Argentina: prohibido jugar al f¨²tbol por ser ni?as
Lejos de Buenos Aires, una enorme cantidad de chicas menores de 12 a?os no pueden competir en el deporte m¨¢s popular del pa¨ªs porque la mayor¨ªa de las ligas del interior solo permite que jueguen varones
Las autoridades de la TV P¨²blica, el canal estatal de Argentina, se sorprendieron a mediados de agosto cuando advirtieron que, entre los dos partidos de Primera Divisi¨®n transmitidos por la emisora el mismo fin de semana, el San Lorenzo-El Porvenir femenino tuvo m¨¢s rating que el Lan¨²s-Godoy Cruz masculino. Aunque el dato alimenta el progreso del f¨²tbol de mujeres en el pa¨ªs de Diego Maradona y Lionel Messi, con una selecci¨®n que multiplic¨® el inter¨¦s desde el Mundial 2019 y una liga semi-profesional que va por su tercera edici¨®n y es televisada por canales de aire y de streaming, todav¨ªa quedan desventajas por reparar. Fuera de las pantallas y lejos de Buenos Aires, una gran cantidad de chicas que viven en el interior de Argentina no pueden competir en el deporte m¨¢s popular, como si un simb¨®lico cartel de advertencia colgara en la entrada a los clubes: prohibido jugar al f¨²tbol por ser nenas.
El dilema afecta a las ni?as o adolescentes que viven en ciudades medianas o pueblos, donde, por falta de poblaci¨®n o tradici¨®n, el ¨²nico f¨²tbol femenino que se practica es el de mayores, para jugadoras de entre 16 y 40 a?os, aproximadamente. Sin la cantidad suficiente de chicas para formar equipos de categor¨ªas menores, las ni?as inician en escuelitas junto con los varones. Pero el f¨²tbol mixto es una soluci¨®n a medias, desde que empiezan, entre los 4 y 5 a?os, hasta que los equipos comienzan a competir, a veces a los 7, otras a los 12.
Entonces las chicas no tienen un lugar dentro del sistema: la enorme mayor¨ªa de las ligas del interior permite que ¨²nicamente jueguen los varones, una regulaci¨®n que excluye a sus compa?eras de entrenamiento y de plantel. Este limbo, avalado por la Asociaci¨®n del F¨²tbol (AFA), atrapa a las ni?as de entre 12 y 16 a?os -siempre con edades aproximadas, porque cada liga tiene su excepci¨®n-: son consideradas ¡°grandes¡± para seguir competiendo con los chicos pero todav¨ªa son j¨®venes para sumarse a la Primera femenina.
En medio de ese pozo, y alentados por la voluntad de sus hijas -que se inspiran en el avance del f¨²tbol femenino en Argentina-, decenas de madres y padres de todo el pa¨ªs comenzaron a buscar soluciones. Algunos casos consiguieron torcer la ley en sus pueblos. Otros, en cambio, contin¨²an luchando para que sus ligas locales aumenten las edades permitidas en el f¨²tbol mixto. El grupo de WhatsApp que re¨²ne a muchas de ellas se llama ¡°Por nuestras ni?as¡±.
Una de las pioneras fue Nadia D¨ªaz, la madre de Renata Escola, de 10 a?os, jugadora de San Lorenzo de Villa Gesell, una ciudad de 30.000 habitantes, 400 kil¨®metros al sur de Buenos Aires. ¡°Amo el f¨²tbol pero no pude jugarlo. Cuando era chica y pregunt¨¦ en el club, me dijeron que no hab¨ªa f¨²tbol, que eligiera hockey, y entonces empec¨¦ en ese deporte¡±, dice Nadia, de 36 a?os. ¡°Pero Renata arranc¨® desde chica con el f¨²tbol. A falta de equipos femeninos, se anot¨® en al mixto. Como en Villa Gesell s¨®lo lo permit¨ªan hasta los 7 a?os, pedimos que se respetara la Ley de Deportes, que dictamina que no debe haber distinci¨®n de g¨¦nero hasta los 12¡å, explica.
