Carlsen pasa a cuartos con apuros tras tumbar a Firouzja
Los duelos, desde el s¨¢bado, ser¨¢n: Nakamura-Aroni¨¢n, Kariakin-D¨²bov, Yu-Ding y So-Carlsen
Una derrota m¨¢s, la 3? en el torneo r¨¢pido por internet Lindores Abbey, ante el ruso Danil D¨²bov tras un error garrafal del noruego, puso a Magnus Carlsen en riesgo de no pasar a cuartos de final. Para mayor emoci¨®n, su rival en la ¨²ltima ronda era el portentoso iran¨ª Alireza Firouzja, de 16 a?os, necesitado de ganar. Pero el campe¨®n desenfund¨® su don para las grandes ocasiones, y fue inclemente. Ahora le esperan rivales muy correosos en su parte del cuadro, desde el s¨¢bado en el club virtual Chess24.
Carlsen estaba muy descontento el mi¨¦rcoles por la noche, tras sus derrotas ante el chino Yangyi Yu y el polaco Jan Duda en la segunda jornada de la primera fase: ¡°Estoy realmente enojado por mi p¨¦simo juego de hoy. Sent¨ªa que iba a jugar bien, pero no ha sido as¨ª. Ya no sigo a mi intuici¨®n, y eso es completamente inaceptable¡±.
Tal p¨¦rdida de confianza en s¨ª mismo no pas¨® desapercibida en las dos primeras rondas de las tres de este jueves. Carlsen firm¨® primero un empate correcto ante el ruso Sergu¨¦i Kariakin, pero sin brillar como acostumbra. Y luego no acert¨® a frenar el gran talento de otro ruso, Danil D¨²bov, quien logr¨® una posici¨®n ventajosa cuando el reloj lleg¨® al momento de m¨¢xima presi¨®n. Y entonces el campe¨®n del mundo se dej¨® una pieza limpia, algo rar¨ªsimo en ¨¦l, incluso en partidas r¨¢pidas. D¨²bov ya le hab¨ªa ganado hace una semana en el Memorial Steinitz.
Mientras tanto, Firouzja insist¨ªa en demostrar que su talento es m¨¢s que suficiente para entrar en los cuartos de final de un torneo tan severo como este. Pero en las grandes alturas del ajedrez el talento no basta, por muy grande que sea. El iran¨ª confirm¨® que uno de sus puntos d¨¦biles -no es grave porque se arregla con suficientes horas de entrenamiento- es su t¨¦cnica de finales (posiciones con pocas piezas): logr¨® uno muy ventajoso en la 9? ronda (1? de la jornada) frente a D¨²bov, pero permiti¨® que el ruso saliera vivo del precipicio.
Pero el esp¨ªritu luchador y la sed creativa de Firouzja son tan evidentes como que la nieve es blanca. De modo que ese frustrante empate no le cohibi¨® para lanzarse a continuaci¨®n al ataque con las piezas negras frente al ruso Alex¨¢nder Grischuk, triple campe¨®n del mundo de r¨¢pidas. Y el persa fue esta vez despiadado.
Y as¨ª se lleg¨® a una situaci¨®n so?ada probablemente por muchos aficionados cuya prioridad son las emociones fuertes: Carlsen corr¨ªa un peligro objetivo de no clasificarse entre los ocho primeros, porque jugaba la ¨²ltima con negras frente a Firouzja, quien le ha derrotado varias veces durante los ¨²ltimos meses en las modalidades r¨¢pidas. El iran¨ª necesitaba ganar, s¨ª o s¨ª, mientras que al noruego le bastaba el empate.
La pelea empez¨® bien para los intereses del asi¨¢tico, quien logr¨® eludir posiciones en las que el escandinavo pudiera jugar descaradamente al empate. Lo que hab¨ªa en el tablero era una bomba de relojer¨ªa: pod¨ªa parecer que reinaba la tranquilidad, pero lo cierto es que todo pod¨ªa saltar por los aires en cualquier momento. Era uno de esos momentos donde un campe¨®n debe confirmar que lo es. Y Carlsen no fall¨®: cuando el iran¨ª amenazaba con causarle serios dolores de cabeza, el noruego hall¨® una combinaci¨®n que terminaba con un golpe tan refinado como paralizante: de pronto, el ataque del portentoso joven se dilu¨ªa como un azucarillo, y adem¨¢s su rey quedaba desnudo.
Es imprudente sacar conclusiones de un solo torneo, y m¨¢s a¨²n si se trata de ajedrez r¨¢pido. Pero no es menos cierto que la trayectoria en los ¨²ltimos a?os de Duda, de 22 a?os, y del chino Yi Wei, de 20, induce a pensar que pueden instalarse durante mucho tiempo entre los quince primeros del mundo (de cualquier modalidad) pero no acreditan la potencia necesaria para llegar a la cumbre. A D¨²bov, de 24, parece que tambi¨¦n le falta algo para luchar por el trono. En cambio, el ¨²nico problema de Firouzja es su excesiva juventud para alcanzar la dureza de los m¨¢s grandes.
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