Nada volver¨¢ a ser lo mismo
Si hace 12 meses me hubieran dicho que los capitanes de Real Madrid y Bar?a se iban a juntar un a?o despu¨¦s en una liga diferente y bajo la misma camiseta, yo les hubiera dicho que estaban flipando
No s¨¦ si alguna vez les he contado, la edad tiene el precio a pagar de la repetici¨®n de las historias, que una de mis costumbres cuando jugaba era la de ver d¨®nde nos tocaba jugar el d¨ªa de mi cumplea?os (luego se fueron sumando cumplea?os a mi inter¨¦s pero eso es otra historia). Buscaba nuestro partido de finales de octubre y ve¨ªa las posibilidades de celebrarlo en casa, viajando o, m¨¢s de una vez, vestido de corto y defendiendo mi porter¨ªa.
Cuando volv¨ª al f¨²tbol dentro de la direcci¨®n deportiva, segu¨ª con esa tradici¨®n y cuando llegu¨¦ al FC Barcelona constat¨¦ que ese fin de semana, casi siempre, era el del cl¨¢sico. A veces en Madrid, a veces en Barcelona, pero casi siempre era una semana llena de tensi¨®n y de final incierto. A mi llegada a Marsella volv¨ª a mirar de reojo ese calendario y me encontr¨¦ que era, es, el fin de semana del cl¨¢sico franc¨¦s: OM y PSG se miden desde sus posiciones diferentes pero desde la misma pasi¨®n que los antiguos derbis y la afici¨®n del Marsella se encarga de hac¨¦rselo saber a su equipo desde el fin de semana anterior: no hay excusas de dinero, hay que ganar.
Y se preguntar¨¢ usted que por qu¨¦ le cuento esta historia, y yo lo dir¨ªa que si hace 12 meses, con pandemia o sin pandemia, me hubieran dicho que los capitanes de Real Madrid y Bar?a se iban a juntar un a?o despu¨¦s en una liga diferente y bajo la misma camiseta para enfrentarse al volc¨¢n del V¨¦lodrome de Marsella, yo, ese pret¨¦rito d¨ªa, les hubiera dicho que estaban flipando.
Dif¨ªcil ver a Sergio Ramos con otra camiseta que no fuera la de los merengues pero imposible, para m¨ª, imaginar a Messi con un escudo diferente (lo de las camisetas y los colores qued¨® ya hace a?os en manos del marketing) al de los cul¨¦s.
Cuando ve¨ªa esta semana las fotos de Leo con la camiseta del PSG me parec¨ªa uno de aquellos memes que de vez en cuando jugaban con los equ¨ªvocos para sorprendernos con una imagen impactante que la magia del Photoshop hac¨ªa real. Porque yo era de los que estaban convencidos de que eso no pasar¨ªa nunca. Nunca.
Pero este verano hemos aprendido m¨¢s de econom¨ªa del deporte que de jugadores, ilusiones y nuevos proyectos vinculados con el juego, y ahora sabemos que nunca ha dejado de ser nunca. Ahora solo es depende. Y depende de tantas cosas que no conocemos que las antiguas certezas se han evaporado, los antiguos preceptos han caducado y ya nada volver¨¢ a ser lo mismo.
Tendr¨¢ que inventarse otro Bar?a desde el terreno de juego, desde el marketing, desde su ideario deportivo y si ya la temporada pasada le toc¨® a Koeman un duro curso que se dec¨ªa de transici¨®n, vaya tarea que le han encomendado ahora con la reconstrucci¨®n tras perder a Messi, no solo todos sus goles, pases de gol e inteligencia en el juego, sino a su influencia sobre los rivales y sus esquemas de juego, su influencia sobre los propios compa?eros que ahora van a estar demandados de dar un paso al frente, de crecer y mostrarse para ocupar colectivamente ese enorme agujero que se les ha hecho en su idea del juego. Qu¨¦ f¨¢cil es decir que detr¨¢s de cada problema hay una oportunidad pero qu¨¦ dif¨ªcil es convertirlo en realidad.
Bueno, volviendo al inicio, les advierto de que el fin de semana del 24 de octubre est¨¢n anunciados el Bar?a-Madrid y¡ el OM-PSG¡ Y lo siento, pero empiezo a pensar si debo preparar un viaje a Marsella para presenciar esa primera vez de Messi en el hist¨®rico V¨¦lodrome. Ese fin de semana va a estar lleno de morbo y c¨¢maras. Tantas c¨¢maras que me gustar¨ªa saber el efecto de la presencia de Messi en las arcas de los clubes y la Ligue 1, porque se dir¨ªa que el 30 (otra novedad a la que acostumbrarse) ha ido al rescate de la liga y los clubes franceses.
Hala, que comience el espect¨¢culo.
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