Vinicius parchea al Real Madrid
Dos goles del brasile?o en el tramo final socorren a un equipo blanco que se desploma en defensa tras el descanso ante un resucitado Levante
En la locura y en medio de la quiebra defensiva de su equipo, emergi¨® Vinicius. Solo la aparici¨®n del brasile?o, convertido de forma imprevista en un justiciero del gol, parche¨® a un Madrid que se desplom¨® de mala manera atr¨¢s en la segunda parte. Tras una primera mitad funcionarial, con un aire veraniego, el partido entr¨® en un torbellino y, en ese marem¨¢gnum, castig¨® una y otra vez el Levante y se propuls¨® el brasile?o, que empez¨® de nuevo en el banquillo, a la sombra de los apellidos m¨¢s notables, y acab¨® maquillando los graves errores de los suyos en la zaga. El jugador con fama de pusil¨¢nime ante la porter¨ªa contraria se transform¨® esta vez en un francotirador para aguar la resurrecci¨®n local.
Primero, en el 2-2, desminti¨® a su entrenador, que hace una semana le aconsej¨® p¨²blicamente que le ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil marcar despu¨¦s de varios toques. Luego, en el 3-3, se sac¨® un golpeo maravilloso de puntera para igualar un encuentro que los blancos ya ve¨ªan en el desag¨¹e. Y, en pleno hurac¨¢n, todav¨ªa forz¨® la expulsi¨®n de Aitor, que oblig¨® a poner al defensa Vezo bajo palos en el tramo final, circunstancia que los blancos no aprovecharon. Solo Vinicius impidi¨® la felicidad absoluta de un Levante que pas¨® de cero a cien despu¨¦s del descanso y que tuvo la victoria a un palmo de distancia, en un tiro al palo de Calero con 3-2.
De entrada, Ancelotti sigui¨® tirando de los apellidos m¨¢s ilustres para componer las primeras alineaciones. A la apuesta repetida por Bale y Hazard en ataque, envid¨® con Isco en el medio para remendar una parcela que se hab¨ªa quedado sin Kroos ni Modric. Como si fuera 2015, el entrenador italiano recurri¨® al malague?o para rehacer la medular. Esa era la soluci¨®n natural en su anterior etapa, hace seis a?os, la que tanto le funcion¨®, y a la que volvi¨® en Valencia pese a que el f¨²tbol del andaluz lleva tres a?os en un callej¨®n. Ante el Levante, eso s¨ª, tampoco desenton¨®.
Sin el alem¨¢n y el croata, el partido le planteaba al Madrid una ecuaci¨®n compleja en la salida del bal¨®n, y el primero que encontr¨® la respuesta no fue ni Isco ni ning¨²n centrocampista. Fue Alaba quien puso en ¨®rbita a los suyos. El austriaco, en funciones de lateral izquierdo pero con un pie de fino medio, le meti¨® un bal¨®n en profundidad a Benzema, que, pese a verse frenado por un c¨¦sped de playa, conect¨® con Bale para que este embocara. Hac¨ªa dos a?os que el gal¨¦s no marcaba en Liga. Lo hizo con un doblete en Vila-real, en la otra vida de todos, y m¨¢s en la suya. Pero, a falta de nuevos gal¨¢cticos, ah¨ª sigue el gal¨¦s.
A su manera, con m¨¢s presencia en la definici¨®n que en el juego, el de Cardiff se convirti¨® en el principal argumento de los blancos en el arranque. Lo intent¨® con un remate en el aire y se aventur¨® con una falta lanzada desde Castell¨®n, que se march¨® por una micra. El Madrid, escaso de juego colectivo, exhib¨ªa a Bale. En la otra orilla, sin embargo, en el plan de rehabilitaci¨®n que ha montado Ancelotti, de Hazard apenas se supo. Al Levante, mientras, le faltaban todav¨ªa dos marchas para intimidar a Courtois. No hab¨ªa a esas alturas mucho rastro de ese cuadro de v¨¦rtigo y divertido. Se acercaba, pero sin chicha. Poco ritmo, en realidad, en la noche dominguera.
La cosa empez¨® a tomar otra velocidad al borde del descanso. Los granota se ausentaron e Isco cogi¨® vuelo. Se sinti¨® a gusto el malague?o, tanto como para intentar una picada. A Ancelotti, aquello le pareci¨® una frivolidad. El marcador no daba para tanto, pens¨® el italiano. Y bien que se lo demostr¨® Roger a los 30 segundos de la reanudaci¨®n. Lucas V¨¢zquez, con la cabeza a¨²n en la caseta, se qued¨® enganchado en la salida del fuera de juego, y Roger sac¨® jug¨® a un pase de Melero. En un pesta?eo, otro duelo. El empate tuvo un efecto fulminante. El Madrid cay¨® a plomo ante un rival que no es un buen cliente para sufrir apagones. Y as¨ª se lo hizo ver. Volvi¨® a amenazar Roger y despu¨¦s ajustici¨® Campa?a, solo en el segundo palo, con una volea tremenda, col¨¢ndosela por la escuadra al portero belga: 2-1. Nadie mejor que el sevillano, lesionado desde diciembre, para simbolizar la resurrecci¨®n de los locales en el choque. Los madridistas se miraban pasmados ante el cambio radical de paisaje.
La intervenci¨®n de Ancelotti result¨® inmediata. La vieja guardia fuera (Isco, Bale y Hazard) y a concurso los nuevos valores, y no tan nuevos (Asensio, Vinicius y Rodrygo). Tambi¨¦n llam¨® a Carvajal, de vuelta tras un a?o tortuoso de lesiones, en lugar de Lucas V¨¢zquez, que vio c¨®mo los dos tantos locales le pusieron bajo la lupa.
El Madrid no mejor¨® en conjunto, pero s¨ª encontr¨® una soluci¨®n individual. Acab¨® arriba con Benzema y Jovic; sin embargo, fue Vinicius, el que peor fama carga ante la porter¨ªa rival, el que evit¨® males mayores para los merengues. Desencadenado ante el gol, primero aprovech¨® un pase de Casemiro al mejor estilo Kroos para anotar tras una conducci¨®n, y luego se invent¨® un toque sensacional para volver a igualar a un Levante que hab¨ªa tomado de nuevo la delantera y al que se le hab¨ªa escapado la sentencia con el disparo de Calero a la madera. Al final, con diez, a los locales solo les qued¨® proteger la porter¨ªa que ya defend¨ªa el intr¨¦pido Vezo, temerosos de otra de Vinicius. La segunda parte fue de locos.
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