Perder contra un rival oculto
Uno de cada tres deportistas de ¨¦lite, como en el caso reciente de la tenista Naomi Osaka, sufre problemas psicol¨®gicos. El estigma es el mayor escollo para recibir ayuda
Imagine el lector que, por unas horas, se transmuta en Serena Williams. Va a disputar un partido crucial en Roland Garros. Quiz¨¢ sea el ¨²ltimo en Par¨ªs. Su cuerpo de 40 a?os acusa el par¨®n de la maternidad. Su rendimiento lleva cayendo desde entonces. Ya le pesa el torneo, y todos a los que acude semanalmente, de una punta a otra del mundo. Cuando salta a la pista miles de ojos la escudri?an aunque no haya p¨²blico. Esperan que gane. Todos. Familia, seguidores, patrocinadores. Usted tambi¨¦n. Pero est¨¢ sola sobre la tierra batida con su mon¨®logo interior. Toca sacar. Nota un pinchazo en el tend¨®n de Aquiles. El a?o pasado esa lesi¨®n la expuls¨® del torneo. Siente un sudor fr¨ªo.
Esta imagen ilustra algunos peculiares desaf¨ªos que afronta la salud mental de los deportistas de ¨¦lite, por la que cabe preguntarse tras el pol¨¦mico abandono en Par¨ªs de la japonesa Naomi Osaka, n¨²mero dos del ranking. La mujer mejor pagada del mundo ¡ª34,2 millones de euros anuales, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de Forbes¡ª anunci¨® p¨²blicamente que sufre episodios de depresi¨®n desde 2018 y ansiedad social, que aleg¨® para no comparecer ante la prensa. Una ambiciosa revisi¨®n de estudios que acompa?¨® al in¨¦dito pronunciamiento sobre el tema del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) en 2019 hall¨® que uno de cada tres competidores en la cima de la excelencia sufre trastornos psicol¨®gicos.
En la escena imaginaria encarnada por Williams aparece el enorme fantasma de las lesiones ¡ªquienes las sufren presentan m¨¢s s¨ªntomas de ansiedad, depresi¨®n y estr¨¦s postraum¨¢tico que los que no han pasado por ello, seg¨²n las ¨²ltimas investigaciones¡ª y de la retirada ¡ªuno de cada cuatro deportistas padece estos trastornos emocionales al concluir la carrera y se agrava el riesgo de enfermar si se abandona por lesi¨®n o exclusi¨®n de una selecci¨®n¡ª. Antoni Bulbena, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y veterano doctor de deportistas de primer nivel, lo ilustra as¨ª: ¡°Tres de cada cinco futbolistas se arruinan tras retirarse. Caen desde muy arriba y se instalan en la p¨¦rdida¡±.
Tambi¨¦n est¨¢n ah¨ª los malos resultados repetidos. ¡°Esa frustraci¨®n de no conseguir los objetivos, lo intentan, lo intentan, no consiguen nada e incluso se llevan decepciones muy grandes¡±, asevera el experimentado Chema Buceta, que ha sido psic¨®logo del Real Madrid. O el miedo de fallarle a todos. Y a uno mismo. Algo as¨ª rememora el extenista ?lex Corretja, con meritorios ¨¦xitos a sus espaldas: ¡°Recuerdo estar jugando en Barcelona, en 1999, y pensar que todo el estadio cre¨ªa que no pod¨ªa hacerlo bien. La autoexigencia y ese factor exterior hacen que el agobio pueda llegar a ser muy grande. Cuando pierdes o no est¨¢s bien, sientes que le est¨¢s fallando a todo el mundo¡±.
¡°Le puede pasar a cualquiera, pero ellos viven de eso. Y claro, si no cumples con ciertas expectativas est¨¢s obsoleto¡±, argumenta la psic¨®loga especializada Ares Zamora. ¡°Se someten a unas cargas de trabajo tremendas¡±, apunta por su parte Pablo del R¨ªo, que lleva d¨¦cadas entrenando psicol¨®gicamente a deportistas de una veintena de disciplinas en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid; ¡°imagine que usted y yo tuvi¨¦semos que competir semanalmente por ser el n¨²mero uno del mundo¡±.
