Jon Rahm y los misterios del golf

El golf y sus misterios. Collin Morikawa no hab¨ªa jugado nunca un Open Brit¨¢nico. Venci¨® el a?o pasado en el Campeonato de la PGA, su primer grande, pero la pandemia tumb¨® el British y Morikawa aplaz¨® a este curso su estreno en un campo como Royal Saint George¡¯s, un links que nada tiene que ver con los terrenos de Estados Unidos. ?Falta de experiencia? ?Y qu¨¦? Llega el chico y firma nueve golpes bajo el par despu¨¦s de las dos primeras jornadas. Ah¨ª arriba, entre quienes miran m¨¢s de cerca a la Jarra de Plata.

Por esos misterios del golf sigue pregunt¨¢ndose Bryson DeChambeau, un pegador acostumbrado a liarse a mamporros all¨¢ por donde va, con una fe ciega en que en los vatios y los kil¨®metros se encuentra la f¨®rmula del ¨¦xito. Pero esto es el Open Brit¨¢nico, y ni las matem¨¢ticas ni los m¨²sculos lo son todo, sino que hay que sentir la brisa, caminar entre dunas, resguardarse del rough, leer cada ca¨ªda. No hay libro, ni calculadora ni m¨¢quina de gimnasio que eso lo ense?e. DeChambeau cabecea descolgado con +1, sudando bajo la boina para pasar el corte.

De misterios tambi¨¦n puede hablar Jon Rahm. Del uno sobre el par de la primera jornada al seis bajo el par de la segunda (seis birdies y 12 pares) para dar un salto de gigante y pedir cita con -5 para luchar por todo el fin de semana. Necesita, eso s¨ª, otros dos buenos golpes de ri?¨®n para dar caza a los jefes. Louis Oosthuizen puso a los dem¨¢s en fila con -11, por -9 de Morikawa, -8 de Jordan Spieth y -7 de Dylan Frittelli, Dustin Johnson y Scottie Scheffler. Bajo unas condiciones casi ideales, sin viento ni lluvia ni fr¨ªo, tanto que no parec¨ªa el Open, los mejores golfistas del mundo jugaron sus cartas en una ronda preciosa de golf. Del carro de los felices baj¨® un pie Sergio Garc¨ªa (-3) con un bogey en el hoyo 18.

Rahm dibuj¨® un inicio de ronda parecido al del estreno. Esos primeros putts que no entraban parec¨ªan repetir la din¨¢mica que el jueves le conden¨® a trabajos forzados: un jugador hasta pisar el green, otro en las distancias cortas, donde perdi¨® lo que hab¨ªa ahorrado. Incluso calc¨® el birdie en el hoyo seis que deb¨ªa ejercer de bisagra. No le sirvi¨® en la ronda inaugural para tomar el camino correcto, pero s¨ª en esta ocasi¨®n para poner el intermitente, coger el carril bueno y comenzar a adelantar como un f¨®rmula uno. Con otro golpe descontado en el siguiente hoyo espant¨® la amenaza de no pasar el corte que le rondaba la barba, y con otro de manual en el nueve enfilaba con los dientes apretados el tramo de los nueve segundos hoyos. Su sprint final fue el digno de un reciente campe¨®n del US Open. Rahm enlaz¨® tres birdies en el 13, 14 y 15, sin apuros desde la salida, certero como un arquitecto desde la calle y preciso como un cirujano en el juego corto. Y roz¨® otros tres birdies en el 16, 17 (en ambas ocasiones su bola pas¨® a un cent¨ªmetro del hoyo) y en el 18. En esa versi¨®n, le queda mucho por jugarse este s¨¢bado y domingo.

¡°Hoy he jugado con m¨¢s confianza, tirando buenos putts. Ayer [jueves] al acabar fuimos al cami¨®n [de Callaway] a medir los grados del putter, a ver si estaba todo bien, y hab¨ªa pasado de dos grados y medio a uno. Por casualidad nos dimos cuenta y con los greens lentos era imposible patear bien as¨ª. El palo no estaba bien. Lo hemos cambiado y se ha notado¡±, explic¨® Rahm como la clave de ese nuevo juego. Otro misterio... resuelto.

Por delante manda el sudafricano Oosthuizen, compa?ero de partido de Rahm en las dos primeras rondas y que ya sabe lo que es besar el m¨ªtico trofeo brit¨¢nico: fue en 2010. Oosthuizen se plant¨® inmaculado sin un bogey en todo el torneo hasta el hoyo 16, cuando visit¨® el b¨²nker en un par tres y la recuperaci¨®n se le fue larga. Casi repite patinazo en el siguiente, pero sud¨® para salvarlo con un putt que pon¨ªa a prueba los nervios del l¨ªder. Salvado ese obst¨¢culo, entreg¨® en su informe 129 golpes al cabo de los 36 primeros hoyos (64 y 65), r¨¦cord hist¨®rico en el British (aunque Royal Saint George¡¯s es un par 70), mejorando los 130 de Nick Faldo en 1992 y de Brandt Snedeker en 2012.

A rueda de Oosthuizen (-11), el sorprendente debutante Morikawa (-9), toda una inc¨®gnita, y un genio que reclama el trono perdido. Jordan Spieth, el ganador del Masters y el US Open en 2015, y el Brit¨¢nico en 2017, acelera con -8. En ese arranque en el que este viernes firm¨® tres birdies en los cuatro primeros ayeros record¨® al golfista que parece imparable cuando entra en trance. Se dej¨® por el camino m¨¢s opciones de restar golpes. Pero confirm¨® su amenaza. Quiere volver a ser el campe¨®n que fue.

Clasificaci¨®n del Open Brit¨¢nico.

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