El ertzaina que marc¨® a Messi
Gaizka Bergara debut¨® en Primera con el Athletic, se hizo polic¨ªa y ahora se prepara para ser gu¨ªa de media monta?a
La pared del front¨®n no devuelve un bal¨®n sino el eco de una obsesi¨®n: mejorar. Gaizka Bergara (Orozko, Bizkaia; 34 a?os) cuenta entonces 13 a?os y observa un pie izquierdo que no est¨¢ a la altura. Cada d¨ªa sale de casa con un bal¨®n bajo el brazo, se coloca en una esquina del front¨®n y pasa un tiempo infinito dando toques a la pelota con la izquierda para domarla y que sea tan ¨²til como la derecha. Gaizka ingres¨® en la cantera de Lezama, la del Athletic, poco despu¨¦s de cumplir 10 a?os y enseguida tuvo una certeza: no era el mejor del equipo, ni de los mejores, pero intuy¨® que deb¨ªa trabajar duro para que siguiesen contando con ¨¦l, ser s¨®lido. ¡°Llegas a Lezama y enseguida sue?as con debutar un d¨ªa con el primer equipo y ese sue?o es toda tu vida¡±, explica ahora que el f¨²tbol es un asunto marginal en su existencia.
Despu¨¦s de pasar por todas las categor¨ªas del club vizca¨ªno y de ver desaparecer un n¨²mero enorme de compa?eros de talento, Gaizka debut¨® en un partido de Liga en Primera. El ni?o que destacaba como goleador se hab¨ªa reconvertido en defensa central y mientras esperaba el cambio en la banda del Camp Nou, y miraba al cielo y no lo ve¨ªa porque la enormidad del escenario se lo imped¨ªa, Ronaldinho le gui?aba un ojo y le hac¨ªa gestos para ponerlo m¨¢s nervioso, como si eso fuese posible. ¡°Cuando el entrenador, Man¨¦, me llam¨® para salir, perd¨ªamos 3-0 y Sarriegi ten¨ªa cuatro amarillas, as¨ª que sal¨ª en el minuto 77 y en el 90 me sacaron una amarilla por una entrada a Messi. Me hice yo m¨¢s da?o que ¨¦l, que es como una roca¡±, r¨ªe ahora. Fue el 25 de febrero de 2007. Fue en otra vida. Su sue?o largamente acariciado tuvo una concreci¨®n de 15 minutos; minutos que justifican 21 a?os de dedicaci¨®n al bal¨®n. ¡°Esa noche no pude dormir, dominado por la adrenalina y un enorme sentimiento de orgullo¡±, recuerda.
Si bien esa temporada fue convocado una quincena de veces con el primer equipo, no volvi¨® a jugar y cuando regres¨® al filial se encontr¨® una sorpresa: ya no era titular. ¡°Respeto mucho el trabajo de los representantes, pero han enturbiado mucho las cosas. No fue casualidad que el jugador que ocup¨® mi puesto en el Bilbao Athletic tuviese el mismo representante que el entrenador¡±, observa Gaizka. Ah¨ª mismo empez¨® su peculiar ca¨ªda a las catacumbas del f¨²tbol. Una importante lesi¨®n de rodilla lo mantuvo meses de baja y un buen d¨ªa, 12 a?os despu¨¦s de ingresar en Lezama y al a?o de debutar frente al Bar?a, fue cedido. ¡°En Lezama me lo dieron todo, me ense?aron el f¨²tbol y a seguir estudiando, no tengo queja alguna, pero el d¨ªa que te vas te quedas solo, no recibes ni una llamada del club, es como si nunca hubieses pertenecido a la instituci¨®n¡±, lamenta.
La presi¨®n
Jos¨¦ Mari Amorrortu, coordinador de la cantera, fue una figura clave en su desarrollo, apunta. Sestao River, Portugalete, Llodio y, finalmente, Arenas de Getxo asistieron a su despedida del f¨²tbol. Con 31 a?os, ¡°pero con cuerda para rato¡±, Gaizka aprob¨® una oposici¨®n a ertzaina y entendi¨® que era el momento de apostar por un futuro diferente y un presente seguro. Mientras jug¨® en Segunda B o en Tercera escogi¨® estudiar: t¨ªtulo de soldador, de calderero, de euskera, de entrenador¡ y trabajando ocho horas en un aserradero. ¡°Necesitaba sentirme ¨²til¡±, justifica. Ahora ha vuelto a estudiar en el marco de la formaci¨®n de gu¨ªas de monta?a que imparte el Gobierno vasco a trav¨¦s de la escuela Kirolene. Sus compa?eros suelen advertir al profesor que es una celebridad, famoso por darle una patada a Messi. Gaizka r¨ªe tambi¨¦n. Es un alumno extraordinariamente serio y met¨®dico, alguien que ha sabido encontrar en la monta?a o en la bicicleta dos nuevas pasiones.
La disciplina adquirida para mejorar en el terreno de juego le permite concentrarse ahora con facilidad en el manejo de la br¨²jula y en el estudio del mapa, o en el rol que debe adoptar el gu¨ªa frente a sus clientes. En su mapa personal figura la idea de ingresar en el grupo de rescate en monta?a de la Ertzaintza. En su discurso respecto al f¨²tbol no existe frustraci¨®n pero s¨ª un deseo incumplido: ¡°Hubiese sido maravilloso poder haber acabado como Javi Mart¨ªnez (su compa?ero de habitaci¨®n cuando fue convocado con el primer equipo), Llorente, Urzaiz o Etxeberria; aunque solo fuese para haber podido sacar a mis padres de trabajar y pagarles la hipoteca. Es la ¨²nica pena que conservo¡±. De tarde en tarde coincide con alguna de las estrellas del Athletic: ¡°Aunque siempre son amables conmigo, yo me corto, me da verg¨¹enza la idea de ser un pesado m¨¢s para ellos y aunque son tipos normales, est¨¢n un pelda?o por encima, tienen otro nivel en la vida¡±, expone.
¡°En el f¨²tbol existe una enorme presi¨®n que en mi caso no proced¨ªa del club, de mi familia o de mi entorno: me la creaba yo mismo. Ceder ante la presi¨®n es f¨¢cil, tanto como dejar de tener los pies en el suelo. En Primera los intereses en juego, tanto personales como econ¨®micos, son enormes y cada cual mira por su bien, pero todos mis compa?eros me ayudaron cuando ingres¨¦ en el vestuario del primer equipo¡±, se?ala. De pronto, observa, ¡°se te acerca mucha gente y te pagan las copas. Y esa misma gente te llama borracho y se aleja cuando las cosas dejan de irte bien. Es una realidad que ten¨ªa asumida, as¨ª que no sufr¨ª por ello¡±.
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