El ¨¦xito es un gran factor de riesgo, mantiene Buceta: ¡°Se crean unas expectativas muy altas alrededor del deportista. Y ¨¦l muchas veces se encuentra en la obligaci¨®n de estar continuamente teniendo ¨¦xito, porque es lo que los dem¨¢s esperan de ¨¦l, y lo vincula con su propia autoestima¡±. Relacionado con el triunfo, ¡°est¨¢ la soledad, aunque tiene mucha gente que le rodea, en muchos casos tampoco tiene claro si [esa gente] est¨¢ ah¨ª porque gana t¨ªtulos o dinero o es famoso o si realmente hay un v¨ªnculo personal¡±. Insiste el doctor Bulbena: ¡°Est¨¢ la obsesi¨®n por el ¨¦xito continuado, que en realidad es un empe?o por no perder, y el p¨¢nico a despedirse del estatus social, el reconocimiento, el tren de vida¡±.
El ejercicio de ponerse en la piel de una tenista no es casual. Esta disciplina ¡ªindividual, solitaria¡ª es una de las m¨¢s demandantes ps¨ªquicamente, dicen varios especialistas. Adem¨¢s, en todos los deportes las mujeres est¨¢n sometidas a mayor escrutinio por su aspecto f¨ªsico, asegura Duncan Simpson, especialista de la estadounidense Asociaci¨®n para la Psicolog¨ªa Aplicada al Deporte (AASP, por sus siglas en ingl¨¦s) ¡°o cuando muestran fuertes accesos de ira, como Williams. Y si son madres encaran m¨¢s dificultades (tiempo perdido de entrenamiento, control del peso, cuidado de los hijos). Los hombres nunca tendr¨¢n que responder a preguntas como por qu¨¦ sus hijos est¨¢n o no en los torneos con ellos¡±.
Del trabajo con 50 mujeres tenistas de los primeros puestos de la WTA, Simpson resalta que su itinerante vida ¡°es una trituradora f¨ªsica y mental¡± para muchas de ellas. Aplicado a todos los atletas, cree que el bienestar ps¨ªquico puede estar comprometido ¡°por s¨ªntomas crecientes de ansiedad, estr¨¦s y depresi¨®n debido a su rendimiento, viajes, desaf¨ªos financieros, escrutinio medi¨¢tico, sobreentrenamiento, lesiones y s¨ªndrome del quemado¡±. Las exigencias de la vida deportiva de elite van desgastando, explica Buceta, " y llega un momento en que pueden transformarse en un agotamiento psicol¨®gico¡±.
Cuando domina el miedo
De eso sabe Victoria Garrick, una exjugadora de voleibol en la primera divisi¨®n de Estados Unidos: ¡°Mi ansiedad frente al desempe?o deportivo vino del miedo a cometer errores, a perder o a ser expulsada¡±, asevera por correo electr¨®nico. ¡°Comenz¨® a dominarme y no pod¨ªa dormir. Tras muchos meses de enorme ansiedad, insomnio, preocupaci¨®n e inquietud por la vida que llevaba tratando de combinar los estudios con el deporte, me deprim¨ª¡±. Al igual que en la poblaci¨®n general, ansiedad y depresi¨®n son las dolencias m¨¢s comunes de los deportistas en la cumbre, acuerdan los especialistas consultados y certifica la mayor revisi¨®n de la literatura cient¨ªfica hecha por el COI.
