Cartas arriba en un Open Brit¨¢nico de museo

Guerra psicol¨®gica en el Open Brit¨¢nico. Ataque de nervios. Dudas. Los que est¨¢n arriba en la clasificaci¨®n se debaten entre ser conservadores y mantener un puesto de honor o atreverse y atacar para llegar el primero a la meta. Los aspirantes viven en el mismo dilema interior. Si no hacen mucho ruido, al menos seguir¨¢n en la zona noble. Si lanzan los dados, tienen tanto que ganar como que perder. Va en el ADN de cada uno. As¨ª, en las manos y en las cabezas de los jugadores, se decide este Open en el que a falta de 18 hoyos manda el sudafricano Louis Oosthuizen con -12, por -11 de Collin Morikawa y -9 de Jordan Spieth. Al tr¨ªo lo vigila de cerca, con cartas todav¨ªa por jugarse, Jon Rahm con -7, mientras que Sergio Garc¨ªa, en el par, se ha descolgado.

Rahm lo tiene claro. A morir matando. El golfista vasco no es de los que se conforman con estar c¨®modamente sentado en el sof¨¢. Prefiere ser protagonista de la pel¨ªcula antes que espectador, o mejor, escribir su propio guion. Si quer¨ªa darse opciones de ese final feliz con el que sue?a (doblete US Open-Open Brit¨¢nico, como Tiger Woods, el relevo british de Seve, sumar su segundo grande justo despu¨¦s del primero), deb¨ªa sacudir el ¨¢rbol muy pronto. Claro que en lugar de frutos puede caer tambi¨¦n alg¨²n pedrusco. El primer resultado fue un bogey en el primer hoyo que le dej¨® mal cuerpo porque ten¨ªa un putt corto para salvar el par. Ven¨ªan curvas en una ronda en la que el Royal Saint George¡¯s parec¨ªa un campo de museo, perfectas las condiciones, sin viento ni lluvia, ideal para que los jugadores sacaran su golf m¨¢s puro.

Por fin le entr¨® al vasco un golpe largo, en el par tres del tercer hoyo, lo que reclamaba despu¨¦s de descubrir tras la mala ronda del jueves que su palo ten¨ªa un defecto en la graduaci¨®n. As¨ª se anim¨® su ronda, entre idas y venidas, sin acelerones y sin frenazos bruscos, m¨¢s bien un traqueteo, un pasito adelante, otro atr¨¢s, ahora dos adelante... Al birdie del seis le segu¨ªa el bogey del siete. En el inicio de los segundos nueve hoyos, otra vuelta en la noria: par, bogey, birdie, par, birdie, par... De c¨®mo acabara un viaje tan movido depender¨ªa su humor al final del d¨ªa y sus opciones hoy: luchar por la Jarra de Plata o por su primer puesto entre los 10 mejores en un Open. Con tres golpes descontados, en el 12, 14 y 17, y un putt largo que tir¨® con firmeza y pulso para salvar el par en el 18, se regal¨® una noche en la que pensar todav¨ªa en una gesta.

¡°Del 8 al 18 han sido buenos hoyos. En general he jugado muy bien. A ver si ma?ana [hoy] del uno al cinco puedo empezar con buen pie, jugando bajo par y robando un par de golpes al campo. Si empiezas bien y luego sigues en medio de la vuelta bien, te das opciones para tener un d¨ªa muy bueno¡±, explic¨® Rahm a la agencia Efe; ¡°me va a hacer falta mi mejor juego¡±.

Cinco golpes arriba manda Oosthuizen, el sudafricano de 38 a?os, ganador del Open de 2010, el chico con cara de simp¨¢tico y dientes separados que trabaj¨® de granjero junto a su padre. El hombre es una hormiguita que amontona poco a poco la comida para el invierno. Sin un juego espectacular, s¨ª s¨®lido, fiable, con pocos sustos, punta de lanza de los tres sudafricanos (adem¨¢s Frittelli y Harding) que bailan entre los 10 primeros. Tras Oosthuizen resisti¨® Morikawa, novato en un Open, y baj¨® al final dos pelda?os Jordan Spieth. El ganador del Masters y el US Open 2015 y el Open 2017, el Chico Maravilla que patea como los ¨¢ngeles, cedi¨® el liderato compartido con dos bogeys en los hoyos 17 y 18. Pareci¨® que el ¨²ltimo lo fall¨® casi antes de tirarlo, m¨¢s con la cabeza que con las manos, desconectado. A los 27 a?os, y despu¨¦s de varios cursos muy lejos de su mejor versi¨®n, el estadounidense tiene prisa por volver a ganar. Siempre agresivo, un espect¨¢culo por un juego muy est¨¦tico, promete ir al ataque a por el trono de Oosthuizen.

La batalla la ver¨¢ desde la distancia Sergio Garc¨ªa despu¨¦s de tres golpes arriba en el d¨ªa, par en total. El castellonense, que ha renunciado a los Juegos para centrarse en clasificarse para la Ryder, torci¨® el gesto: ¡°Es el d¨ªa que mejor le he pegado a la bola pero no he pateado bien. Cuando la bola no quiere entrar...¡±.

Clasificaci¨®n del Open Brit¨¢nico.

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