Un cabezazo de Laporte brinda al Manchester City la Copa de la Liga frente al Tottenham
El central franc¨¦s desatasca la final (1-0) gracias a una falta lateral y el equipo de Guardiola, frente a 4.000 aficionados en Wembley, consigue el primero de los tres t¨ªtulos que disputa
Un cabezazo de Aymeric Laporte liquid¨® un partido atascado, proporcion¨® al Manchester City el primer trofeo de los tres que persigue en una temporada que le sit¨²a como al equipo que mejor juega en Europa, y alivi¨® a Guardiola de la gran presi¨®n que parec¨ªa soportar. El t¨¦cnico entr¨® en Wembley con una arruga en el entrecejo. No despej¨® el nubarr¨®n hasta el 1-0 definitivo. Celebr¨® el final abraz¨¢ndose a jugadores y ayudantes con la euforia desatada de un refugiado que atraviesa la frontera que le aleja del desastre. La final de la Copa de la Liga se cerr¨® con ¨¦xito para el l¨ªder de la Premier, que ahora marcha hacia la semifinal de Champions al encuentro del PSG, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. En la hierba permaneci¨® de rodillas Heung-min Son, llorando desconsolado tras perder otra oportunidad de conseguir algo que parece inalcanzable: un t¨ªtulo con el Tottenham.
La apertura parcial al p¨²blico compuso una atm¨®sfera extempor¨¢nea en la pandemia. Dos mil aficionados por club derramaron calor sobre la cancha. Pero la evocaci¨®n de los buenos viejos tiempos de las multitudes felices no anim¨® a los jugadores a la aventura. El partido discurri¨® seg¨²n una trama de c¨¢lculos y especulaciones geom¨¦tricas. Tras un tanteo inicial, el City resolvi¨® dedicar tanta energ¨ªa a cortar el hilo de pases que un¨ªa a Kane, Son y Moura, como a abordar el ¨¢rea de Lloris. La consecuencia fue doble: el City perdi¨® ritmo de circulaci¨®n de pelota y el Tottenham solo enlaz¨® un contragolpe peligroso en todo el partido y no acab¨® ni en remate. Lo protagonizaron Kane y dos actores secundarios, Hojbjerg y Reguil¨®n, que no acabaron entendi¨¦ndose.
Quiz¨¢ porque no se encontraba f¨ªsicamente a punto, De Bruyne permaneci¨® m¨¢s descolgado intentando recibir entre l¨ªneas, esperando la ocasi¨®n en lugar de bajar a ofrecerse m¨¢s a centrales y pivotes. En un principio Cancelo se posicion¨® como mediocentro junto a Fenrandinho en el primer tramo de las salidas, pero luego Guardiola cambi¨® de t¨¢ctica y retras¨® a Gundogan. El desplazamiento del m¨¢ximo goleador a la retaguardia le carg¨® de deberes defensivos al tiempo que privaba a Foden y De Bruyne de un apoyo inestimable. Gundogan tuvo que vigilar a Moura mientras Fernandinho no perd¨ªa ojo a Son, que se volcaban al mediocampo y escapaban al radar de los centrales.
El viaje de Gundogan al mediocentro es sintom¨¢tico. Desde que cay¨® en la semifinal de Copa ante el Chelsea hace una semana, el City da la impresi¨®n de trabajar los partidos con la mente puesta en Mbapp¨¦. Los temibles demarrajes del delantero del PSG y su socio Neymar parecen alimentar la imaginaci¨®n de Guardiola y su equipo, cada vez m¨¢s prudente, m¨¢s temeroso de perder un bal¨®n en el mediocampo y ser objeto de un zarpazo, y menos suelto en ataque. La suplencia de Bernardo Silva, sustituido por Sterling, tampoco contribuy¨® a iluminar el caracter¨ªstico juego de pases y movimientos vertiginosos que ha consagrado estos meses espl¨¦ndidos del City. El extremo ingl¨¦s, marginado a un segundo plano en las ¨²ltimas semanas, se empe?¨® en encarar todo lo que se le puso por delante. Fue tan generoso en el esfuerzo como improductivo en los ¨²ltimos metros, en donde se top¨® con Aurier.
Guardiola: ¡°No trabajamos el bal¨®n parado¡±
Hay una se?al inequ¨ªvoca de que el City no consigue hacer su f¨²tbol. Sucede cuando acaba las jugadas por afuera. Por m¨¢s que Guardiola animaba a Cancelo a doblar a Sterling, los avances del lateral por la banda no desembocaban en ocasiones claras tanto como en centros a la olla. ¡°?As¨ª es!¡±, le gritaba el t¨¦cnico al portugu¨¦s. El City lleg¨® mucho pero a Lloris, cubierto por nueve jugadores, se le encendieron las alarmas poco. El City dispar¨® 21 veces por dos de su rival. Foden tuvo la que probablemente fuera la mejor ocasi¨®n de su equipo en un disparo a bocajarro en la primera parte, que despej¨® Dier con la pierna. Mahrez exigi¨® a Lloris desde fuera del ¨¢rea en la segunda.
Los centros continuados de Mahrez, De Bruyne y Cancelo fueron sistem¨¢ticamente despejados o desaprovechados. El embudo parec¨ªa conducir a la pr¨®rroga cuando pasado el minuto 80 De Bruyne bot¨® una falta lateral y Laporte irrumpi¨® por encima de Sissoko para marcar de cabeza un golazo. El central pein¨® la pelota hacia atr¨¢s y alter¨® su direcci¨®n hacia la cepa del segundo palo. ¡°No tenemos tiempo de ensayar estas jugadas¡±, le respondi¨® Guardiola al entrevistador de la televisi¨®n que le pregunt¨® por el laboratorio de acciones a bal¨®n parado. ¡°La clave est¨¢ en el lanzador y en el rematador. Con este calendario no hay tiempo para trabajar m¨¢s. Solo tenemos tiempo de recuperarnos entre partidos¡±.
El tanto tuvo valor de partido, de final, y de hito en la historia de un equipo que ya se instala por derecho propio entre los m¨¢s grandes que se han visto en Inglaterra. La Copa de la Liga supone el renacimiento del City de Guardiola despu¨¦s de un a?o de transici¨®n y b¨²squeda. El t¨¦cnico espa?ol ha logrado hacer lo m¨¢s dif¨ªcil de su materia: regenerar una plantilla campeona. La peque?a fiesta que celebraron sus integrantes en la hierba de Wembley tuvo el sabor del reencuentro y de la despedida. El Kun Ag¨¹ero se pase¨® entre la gente como un viandante extra?o. Ante la nueva era que comienza, el viejo ¨ªdolo tiene un pie fuera.
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