Tambi¨¦n son frecuentes los des¨®rdenes alimentarios, desde la anorexia, a los que no pueden ser clasificados como estrictamente patol¨®gicos, sobre todo en aquellos deportistas que deben mantenerse en un peso determinado. Puede alcanzar a casi la mitad de las atletas (45%) frente a un m¨¢ximo del 19% en los hombres, ¡°significativamente superior a la poblaci¨®n general¡±, se?ala el documento del COI, que apunta un dato alarmante: ¡°M¨¢s del 60% de las atletas de ¨¦lite han manifestado que han sido avergonzadas por sus entrenadores¡±.
Otro escollo distintivo para el bienestar ps¨ªquico del selecto club de los superdotados del deporte es la violencia de todo tipo, psicol¨®gica, f¨ªsica y sexual a la que se arriesgan, cuyo impacto, mantiene el COI, ¡°puede ser devastador y prolongado¡±. Aunque el abuso psicol¨®gico es el m¨¢s prevalente, no es menos importante el sexual. Esc¨¢ndalos con el caso del depredador Larry Nassar, que agredi¨® a 300 gimnastas, una de cuyas v¨ªctimas fue la lauread¨ªsima Simone Biles, ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las j¨®venes estrellas. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas son ni?as y mujeres.
No hay evidencia s¨®lida de que los deportistas de primer nivel enfermen ps¨ªquicamente m¨¢s que el com¨²n de los mortales. ¡°Para llegar a la ¨¦lite hay que ser muy fuerte¡±, dice Buceta. Y son j¨®venes y sanos. ¡°Pero est¨¢n en un lugar donde es m¨¢s dif¨ªcil explicar y compartir que te pasa algo, y es un estigma. No se pueden permitir ser unos flojos¡±, considera Bulbena, que aunque celebra que los grandes atletas hablen p¨²blicamente de sus sufrimientos, reconoce que aconseja prudencia a sus pacientes. ¡°Temen, posiblemente con raz¨®n, que compartir s¨ªntomas o trastornos ps¨ªquicos pueda reducir sus oportunidades de mantener o firmar contratos o campa?as publicitarias¡±, se?alan los investigadores del COI.
He aqu¨ª el quid de la cuesti¨®n. Estigma. Es el factor principal para que esos atletas sufrientes, a menudo insomnes ¡ªla mitad de los ol¨ªmpicos padece trastornos del sue?o de todo tipo¡ª no busquen ayuda, seg¨²n la revisi¨®n cient¨ªfica que acompa?a al dictamen del COI. Los expertos repiten que detr¨¢s de la imagen de invulnerabilidad de esos superhombres y supermujeres que pulverizan r¨¦cords impensables, hay personas tan susceptibles de enfermar como todos los dem¨¢s.
Tambi¨¦n influye un conocimiento insuficiente sobre las enfermedades mentales, sus cargad¨ªsimas agendas y hasta los estereotipos de g¨¦nero: los hombres son m¨¢s reacios a visitar al psic¨®logo o psiquiatra. La voleibolista Garrick cuenta que ella no pod¨ªa ni imaginar que tras llegar a la ¨¦lite iba a sufrir ps¨ªquicamente de esa manera. Ha fundado The Hidden Opponent, una asociaci¨®n para educar a otros atletas sobre la salud mental.
Pero si el mayor medallista de la historia, el nadador Michael Phelps, habla p¨²blicamente de la depresi¨®n que sigue atac¨¢ndole a¨²n despu¨¦s de decir adi¨®s a la piscina; si la estrella de la NBA Kevin Love escribe sobre el ataque de ansiedad que le llev¨® al hospital, y su compa?ero DeMar DeRozan detalla su realidad depresiva, algo est¨¢ cambiando. En Espa?a, astros como el futbolista Andr¨¦s Iniesta o Paula Badosa, que compite en Roland Garros estos d¨ªas, han compartido el duro embate de la depresi¨®n. La visibilidad desnuda a ese contrincante oculto ante el que se puede perder, y as¨ª lo reconocen los expertos, que se?alan claramente un progreso.
