Leinier Dom¨ªnguez impone su clase a la velocidad de Jaime Santos en un duelo vibrante
El cubano-estadounidense gana la final por 2,5-1,5 con una victoria y tres empates
El talento supers¨®nico del leon¨¦s Jaime Santos, de 24 a?os, no fue suficiente para doblegar al fort¨ªsimo Leinier Dom¨ªnguez, de 36, campe¨®n del mundo en la modalidad rel¨¢mpago en 2008 y 6? del escalaf¨®n actual en la de r¨¢pidas, que es la del Magistral Ciudad de Le¨®n. El cubano-estadounidense gan¨® la final por 2,5-1,5, exhibiendo una gran preparaci¨®n y un mejor manejo del reloj que en la v¨ªspera. Y, sobre todo, su gran clase.
¡°Leinier es muy duro¡±, fue el significativo resumen de Santos tras su derrota, durante la entrevista con Chess.com. Y lo ampli¨®: ¡°He intentado sorprenderle en la primera partida, pero se sab¨ªa todas las buenas¡±. El vencedor se pronunci¨® con su mesura habitual: ¡°Cuando estudi¨¦ partidas de Jaime supe que es muy fuerte, y m¨¢s a¨²n en r¨¢pidas. Y la final ha sido tan dif¨ªcil como esperaba¡±.
Jaime Santos es, junto a Miguel Santos (nacido en 1999), el ¨²nico de los 20 mejores espa?oles que no ha cumplido a¨²n los 25 a?os. Adem¨¢s, su puesto en el escalaf¨®n es mucho m¨¢s alto en la modalidad r¨¢pida (3?, tras Paco Vallejo y David Ant¨®n) que en las de partidas lentas y rel¨¢mpago. Esa particularidad tiene mucho que ver con otra, muy presente en su carrera desde ni?o: gracias a su enorme talento y excelente preparaci¨®n te¨®rica, consume mucho menos tiempo que sus rivales en casi todas las partidas, lo que los somete a gran presi¨®n. Pero no son pocas las lentas que ha estropeado en posici¨®n ganadora por seguir moviendo demasiado r¨¢pido cuando ten¨ªa tiempo de sobra para rematar con seguridad. Sin embargo, ese defecto es mucho menos visible en las partidas r¨¢pidas, porque la presi¨®n que sufre el adversario es a¨²n mayor, y todo ello estuvo muy presente en este duelo con un rival fort¨ªsimo, como Leinier Dom¨ªnguez.
Quien analice la primera partida de esta final sin ayuda de los amigos inhumanos quedar¨¢ impresionado por la espectacularidad de los veinte lances iniciales. Pero conviene saber que todo eso estaba analizado en casa, probablemente por parte de ambos jugadores. Como indic¨® el legendario gran maestro peruano Julio Granda, comentarista en directo de Chess.com con su colega ecuatoriano Carlos Matamoros, esa partida es un ejemplo del ajedrez del siglo XXI, tan influido por las computadoras, aunque no deja de ser bella, instructiva a interesante a pesar de todo.
Tras ese empate con negras, Leinier apret¨® con las blancas a Santos en el segundo asalto. Y lo hizo muy bien, aprovechando las imprecisiones de su rival, en un esquema que requiere un juego cuidadoso, para lograr primero un pe¨®n central pasado y luego dos torres en la s¨¦ptima fila. Las m¨¢quinas ve¨ªan una defensa para las negras, pero muy dif¨ªcil de atisbar para un ser humano, por muy gran maestro que sea. Jaime no la vio, y la posici¨®n era totalmente ganadora para las blancas. Mas a Leinier solo le quedaban segundos en el reloj -por varios minutos de su oponente- y cay¨® en el ¨²ltimo ardid tendido por el leon¨¦s, que salv¨® as¨ª medio punto milagrosamente.
La parte mala de la velocidad de Santos se vio en la apertura del tercer asalto, cuando se equivoc¨® en el orden de las jugadas, y qued¨® claramente peor con blancas. Leinier fue apretando a su estilo habitual, sin violencia, hasta que provoc¨® m¨¢s errores y logr¨® una ventaja decisiva. Era el momento de recordar lo que hab¨ªa dicho el s¨¢bado por la noche, tras eliminar al iran¨ª Parham Maghsoodloo en la muerte s¨²bita: ¡°Me falta costumbre en el manejo del rat¨®n, lo que hace que me sienta mucho menos c¨®modo en las partidas por internet que en las presenciales¡±. Granda y Matamoros abundaron en ello: ¡°Leinier est¨¢ menos acostumbrado que los grandes maestros j¨®venes a ver el tablero en dos dimensiones, en lugar de en tres¡±. Y al americano le quedaba un minuto para rematar. Pero esta vez acert¨®, gan¨® y puso al leon¨¦s contra las cuerdas.
Obligado a ganar con negras, Santos logr¨® una posici¨®n que le ven¨ªa bien: objetivamente peor para ¨¦l, con un pe¨®n menos, pero con dinamismo y ataque al rey, adem¨¢s de tres minutos de ventaja. Acertar con las jugadas defensivas m¨¢s precisas no era nada f¨¢cil, ni siquiera para alguien tan fuerte como el Leinier, y adem¨¢s el leon¨¦s segu¨ªa jugando r¨¢pido. Pero las tornas se cambiaron en la jugada 22 de Santos: ya fuera por un desliz del rat¨®n o porque se equivoc¨®, hizo Tc5 cuando la buena era Tc4.
Esta vez, Leinier apret¨® las neuronas de su concentraci¨®n, aprovech¨® ese error, logr¨® una posici¨®n claramente ventajosa y luego resolvi¨® de la manera m¨¢s profesional, sin arriesgar ni buscar la victoria, sino asegurando un empate que le convert¨ªa en campe¨®n. La clase hab¨ªa podido m¨¢s que la rapidez de un gran talento a¨²n por pulir. El h¨¦roe local, criado ajedrec¨ªsticamente desde ni?o en los torneos Ciudad de Le¨®n, estuvo m¨¢s cerca que nunca de triunfar en su tierra, pero deber¨¢ seguir intent¨¢ndolo.
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