Athletic y Real, un choque de estilos
Los dos equipos vascos protagonizan una final de Copa in¨¦dita y apasionante entre viejos rivales
?Es miedo, es inquietud? La semana de pasi¨®n del Athletic y la Real Sociedad se resume en ambos sentimientos. Los aficionados de una y otra punta de la AP-8 se debaten entre la esperanza por una victoria y el pavor a una derrota. Es una final, puede suceder cualquier cosa, y es precisamente esa variable la que siembra una incertidumbre que, posiblemente, no aflorar¨ªa si el rival no fuera el vecino ruidoso, el de los derbis festivos y pac¨ªficos pero enconados, que sirven para alimentar el fuego de la ilusi¨®n seg¨²n hacia qu¨¦ lado se decanten.
Los dos equipos velan armas ya. La Real viaj¨® en la v¨ªspera y el Athletic lo hizo el jueves a mediod¨ªa, en medio de la despedida un tanto imprudente de las miles de personas que acudieron a las cunetas de la carretera que une Lezama con el aeropuerto de Loiu. Casi 300 siguieron en motocicleta a los autobuses hasta las puertas de la terminal. En la expedici¨®n figuraba Aritz Aduriz, que sirvi¨® de talism¨¢n en la Supercopa jugada en el mismo escenario. Bizkaia entera est¨¢ inundada de banderas rojiblancas; sucede lo mismo en San Sebasti¨¢n y muchos pueblos de Gipuzkoa. Ilusi¨®n e inquietud a partes iguales en un choque (21.00, Telecinco) que se presume igualado, como lo son todos los derbis, y en el que tanto Imanol como Marcelino podr¨¢n contar, en principio, con sus mejores bazas. Es casi una cuesti¨®n psicol¨®gica. Los lesionados reducen plazos de regreso, los no habituales llaman a la puerta.
Es cierto que, en la Real Sociedad, Merino est¨¢ entre algodones, que Silva regresa despu¨¦s de estar parado, como Zaldua o Elustondo; que Zubimendi sufri¨® un golpe en el primer partido de la sub-21 hace una semana, o que Oyarzabal, Isak, Januzaj y Barrenetxea han estado muchos d¨ªas sin entrenarse con sus compa?eros por las llamadas de los seleccionadores. Pero tambi¨¦n el Athletic, aunque tiene al resto disponible, observ¨® c¨®mo Luis Enrique mantuvo 90 minutos en el campo a Unai Sim¨®n e I?igo Mart¨ªnez frente a Kosovo, a cuatro d¨ªas del partido. ¡°La final no me importa nada¡±, fue el comentario del seleccionador, que s¨ª pact¨® otros asuntos de r¨¦cord. Ambos durmieron la madrugada del jueves en Sevilla y esperaron la llegada de sus compa?eros al hotel de concentraci¨®n, para afrontar juntos los dos entrenamientos previos.
Ser¨¢ un choque de estilos, o tal vez no. La Real renunci¨® al suyo en el ¨²ltimo derbi de San Mam¨¦s y gan¨® pertrech¨¢ndose en su campo despu¨¦s de marcar pronto. Lo hizo con una solvencia encomiable, sin apuros. Marcelino anuncia que no se saldr¨¢ de su habitual esquema de 4-4-2 por muy importante que sea el partido. En todo caso, frente a la s¨®lida defensa que se anuncia en los bilba¨ªnos, se opondr¨¢ la habitual chispa de la l¨ªnea ofensiva donostiarra, aunque en una final se entremezclen las virtudes y las cualidades de unos y de otros. En las quinielas sobre un posible resultado, se advierte de la mayor experiencia de los bilba¨ªnos, que desde 2009 han jugado tres finales de Copa y una europea, adem¨¢s de varias Supercopas, pero la Real Sociedad tiene futbolistas como Silva o Monreal, que presentan un expediente de grandes batallas.
Despu¨¦s de una historia centenaria, el Athletic, que jugar¨¢ como local por antig¨¹edad, y la Real Sociedad se ven las caras por primera vez en una final de Copa, claro que los bilba¨ªnos celebrar¨¢n su cuadrag¨¦sima disputa del Campeonato de Espa?a y los donostiarras s¨®lo jugaron seis finales. Las cuatro que perdieron, todas contra el Barcelona. Sin embargo, ambos conjuntos han disputado 18 partidos entre ellos, con balance favorable a los rojiblancos en siete de las nueve eliminatorias que disputaron. La ¨²ltima vez que se enfrentaron, la Real gan¨® en los penaltis en San Mam¨¦s, lleg¨® a la final (1987) y la gan¨®, tambi¨¦n por penaltis, al Atl¨¦tico de Madrid. En la anterior, el Athletic se clasific¨® en la tanda definitiva en Atocha, tambi¨¦n lleg¨® a la final y venci¨® (1-0) al Barcelona en 1984. La de este s¨¢bado ser¨¢ la primera final vasca de la Copa del Rey en los ¨²ltimos 94 a?os, desde que el Real Uni¨®n se impusiera por 1-0 al Arenas de Getxo en 1927, en el estadio de Torrero en Zaragoza.
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