El psic¨®logo Del R¨ªo tiene ahora su despacho lleno de recuerdos ¨Dcascos, camisetas, fotos¨D de deportistas que han pasado por all¨ª. ¡°Cuando empec¨¦, en 1990, ven¨ªan a escondidas¡±, recuerda. Una percepci¨®n similar manifiestan sus colegas. Se ha normalizado algo m¨¢s el hecho de pedir ayuda psicol¨®gica. Cree Del R¨ªo que un entrenamiento mental deber¨ªa ser obligatorio por su valor preventivo. ¡°Cada vez m¨¢s deportistas cuentan con su psic¨®logo¡±, observa la especialista Zamora, ¡°lo que no tiene sentido es entrenar la parte f¨ªsica y dejar la parte mental, porque entonces hay una de las patas que cojea¡±.
Y aunque el COI reclama m¨¢s estudios para definir a ese enmascarado atacante, hay un dato esperanzador: las investigaciones sobre salud mental en deportistas de ¨¦lite se han multiplicado en la ¨²ltima d¨¦cada.
¡°La cabeza te traiciona¡±
¡°El tenista sufre una trituradora psicol¨®gica en cada partido¡±, exclama Alex Corretja. ¡°Desde que eres muy peque?o, este deporte te obliga a tener que decidir constantemente y no est¨¢s preparado. Est¨¢s solo, est¨¢s permanentemente a prueba; te equivocas muchas veces y eso tiene sus consecuencias. Es demoledor. Lo sufres. De alguna manera se te exige que te comportes como un adulto. Al final, te metes dentro de una pista con 20.000 personas que esperan lo mejor de ti en cada punto, y eso es muy dif¨ªcil de gestionar; puedes tener las condiciones t¨¦cnicas, ten¨ªsticas, pero la mente es el factor fundamental¡±.
"El problema es que hay un d¨¦ficit humano en lo que se refiere al control de las emociones. Pero no ocurre solo con los deportistas, sino tambi¨¦n con actores o cantantes j¨®venes a los que de repente les observa un mont¨®n de gente", prosigue el que fuese en su d¨ªa n¨²mero dos, tambi¨¦n finalista de Roland Garros (1998 y 2001) y campe¨®n de la Copa de Maestros de 1998; "El tenis de ¨¦lite te exige salir de casa muy pronto, viajar por todo el mundo, ir de un hotel a otro y de un continente a otro, de una pista a otra. Tu cabeza no est¨¢ preparada para asimilar eso de forma natural. Lo psicol¨®gico es esencial".
Los expertos en salud mental le dan la raz¨®n al extenista espa?ol. ¡°El tenis es una batalla contra uno mismo¡±, dictamina el catedr¨¢tico de psiquiatr¨ªa Antoni Bulbena, ¡°que es b¨¢sicamente en lo que nos pasamos la vida entera, intentando armonizar ese di¨¢logo interno. Pero en la pista es m¨¢s duro porque hay m¨¢s silencio. Te encuentras solo ante la exigencia de todos¡±.
Ni siquiera el entrenador puede asistir al tenista durante las largas horas de runr¨²n interior acompasadas por el golpear de la pelota. El psic¨®logo deportivo Pablo del R¨ªo coincide: ¡°Es uno de los deportes m¨¢s complejos. No sabes a qu¨¦ hora empieza el partido, ni cu¨¢nto va a durar. Cada bola tiene un valor distinto... Y pasas mucho tiempo de trabajo no real. Te metes en la pista y est¨¢s solo. La mente te traiciona mucho¡±.
Tambi¨¦n est¨¢ lo que ocurre fuera de la pista, que afecta de manera diferente a seg¨²n qui¨¦n. El psic¨®logo Duncan Simpson, que trabaja con tenistas de la WTA, dice que ellas ¡°est¨¢n entre las deportistas m¨¢s famosas y seguidas del planeta, y con ello viene un creciente escrutinio a trav¨¦s de los medios y redes sociales¡±.
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