¨¦¡±, replic¨® Vachier Lagrave. Wang fue mucho m¨¢s rotundo: ¡°Si llego a saber que el ajedrez iba a ser como es ahora, me hubiera dedicado profesionalmente a otra cosa, quiz¨¢ a las finanzas¡±.

Clasificaci¨®n: 1? Niep¨®mniachi 4,5 puntos; 2? Vachier-Lagrave 3,5; 3?-6? Wang, Caruana, Giri y Grischuk 3; 7?-8? Ding y Alexeyenko 2.