El Eibar se resiste a la tragedia
Gana en Getafe de penalti, mete en problemas a su rival y estrecha la distancia con la salvaci¨®n
La fe del Eibar es indiscutible. Lleva en el pozo muchas semanas, pero no se resiste a salir de su Arcadia feliz de una gran ¨¦poca de su historia en Primera Divisi¨®n. Un gol de Recio, de penalti en el l¨ªmite, despu¨¦s de un partido horrible por su lado y por el del Getafe, le dio los puntos y algo de esperanza de cara a los partidos que le restan, aunque le quede por escalar el Tourmalet.
Como si los futbolistas del Getafe y el Eibar hubieran escuchado decir a Iker Jim¨¦nez que el centro del campo del Coliseum se parece al tri¨¢ngulo de las Bermudas, decidieron obviarlo desde el principio del partido. El c¨ªrculo central s¨®lo se utiliz¨® en el saque inicial, en el comienzo de la segunda parte y tras el gol de Recio. Durante el resto del choque, la pelota sobrevolaba el medio campo, y adem¨¢s a una altura que tal vez hubiera necesitado un permiso de Aviaci¨®n Civil para evitar problemas con los aviones que realizan su aproximaci¨®n al aeropuerto de Barajas.
Fue una anomal¨ªa de partido. Los porteros, que tienen las manos como principal herramienta, fueron quienes m¨¢s utilizaron el pie, casi siempre para golpear duro hasta el ¨¢rea contraria; los dem¨¢s protagonistas prefirieron usas la cabeza, pero no en su vertiente intelectual, sino para controlar el bal¨®n. Era lo m¨¢s l¨®gico con tanto juego a¨¦reo.
Que la pelota permaneciera m¨¢s de cinco segundos en poder de alguno de los dos equipos parec¨ªa un imposible, que se pudieran m¨¢s de dos pases seguidos, un milagro. Los recogepelotas trabajaron m¨¢s que los centrocampistas, los banderines de los linieres se movieron sin cesar se?alando fueras de banda y de juego. Los masajistas cobrar¨¢n horas extra con tanta intervenci¨®n. La falta de sentido del juego atacante de los dos equipos se pudo comprobar por la ausencia absoluta de ocasiones en ambas porter¨ªas. El primer c¨®rner del partido lo lanz¨® el Getafe en el descuento de la primera parte, interrumpida por decenas de incidentes de todo tipo. Y si en alguna ocasi¨®n se acus¨® a Bordal¨¢s de utilizarlos como estratagema en beneficio del Getafe, esta vez parec¨ªa m¨¢s que a los dos equipos les com¨ªa la ansiedad; la necesidad de no cometer errores, lo que no garantiza los aciertos. Mata y Unal, en la vanguardia del Getafe, se encontraron tan solos como Enrich y Kike Garc¨ªa en la del Eibar. Al internacional Bryan Gil, como el valor en el ej¨¦rcito, se le supone la clase, pero no apareci¨® apenas, porque los balones le pasaban por encima.
Y todo eso, en condiciones normales, porque, adem¨¢s, en la segunda parte aparecieron el viento y la lluvia. Se abri¨® un poco el juego, pero s¨®lo por la fatiga de los jugadores, m¨¢s que por la decisi¨®n consciente de ser valientes. Tuvo un par de llegadas el Getafe, una de ellas en un lanzamiento de Timor desde su campo, que neutraliz¨® Dmitrovic con apuros, y el Eibar goz¨® de una ocasi¨®n en el remate de Kike Garc¨ªa que le sali¨® muy centrado.
Parec¨ªa que nadie ser¨ªa capaz de alterar el resultado, pero en un saque de esquina, en el minuto 88, Enrich meti¨® la espuela, el bal¨®n vol¨® hacia Maksimovic, que levant¨® el codo, y el VAR avis¨® al ¨¢rbitro de un posible penalti que ratific¨® Alberola. Recio, el ¨²nico reemplazo de Mendilibar durante el partido, asumi¨® la responsabilidad del lanzamiento despu¨¦s de varios errores cr¨ªticos de sus compa?eros. Bati¨® a Soria, dio el triunfo al Eibar y le devolvi¨® una brizna de esperanza.
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