Empate a f¨²tbol ¨¢spero
Atl¨¦tico y Oporto igualan a cero en un encuentro trabado en el que los dos conjuntos se respetan demasiado y apenas crean ocasiones claras
Encadenado por un rival con toneladas de oficio, el Atl¨¦tico no encontr¨® forma de tumbar al Oporto. El empate a cero fue el fiel reflejo de lo sucedido. Con poca inventiva por parte de los rojiblancos y una sobriedad excelsa del conjunto portugu¨¦s, el duelo result¨® tan t¨¢ctico como trabado. No respondi¨® el plantel colchonero a la calidad que se le supone. Dos partidos lleva con Griezmann en n¨®mina y salvo un tramo en Cornell¨¤ el f¨²tbol no le aparece al Atl¨¦tico.
Intuyeron en la previa Simeone y Sergio Concei?ao un partido hosco de arranque y no se equivocaron. Salieron los dos equipos dispuestos a no hacer concesiones. Disfrazados con la presi¨®n adelantada, pero sin m¨¢s intenci¨®n que provocar un error en la salida del bal¨®n. Este f¨²tbol moderno tiene mucho de a ver qui¨¦n pilla a qui¨¦n saliendo con la pelota. Y como ni Atl¨¦tico ni Oporto se complicaban cuando sent¨ªan la amenaza de que les sisaran la bola en zona peligrosa, el juego se perdi¨® en toques sin intenci¨®n y en un rompe y rasga cuando se produc¨ªa una p¨¦rdida. No encontr¨® manera el equipo de Simeone en todo el primer tiempo de crear fuego real. Y eso que en el arranque una salida a un toque entre Hermoso, Carrasco y Lemar le ense?¨® el camino para romper al Oporto, siempre tan competitivo, siempre con esa losa de tener m¨¢s decoro en las vitrinas del que se le concede entre la prensa y el aficionado medio. Otra conexi¨®n en dos pases verticales, de Hermoso a Lemar y de este a Luis Su¨¢rez, la culmin¨® el charr¨²a en un tiro manso para que Diogo Costa se adornase con una palomita. Ese fue ¨¦l ¨²nico disparo de los rojiblancos a porter¨ªa en todo el primer acto. Hubo poco de Jo?o F¨¦lix y casi nada de Carrasco y Marcos Llorente, de nuevo lateral por los problemas estomacales de Trippier en la previa. Ni por fuera, ni por dentro el Atl¨¦tico le hizo un rasgu?o al Oporto. Mand¨®n Pepe y bien secundado por Mbemba, Luis Su¨¢rez tambi¨¦n qued¨® enterrado en el p¨¢ramo de partido que se jugaba con la falta t¨¢ctica como herramienta com¨²n para frenar cualquier ataque. Cuando su equipo no pisa ¨¢rea para alimentarle, al charr¨²a se le pone el carn¨¦ de identidad en la frente. Necesita m¨¢s llegadas para desempolvarse las botas.
Si hubo algo rese?able en los rojiblancos en el primer tiempo fue la capacidad de Kondogbia para barrer cualquier amago de contragolpe. Y cuando no, tir¨® de sus largas piernas para evitar que Zaidu, lanzado por D¨ªaz, encarara a Oblak en el ¨¢rea tras un saque de esquina de los rojiblancos para desesperaci¨®n de Simeone. Tiene mucho quite el franc¨¦s, pero le falt¨® que Koke o Lemar le dieran una continuidad rauda a sus robos. Koke jug¨® como volante por la derecha, aunque siempre se ha sentido m¨¢s a gusto en el pasillo interior izquierdo. Cuando Lemar fue reemplazado a la media hora de juego por problemas musculares, el capit¨¢n se situ¨® a la izquierda de Kondogbia. Nada mut¨®. El colegiado puso fin a tres cuartos de hora de f¨²tbol tan ¨¢spero como plano. Con demasiado temor de ambos equipos a destaparse en lo colectivo y en lo individual.
Gol anulado
El arranque de la segunda mitad naci¨® con susto para el Atl¨¦tico. Un globo pasado de Corona se endemoni¨® y fue a estrellarse en el palo y se qued¨® muerto sin que ning¨²n atacante del Oporto pudiera remacharlo. Perdi¨® el equipo de Concei?ao a Pepe, que no solo amarg¨® a Luis Su¨¢rez, tambi¨¦n se erigi¨® como cacique en cada disputa. Como el paisaje no cambiaba, Simeone orden¨® un triple cambio. De golpe, Lodi, Correa y Griezmann, que escuch¨® una sonora pitada. Ni sus carreras para robar y agradar levantaron un aplauso. Menos cuando fall¨® un pase de seguridad a dos metros de Koke. Con todo, no pareci¨® querer ensa?arse el personal con el franc¨¦s. A la primera que protagoniz¨® una internada por la derecha de cierto m¨¦rito, Griezmann escuch¨® algunos aplausos
Cogi¨® m¨¢s vuelo el Atl¨¦tico con ese triple cambio, al menos en cuanto a ritmo de bal¨®n e intentar ser m¨¢s vertical. Las carreras de Lodi, Carrasco y Marcos Llorente le dieron una presencia m¨¢s amenazante en campo contrario. Correa, con un disparo cruzado raso, inquiet¨® a Diogo Costa.
La ¨²ltima vuelta de tuerca que intent¨® Simeone fue dar entrada al mexicano Herrera y sentar a Felipe, y pudo costarle un serio disgusto. Kondogbia, que pas¨® al centro de la defensa, no se enter¨® de un pase atr¨¢s de Lodi que pele¨® Taremi. El delantero iran¨ª cay¨® y toc¨® ligeramente la pelota con la mano antes de que esta rebasara la l¨ªnea de gol. El VAR ratific¨® la anulaci¨®n del tanto por parte del ¨¢rbitro y el Atl¨¦tico suspir¨®. Incluso acab¨® sometido por el manejo que ense?¨® el joven Oliveira, que en el rato que jug¨® impuso el ritmo que le vino en gana. Como el Oporto en la mayor¨ªa del encuentro. Una contra de Griezmann, tras un error de Marcano, termin¨® en derribo a cinco metros del ¨¢rea. La cuestionable expulsi¨®n de Mbemba y el golpeo del libre directo de Luis Su¨¢rez fueron los ¨²ltimos fogonazos de un partido con m¨¢s f¨²tbol de trincheras que juego.
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