El Sevilla no tiene piedad del Bar?a
Los azulgrana, fr¨¢giles defensivamente, son incapaces de generar ocasiones ante un adversario muy efectivo que pone la eliminatoria de cara con goles de Kound¨¦ y Rakitic
La Copa tambi¨¦n se juega como quiere el Sevilla. Ahora mismo dif¨ªcilmente hay un plantel m¨¢s preparado para disputar cualquier partido ante el rival que sea y con independencia del torneo en litigio que el de Lopetegui. Nadie ha podido batir a Bono en la Copa. Tampoco el Bar?a. Aquel equipo bravo y pasional, acostumbrado a remontar, superviviente en situaciones l¨ªmite, claudic¨® en el muro de Nervi¨®n. Ni siquiera Messi supo c¨®mo meter un gol despu¨¦s de que los barcelonistas dieran cien vueltas al partido del Pizju¨¢n.
Aunque futbol¨ªsticamente fue mejor que en partidos anteriores, el Bar?a carg¨® con dos goles dif¨ªciles de remontar en el partido de vuelta del Camp Nou. El Sevilla entiende que est¨¢ ante la oportunidad de su vida y juega con la fe y la confianza de los ganadores, concentrado y efectivo, sin concesiones, m¨¢s afortunado y en racha que el remendado Barcelona de Koeman. Tuvo dos ocasiones y se remiti¨® m¨¢s al marcador que el juego cuando abandon¨® la cancha ante el asombro del Bar?a.
Quiz¨¢ porque la defensa no ten¨ªa remedio, ausentes Piqu¨¦, Araujo, Dest y Sergi Roberto, Koeman intent¨® que la suerte del partido dependiera de sus mejores centrocampistas y delanteros, plan que pasaba por mantener como interior a De Jong. Hab¨ªa que atacar muy bien para no tener que reparar en una zaga tan fr¨¢gil y sorprendente que Junior formaba de lateral derecho y Umtiti y Mingueza de centrales. Mientras Lenglet calentaba banquillo, prescindible para Koeman.
Aunque al Sevilla tambi¨¦n le faltaban los laterales titulares (Navas y Acu?a) y su futbolista desequilibrante (Ocampos), sus individualidades pesan menos que las azulgrana porque Lopetegui dispone de una plantilla tan profunda que siempre acaba por armar un equipo competitivo y solvente, muy bien organizado y fuerte f¨ªsicamente, dif¨ªcil de batir y, al mismo tiempo, desequilibrante por la presencia de jugadores talentosos como Suso y Papu. O rematadores de la talla de En-Nesyri.
Nada se improvisa en el Sevilla mientras que el Bar?a se ha acostumbrado a actuar sobre la marcha, condicionado por las circunstancias y pendiente del punto de forma de Messi Alrededor del 10, los azulgrana se estiraron con valent¨ªa desde que sacaron de centro, mejores en la presi¨®n que en la elaboraci¨®n, al igual que el Sevilla. Apretaban arriba los dos equipos, m¨¢s asociativo el de Koeman y directo el de Lopetegui, ambos muy parejos en LaLiga y la Copa.
Ter Stegen y el gafe del primer remate
Kound¨¦ dej¨® en evidencia a Umtiti con un toquecito, pis¨® ¨¢rea y bati¨® a Ter Stegen. Fue el primer disparo del Sevilla entre los tres palos, tambi¨¦n el gol del defensa. Nada raro para infortunio del portero del Bar?a, que en los ¨²ltimos tres encuentros ha sido superado en el primer disparo a puerta. Le ocurri¨® ante el Granada, cuando Kenedy acert¨® a rematar un centro lateral; y le sucedi¨® tambi¨¦n frente al Betis, cuando Borja Iglesias hizo lo propio desde dentro del ¨¢rea. Curioso si se tiene en cuenta que en la Copa, antes, jugaba el segundo portero, Neto. Ya no.
Apoyado por el despliegue de Demb¨¦l¨¦, lateral o extremo en funci¨®n de la localizaci¨®n del juego, y por el intervencionismo de De Jong, muy pendiente de la salida del bal¨®n, el Bar?a se arrimaba m¨¢s y mejor en un partido pausado y que por un momento qued¨® a merced del pie de Messi, habilitado por Griezmann. Bono intervino entonces con el pie para rechazar el tiro del 10. Los remates eran escasos porque se arriesgaba poco, temerosos los jugadores de errar, necesitado el partido de valientes como Kound¨¦.
Kound¨¦, decisivo
El central rompi¨® l¨ªneas como volante desde la divisoria con una conducci¨®n que nadie se atrevi¨® a interrumpir, ni Busquets y menos Umtiti, y dispar¨® cruzado como un buen delantero al poste derecho de Ter Stegen. Al Bar?a le falt¨® instinto defensivo despu¨¦s de un notable esfuerzo por controlar el encuentro, m¨¢s paciente que ambicioso, bien domado por el equipo del omnipresente Jord¨¢n. El Barcelona se asust¨® con el gol y el Sevilla tuvo m¨¢s jerarqu¨ªa y oficio, amo del Pizju¨¢n.
Tocaba y aceleraba el Sevilla y obedec¨ªa el Barcelona. Los azulgrana, faltos de precisi¨®n y muy planos, no encontraban la manera de penetrar en el ¨¢rea contraria pese al buen pie de Umtiti, pero no lograban cerrar los pasillos interiores generados por el f¨²tbol de Jord¨¢n y Kound¨¦. Messi entraba poco en juego, no desbordaba Demb¨¦l¨¦ y cuando alg¨²n delantero barcelonista alcanzaba una posici¨®n de tiro por sorpresa aparec¨ªa el bloqueo del exuberante Kound¨¦ o la mano de Bono.
Arriesg¨® progresivamente el Bar?a, m¨¢s intimidador y tambi¨¦n m¨¢s vulnerable, expuesto a las transiciones del Sevilla. La carga azulgrana fue continua, el bal¨®n no sal¨ªa de la cancha andaluza y Lopetegui no paraba de cambiar jugadores ante la mirada de Koeman. No atinaban, sin embargo, los azulgrana en el ¨²ltimo pase, barrocos en el juego, y las ocasiones fueron escasas, menos claras que la ¨²nica que tuvo el Sevilla. Rakitic arranc¨® solo desde la divisoria despu¨¦s de que Umtiti rompiera el fuera de juego y puso el 2-0. Un resultado doloroso para los azulgrana si se tiene en cuenta su esfuerzo, est¨¦riles desde Ter Stegen hasta Messi, negados por un despiadado Sevilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.