El Bernab¨¦u se abraza a Vinicius
El brasile?o marca su cuarto gol en la Liga en una noche en la que el Madrid vuelve a su estadio tras a?o y medio y remonta ante el Celta con un triplete de Benzema (5-2)
Nadie exprimi¨® m¨¢s la noche del reencuentro del Real Madrid con su estadio, y con su p¨²blico, que Vini Jr. Agit¨® el ataque cuando remaban para recuperar el terreno cedido al Celta, marc¨® su cuarto gol en cuatro partidos de Liga y provoc¨® un penalti, que desemboc¨® en el hat trick de Karim Benzema. El brasile?o aprovech¨® el instante del reencuentro hasta llevarlo a lo f¨ªsico. Despu¨¦s de marcar se lanz¨® a la grada a abrazarse a su gente y a dejarse abrazar por ella, despreocupado de la distancia de seguridad que insist¨ªa en pedir la megafon¨ªa, y tambi¨¦n de la amonestaci¨®n que lo esperaba al bajarse del subid¨®n de nuevo a la hierba reci¨¦n instalada en un estadio patas arriba. Vini se abraz¨® al Bernab¨¦u, y el Bernab¨¦u al brasile?o y a Benzema, que sigue donde estaba, en la constancia del gol, mientras lo de Vinicius tiene m¨¢s aroma de aparici¨®n. A lomos de ambos, el Madrid se mantiene en punta despu¨¦s de un sofoc¨®n inicial (5-2).
Porque antes del comienzo hubo tanta ceremonia, tanto recuerdo, tanto s¨ªmbolo, tanta m¨²sica lenta para tanta despedida pendiente, que cuando el bal¨®n volvi¨® a moverse por la hierba del Bernab¨¦u, m¨¢s de a?o y medio despu¨¦s de su ¨²ltima noche de f¨²tbol, el Madrid compareci¨® amuermado bajo el peso de la pena y la emoci¨®n contenida. El Celta, sin embargo, hab¨ªa digerido ya todos los reencuentros de despu¨¦s de la pandemia y se lanz¨® con hambre desaforada a por una presa adormecida.
Entre la ceremonia y los kil¨®metros de avi¨®n para los partidos internacionales, Miguel Guti¨¦rrez y Casemiro no atinaron a deshacerse de una pelota extraviada, que termin¨® a los pies de Santi Mina, y fue el 0-1.
Solo el gol pareci¨® despabilar al Madrid, que empez¨® a encontrar a Modric, y a trav¨¦s de ¨¦l una salida a la presi¨®n que Coudet les hab¨ªa instalado casi en el ¨¢rea de Courtois. En esos primeros lances, el camino hacia el croata no resultaba nada evidente. Ancelotti hab¨ªa dispuesto un 4-4-2 para defenderse que situaba en el flanco izquierdo a Casemiro y Vinicius y en el derecho a Modric y Valverde. Sin embargo, cuando llegaba el turno de atacar, el croata saltaba al otro lado de Casemiro y Vini buscaba sitio m¨¢s arriba. Modric y Ancelotti se pasaron casi todo el primer tiempo habl¨¢ndose en cada pausa.
Cuando el Madrid empez¨® a robar arriba y el croata aviv¨® la velocidad de la pelota, los blancos desplegaron un oleaje de llegadas que desactiv¨® al Celta. Aunque sin fruto. Hazard encaraba, se iba y solo le paraban tir¨¢ndolo al suelo, casi como en los viejos tiempos. Vini, de pronto un killer, cabeceaba poniendo en aprietos a Dituro, o combinaba con el belga y le dejaba mano a mano con el portero. El Madrid iba, robaba, y volv¨ªa, aunque sin fruto hasta que el final de la jugada, un pase de Valverde encontr¨® a Benzema y el franc¨¦s emboc¨® el empate.
Aquello no afect¨® demasiado al rumbo del encuentro, que se mov¨ªa en la insistente secuencia robo de bal¨®n del Madrid-media ocasi¨®n de gol del Madrid. La cadencia solo la interrump¨ªa el Celta cuando la mirada se posaba sobre la defensa local. Nacho sali¨® a buscar a Aspas casi al centro del campo, pero no gan¨® la pelota, que le cay¨® a Hugo Mallo. El defensa, libre unos segundos de la tortura, se lanz¨® a una carrera que termin¨® con un pase a Cervi y el 1-2.
El desconcierto lo deshizo de nuevo Benzema con un cabezazo, y despu¨¦s con un pase que puso a correr a Vini a campo abierto. El brasile?o, transformado, no tembl¨® al verse ante Dituro: la puso a un lado, dio la vuelta al marcador y se lanz¨® a las butacas. A partir de ah¨ª ya todo fue ilusi¨®n, como antes de todo: Courtois salv¨® como siempre, debut¨® Camavinga y marc¨® a los seis minutos, Karim Benzema complet¨® un triplete y el Bernab¨¦u despidi¨® en pie a Modric cuando se fue a descansar. Y tambi¨¦n despu¨¦s a Vini, que luci¨® la sonrisa de la noche y la imprudencia del abrazo, despu¨¦s de meses en los que ese ha sido el gesto m¨¢s a?orado, y tambi¨¦n m¨¢s temido.
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