¡°El tema depende de la buena voluntad de los dirigentes y autoridades locales. Nuestro club y nuestra liga autorizaron a que Renata siguiera con el f¨²tbol mixto hasta los 13, y estuvo buen¨ªsimo, porque muchas chicas se anotaron de inmediato en otros equipos de la zona, pero adem¨¢s buscamos una soluci¨®n de fondo¡± sigue Nadia, que pelea el tema desde adentro: es dirigente de San Lorenzo de Gesell. ¡°La liga de General Madariaga, en la que participa nuestro club, acaba de decidir que los equipos que compiten en la Primera femenina tengan que presentar alguna categor¨ªa femenina infantil a partir de 2022. En San Lorenzo estamos formando una Quinta Divisi¨®n, entre 13 y 16 a?os. As¨ª nos garantizamos que no se corte la cadena: hasta los 13 juegan al mixto, despu¨¦s inferiores del femenino, y a los 16 saltan a mayores¡±, dice Nadia, que desde inaugur¨® la campa?a #DejenJugarARenata, en mayo, recibi¨® el llamado de numerosos madres y padres del resto del pa¨ªs en la misma situaci¨®n.
Alentada por Nadia, en agosto comenzaron las publicaciones de #DejenJugarAEmma, en referencia a Emma Rodr¨ªguez, una chica de 12 a?os que juega en el club Comercio de Guamin¨ª, un pueblo de 3.000 personas, 500 kil¨®metros al sudoeste de Buenos Aires. Pero su caso todav¨ªa no fue aceptado por la liga de Coronel Brandsen. ¡°Los chicos y chicas menores de 12 a?os pueden jugar f¨²tbol mixto, pero Emma ya pas¨® esa edad. Sigue entrenando con sus compa?eros, s¨ª, pero no la dejan competir¡±, se lamenta Soraya Ciaccia, la madre de Emma.
¡°Tenemos a favor el dictamen del Inadi (el Instituto Nacional en contra de la Discriminaci¨®n), pero la AFA todav¨ªa no tom¨® parte y la liga local sigue sin expedirse. El torneo de 2021 ya termin¨® y Emma cumple 13 en julio. La tenemos complicada: van pasando los meses y sigue sin jugar. Hoy me conformo con que la dejen competir con los chicos hasta que tenga 14 a?os¡±, explica Soraya, que adem¨¢s contextualiza una situaci¨®n que ocurre en el resto del pa¨ªs. ¡°En las localidades m¨¢s peque?as, los equipos mixtos son necesarios. A las chicas les sigue dando verg¨¹enza jugar al f¨²tbol. ?Sab¨¦s las veces que escuch¨¦ ¡®Ah, es nena pero juega bien, eh¡¯? No ser¨¢ un comentario violento pero s¨ª es una mirada machista, y a las chicas a los 10 a?os necesitan otro aliento¡±, dice la mam¨¢ de Emma, que en estos d¨ªas se reunir¨¢ con las madres de Joaquina y Melina, dos chicas de Salliquel¨® y Daireaux, pueblos cercanos, tambi¨¦n del interior bonaerense, donde las chicas sufren la misma prohibici¨®n.
Permisos judiciales
El problema tambi¨¦n ocurre en ciudades de 300.000 habitantes, como Bah¨ªa Blanca, 600 kil¨®metros al sur de la Capital Federal, una de las 20 localidades m¨¢s pobladas del pa¨ªs. Patricio Lombardi, el padre de Delfina, de 15 a?os, consigui¨® a trav¨¦s de la Justicia que su hija contin¨²e compitiendo en el f¨²tbol mixto en la Liga del Sur, la asociaci¨®n que organiza el torneo local. ¡°Soy abogado, estudi¨¦ el tema y a trav¨¦s de recursos de amparo y medida cautelares logramos que Delfi pueda jugar con sus compa?eros de club, Bella Vista. No es que yo quiera que Delfi juegue con varones, yo quiero que juegue. Y como no hay torneos de mujeres para menores en Bah¨ªa Blanca, su ¨²nica posibilidad por ahora son con los chicos de su edad¡±, explica Patricio.
