Carlsen y Caruana, igualados (4-4) en una final apote¨®sica
El noruego crea una obra de arte, y ambos asombran por su calidad y brillantez en partidas r¨¢pidas
Los dos mejores ajedrecistas del mundo han empatado (4-4) un combate memorable, muy espectacular, de gran calidad y belleza, a pesar de que es un torneo de partidas r¨¢pidas, por internet, con la f¨®rmula termostato (dos de las partidas punt¨²an doble; y otras dos, triple). La final entre Magnus Carlsen, cuya victoria en la 3? es una obra de arte, y Fabiano Caruana terminar¨¢ este domingo.
Carlsen estaba muy contrariado tres minutos despu¨¦s de perder la 6? partida, ¨²ltima de la jornada: ¡°Me siento totalmente frustrado, aunque debo reconocer que los dos hemos luchado muy bien. Pero no ganar esa ¨²ltima partida me deja muy dolorido¡±. El comentarista Maurice Ashley, quien adem¨¢s es el inventor de la f¨®rmula termostato, decidi¨® pinchar al campe¨®n con su siguiente pregunta ¨C¡°?Qu¨¦ debe hacer ma?ana para ganar?¡±-, y el noruego solt¨® la ira acumulada: ¡°Creo que soy mejor jugador que ¨¦l, y normalmente juego mejor que ¨¦l. De hecho, en esa sexta partida ¨¦l no hab¨ªa entendido nada de la filosof¨ªa de la posici¨®n y estaba completamente perdido. Por eso estoy tan enojado, aunque debo reconocer que Fabiano es un gran luchador, y tiene mucho m¨¦rito que haya dado la vuelta a esa posici¨®n¡±.
Pero la ¨²ltima partida fue solo el colof¨®n de un duelo apote¨®sico. Carlsen lo afront¨® con los colmillos muy afilados, a juzgar por su juego, con blancas, en el asalto inaugural, renunciando al enroque y avanzando m¨¢s tarde los peones que proteg¨ªan a su rey. Objetivamente, ten¨ªa cierta ventaja, pero con cinco minutos menos que Caruana en el reloj. Sin embargo, el campe¨®n del mundo demostr¨® que lo es, haciendo muy bien lo m¨¢s dif¨ªcil con muy poco tiempo, lo que le llev¨® a una posici¨®n totalmente ganada. Pero es probable que justo ah¨ª -cuando, adem¨¢s, su rival ya le hab¨ªa alcanzado en el consumo de tiempo- pecase de exceso de confianza, porque su ventaja se evapor¨® en un pis pas, y se firm¨® el empate.
La 2? partida fue t¨¦cnicamente formidable, como si ambos hubieran tenido un par de horas para pensar. Sin embargo, apenas produjo emoci¨®n alguna para un aficionado de nivel medio, porque, en ajedrez, sin errores casi nunca hay belleza. Pero, en realidad, esa calma fue de las que preceden a una gran tormenta. ?Y qu¨¦ tormenta!
En la 3?, Carlsen hizo algo muy habitual en ¨¦l, salir cuanto antes de los caminos m¨¢s trillados. En la jugada 10 se desvi¨® de una partida entre el polaco Gajewski y el espa?ol Miguel Santos, de la Liga Alemana 2019, pero no logr¨® ventaja alguna. Sin embargo, fue el ¨ªtalo-estadounidense quien esta vez se confi¨® en exceso: su jugada 24 permiti¨® un golpe tan elegante como letal de Carlsen, quien a continuaci¨®n actu¨® con tal precisi¨®n y belleza que esta partida puede considerarse entre las m¨¢s brillantes de su carrera.
Esa obra de arte pon¨ªa el list¨®n de la calidad muy arriba, pero Caruana estuvo a la altura en el plano de la excelencia t¨¦cnica. El siguiente asalto no fue brillante, pero s¨ª formidable. El estadounidense, con blancas, se apunt¨® a una moda dictada por el programa revolucionario AlphaZero, y seguida con frecuencia por Carlsen y otros: avanzar un pe¨®n de torre (el que protege al rey) en plan kamikaze hasta donde le dejen llegar. Y le sali¨® muy bien. Manej¨® mejor el reloj, como en todo el duelo, adquiri¨® ventaja, la llev¨® a un final de torres y la convirti¨® con enorme precisi¨®n. El marcador quedaba igualado en las puertas de las dos partidas que punt¨²an doble.
La fiesta de ajedrez excelso continu¨® en el siguiente asalto. Caruana se desvi¨® con negras en la d¨¦cima jugada de una de las partidas del Mundial entre ambos de Londres 2018. Y en la 21 hizo una jugada tan buena como arriesgada, muy dif¨ªcil, incluso en ajedrez lento: entreg¨® uno de los peones que proteg¨ªan a su rey, que Carlsen captur¨® adem¨¢s con jaque, a cambio de ganar armon¨ªa para sus piezas. Las m¨¢quinas dec¨ªan que esa decisi¨®n hab¨ªa sido correcta. Pero en la 45, cuando todo indicaba un empate, Caruana sucumbi¨® a la presi¨®n del reloj con un error t¨¢ctico mortal.
Esa derrota no corresponde al tipo de las m¨¢s dolorosas -como varias de Aroni¨¢n en la semifinal ante Carlsen-, y por tanto cab¨ªa esperar una reacci¨®n del americano. Y la hubo, en otra pelea a navajazos, que Carlsen jug¨® como los ¨¢ngeles, con ideas incre¨ªbles en ajedrez r¨¢pido, y estuvo muy cerca de ganar pero, siempre m¨¢s apurado de tiempo que Caruana, acab¨® perdiendo tras un vibrante intercambio de golpes hasta la jugada 54.
Caruana recalc¨® que hubiera cuatro victorias en seis partidas: ¡°Y el marcador indica que, pase lo que pase ma?ana en las cuatro primeras partidas, las dos ¨²ltimas [que punt¨²an triple] ser¨¢n las decisivas. Supongo que los aficionados no pueden pedir m¨¢s emoci¨®n¡±.
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