Carlsen avasalla a Nakamura en la 4? manga
El noruego iguala (2-2) a falta de tres duelos con un juego de enorme calidad y brillantez
Magnus Carlsen estaba hoy sembrado, y adem¨¢s Hikaru Nakamura no tuvo su mejor d¨ªa. El noruego gan¨® la 3? partida y estuvo cerca de vencer en la 1? y 4? (la 2? fue un empate corto e insulso) de la 4? manga de las siete previstas en la gran final del circuito r¨¢pido por internet que lleva su nombre. La 5? se disputa este martes en Chess 24 con el marcador igualado (2-2) desde las 16.00 en Madrid (11.00 en Buenos Aires; 09.00 en Bogot¨¢ y Ciudad de M¨¦xico).
¡°Hoy he jugado bien en general, apenas le he permitido contrajuego. Pero mi problema en esta final es que me cargo mucho de tiempo, y me resulta muy dif¨ªcil convertir posiciones ganadoras en victorias cuando la presi¨®n del reloj es tan grande. Adem¨¢s, Hikaru calcula muy bien y muy r¨¢pido. De ah¨ª que estemos tan igualados hasta ahora¡±, explic¨® Carlsen tras una de las mejores jornadas para ¨¦l desde que empez¨® el circuito, en abril.
El primer asalto fue muy interesante, y a punto estuvo de ser determinante. Carlsen insisti¨®, con blancas, en el planteamiento hipermoderno (sin ocupar el centro con peones, sino presion¨¢ndolo desde lejos con piezas) con notorio ¨¦xito, ya que logr¨® una ventaja no muy grande pero duradera. Entonces, en la jugada 22, Nakamura omiti¨® una bella y muy elegante combinaci¨®n que Carlsen vio de inmediato, logrando una ventaja poco menos que ganadora. Pero ten¨ªa muy poco tiempo, y Nakamura aprovech¨® esa presi¨®n para arrancar medio punto muy importante con una defensa muy precisa.
Por el contrario, el segundo fue un rollo patatero, que solo pod¨ªa terminar en tablas. Al parecer, Nakamura no ha encontrado una variante que aporte alguna sustancia cuando evita la previsible Defensa Berlinesa del campe¨®n, lo que genera la l¨®gica pregunta de por qu¨¦ insiste entonces en que su primer movimiento sea 1 e4, y no aprovecha la inmensa riqueza del ajedrez.
En el tercero, Carlsen decidi¨® no repetir el tratamiento hipermoderno, quiz¨¢ por miedo a que el entrenador de Nakamura le hubiera armado contra ello durante el descanso de diez minutos. En su lugar, opt¨® por la Apertura Italiana, ya conocida en el siglo XVI, cuando el espa?ol Ruy L¨®pez de Segura fue considerado como el campe¨®n del mundo oficioso, en lucha con fuertes rivales italianos.
Parec¨ªa que el noruego no iba a lograr nada con ese cambio cuando, de pronto, Nakamura se cans¨® de ce?irse a la defensa y se fue a por uvas en un terreno de alto riesgo. Su error t¨¢ctico lleg¨® pronto, y el campe¨®n lo aprovech¨® con su inclemencia y brillantez habituales, dado que no estaba para bromas tras la derrota de la v¨ªspera.
Ello obligaba al estadounidense a ganar como fuera el cuarto asalto, con blancas. Y, para ello, a pensar muy r¨¢pidamente en alg¨²n arma que evitase el sopor¨ªfero empate del segundo. No solo no la encontr¨®, sino que se enfrent¨® a lo que parec¨ªa una excelente receta de laboratorio de Carlsen -luego asegur¨® que hab¨ªa encontrado la jugada clave, 12 ¡c5, durante la partida-, quien logr¨® clara ventaja desde la apertura, que bien podr¨ªa haber convertido en victoria de haber sido necesario. Pero permiti¨® que Nakamura consiguiera empatar.
Todo indica que el americano y su entrenador tendr¨¢n que trabajar duramente esta noche en su repertorio de aperturas, donde tienen importantes agujeros que tapar. Ese factor puede ser la clave de que el duelo siga siendo tan emocionante como hasta ahora. Y otro elemento esencial puede ser la resistencia f¨ªsica, que ayer ya provoc¨® errores groseros de ambos, no repetidos hoy.
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