La autorizaci¨®n de la Liga del Sur a que Delfina contin¨²e en el f¨²tbol mixto termina este a?o. Pero decidida a ser futbolista, Lombardi viajar¨¢ a Buenos Aires para sumarse a uno de los gigantes argentinos, River, que s¨ª cuenta con divisiones menores para chicas. ¡°No entiendo por qu¨¦ la AFA autoriza a algunas chicas en el Interior para jugar f¨²tbol mixto, y a otras no. Los torneos no est¨¢n bien informados¡±, advierte Patricio.
M¨¢s al sur, en Viedma, la capital de la provincia de R¨ªo Negro, en la entrada a la Patagonia, los padres de ?mbar Santa Cruz festejan una resoluci¨®n favorable reciente pero saben que la lucha no termin¨®. ¡°?mbar siempre jug¨® al f¨²tbol mixto en el club Cultural, hasta que cumpli¨® 9 a?os y nos informaron que ya no pod¨ªa competir con los varones. Ah¨ª empezamos reuniones con autoridades del f¨²tbol y pol¨ªticas. No fue f¨¢cil pero conseguimos que la autoricen a volver a jugar hasta los 12. Es un pasito. Acaba de cumplir 10, pero sabemos que dos a?os se pasan r¨¢pido¡±, dice Sebasti¨¢n, el padre.
La autorizaci¨®n a ?mbar provoc¨® que m¨¢s chicas se sumaran al campeonato de la liga local. ¡°Los dirigentes me dec¨ªan ¡®?y qu¨¦ pasa si se lesiona?¡¯. Pero mi hija les dio el mejor ejemplo: la golpearon sin querer y sigui¨®. Hay un mont¨®n de nenas que quieran jugar. Necesitamos que haya un cambio, que las autoridades sean m¨¢s abiertas, no s¨®lo en Viedma, tambi¨¦n en todo el pa¨ªs¡±, solicita Santa Cruz.
A una soluci¨®n parcial -pero soluci¨®n al fin, al menos por ahora- tambi¨¦n se abraz¨® Eleonora Giunchi, una chica a la que el a?o pasado, cuando ten¨ªa 7, le hab¨ªan prohibido seguir jugando al f¨²tbol mixto en General Alvear, una localidad de 10.000 habitantes en la provincia de Mendoza. La lucha de su familia dio resultado hace dos meses, en agosto, ya con Eleonora de 8 a?os. ¡°Yo no quer¨ªa ir a la Justicia sino llegar a un acuerdo hablando, y los dirigentes aceptaron que las chicas sigan jugando hasta los 13 con sus compa?eros. Mi hija es del Sport Club Argentino pero la medida tuvo efecto rebote: en otros equipos ya se sumaron m¨¢s nenas¡±, dice Renata Garc¨ªa, la madre.
¡°Me contactaron madres de muchos lugares del pa¨ªs, algunos lejanos, como Corrientes (al noroeste de Argentina)¡±, contin¨²a la mam¨¢ de Eleonora. ¡°De nuestra ciudad, General Alvear, tambi¨¦n es Julieta Cruz, defensora de Boca y la selecci¨®n argentina. Me cont¨® que hace 20 a?os le pas¨® lo mismo que a Eleonora, que no la dejaban jugar federada, y que se tuvo que formar en el potrero o mirando desde la tribuna. ?En qu¨¦ siglo estamos ahora?¡±, se pregunta una de las madres que, como se titula el grupo de WhatsApp formado por Nadia a 1.000 kil¨®metros, pelea ¡°Por nuestras ni?as¡±.
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