Simeone le da la vuelta al calcet¨ªn
El equipo rojiblanco ha modificado su juego en todas las zonas del campo, desde el inicio hasta la finalizaci¨®n
Es otro Atl¨¦tico. Las sensaciones no enga?an. Es justo lo que parece: un equipo que ha modificado sus andares en todas las zonas del campo sin perder sus se?as de identidad m¨¢s b¨¢sicas. Las que le permiten seguir siendo un conjunto que se articula de atr¨¢s hacia delante con una innegociable mentalidad defensiva. Ah¨ª est¨¢n, para atestiguarlo, los ocho goles en contra, la mitad de los recibidos por el Real Madrid, segundo clasificado. A partir de Oblak todo ha cambiado. Ahora el esloveno ya no saca en largo, sino que combina con sus tres centrales en su ¨¢rea.
Es una vuelta al calcet¨ªn (pizarra) casi completa. Nueva disposici¨®n t¨¢ctica: del 4-4-2 cl¨¢sico a un 3-1-4-2 que, por el escalonamiento de las l¨ªneas, tambi¨¦n se entiende en un 3-3-2-2; distinta ocupaci¨®n de los espacios con mayor presencia en la parcela enemiga y, finalmente, diferentes conceptos futbol¨ªsticos en las tres fases del juego: iniciaci¨®n, creaci¨®n y finalizaci¨®n.
Partido a partido, la voz de Simeone retumba en los estadios vac¨ªos. ¡°Jueguen, juegen, jueguen¡±. Los receptores de ese mensaje son los tres centrales. ?Qui¨¦n le ha visto y qui¨¦n le ve! En el presente, la primera intenci¨®n es iniciar el juego por ellos con la ayuda de Koke y atraer al rival seg¨²n se avanzan metros. En esta estrategia es donde se agranda la figura de Hermoso. Es quien sale en conducci¨®n y orienta la salida hacia la siguiente l¨ªnea.
De la inamovible defensa de cuatro en bloque medio se ha pasado, cuando se inicia el juego, a una zaga de tres adelantada. Si toca defender, el repliegue de uno o de los dos carrileros es inmediato para convertirse en una l¨ªnea de cuatro o cinco. De los dos laterales al uso se ha saltado a los dos de largo recorrido (Trippier/Vrsaljko-Carrasco), que pasan m¨¢s tiempo en el campo contrario que en el suyo.
En la zona de creaci¨®n, la l¨ªnea de dos mediocentros y dos escoltas que no eran ni interiores ni extremos se ha convertido en un tri¨¢ngulo con un volante central muy perfilado (Koke) y dos interiores de ida y vuelta (Llorente y Lemar). Es donde mejor se identifica la nueva versi¨®n. Muchos primeros pases por dentro. Entran en acci¨®n Llorente y Lemar, e incluso, cada uno a una altura, los dos hombres m¨¢s adelantados. Todos por el carril central. La idea es liberar las bandas para los carrileros.
Si el equipo no puede progresar por dentro, para atacar por fuera echa mano de sus dos galgos de largo recorrido, con el apoyo, entonces, de Llorente y Lemar. Cuando se articula por las bandas, muestra tambi¨¦n dos propuestas. Por la derecha, Trippier ¡ªvital su baja¡ª aparec¨ªa m¨¢s por sorpresa. Sin embargo, por la izquierda, Carrasco quiere m¨¢s el bal¨®n al pie y busca el uno contra uno. Sin el ingl¨¦s y ante las dudas de Vrsaljko, la figura de Llorente debe cobrar a¨²n m¨¢s protagonismo. ?l ser¨¢ el encargado de ofrecer por la derecha la profundidad que daba Trippier. En su defecto, el Cholo puede cambiar de banda a Carrasco, como hizo en la segunda parte con el Valencia y meter a Lodi en la izquierda.
Por ¨²ltimo, de los dos delanteros buscadores de espacios no queda nada. Ahora surge la referencia avanzada que estira al nueve (Luis Su¨¢rez) y otro atacante (Joao F¨¦lix/Correa) que baja a asociarse. El uruguayo participa poco del juego, pero lo compensa con goles. Un potos¨ª. Vive en fuera de juego para fijar a los centrales contrarios y que estos den pasos hacia atr¨¢s que provoquen espacios para la llegada del segundo delantero o de los interiores. Adem¨¢s de sus 12 tantos, es su otra gran aportaci¨®n colectiva: hace largos a los rivales. Despu¨¦s los remata.
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