El bal¨®n rueda en Silicon Valley
Los datos inundan el f¨²tbol, pero en el juego lo asociativo marca la diferencia, y eso es muy dif¨ªcil de medir
Les contaba la semana pasada que he estado por M¨¦rida, M¨¦xico, para una conferencia. Tras la misma y en el turno de preguntas, lleg¨® una que ya estaba en el programa, el asunto de los datos, el big data, y su aplicaci¨®n en el f¨²tbol. Digo que estaba en el programa porque al igual que antes de cualquier conferencia de prensa hay un m¨ªnimo de cuestiones que se saben que van a salir y uno se las puede preparar, en estos momentos, en esto del f¨²tbol, ese asunto de los datos est¨¢ de plena actualidad.
En EL PA?S del pasado vienes, David ?lvarez nos contaba desde Londres c¨®mo en un congreso de f¨²tbol se juntaban f¨ªsicos te¨®ricos, matem¨¢ticos y programadores. Un gran art¨ªculo en el que se explica muy bien c¨®mo esta oleada va llegando al f¨²tbol y c¨®mo, en estos momentos, se debate en interno si hay que subirse a esa ola para no perder competitividad o si se trata solo de una moda, m¨¢s o menos influida por el deporte americano y su pasi¨®n por el dato y las cifras. En dicho art¨ªculo ten¨ªamos la posici¨®n m¨¢s extrema que se plantea en estos casos y que ven¨ªa de James Cryne, del Barnsley, cuando dec¨ªa que su sue?o era que la opini¨®n no tenga ning¨²n peso en las decisiones, que estas vengan solo de los datos.
Y esto me llevaba a mis tiempos de estudiante de BUP, cuando aprend¨ªamos los silogismos y que el razonamiento cient¨ªfico ser¨ªa algo as¨ª como: si el f¨²tbol es ciencia y la ciencia es medible, entonces el f¨²tbol es medible. Bueno, o algo as¨ª, seguro que no es la formulaci¨®n m¨¢s precisa, pero creo que es suficiente para mi razonamiento. Porque, efectivamente, el f¨²tbol tiene muchos elementos medibles y que ya se van aplicando a todos los procesos de trabajo f¨ªsico y t¨¢ctico.
Tenemos a¨²n problemas con la calidad precisa del dato pero ese elemento se va afinando con el tiempo y los sistemas aunque, de vez en cuando, te entre la duda de si ser¨¢ muy precisa esa distancia medida por un sat¨¦lite situado a miles de kil¨®metros, pero como es el mismo que nos est¨¢ dando cobertura en un lugar remoto, pues todos empezamos a integrar en nuestra mente que esos imposibles del pasado son opciones reales del futuro... y del presente.
La cuesti¨®n estar¨ªa en que en el f¨²tbol lo excepcional es lo normal. Y que en el juego, lo asociativo es lo que, al final, marca la diferencia. Y eso es muy dif¨ªcil de medir salvo que sea a posteriori, claro. Un par de ejemplos para que me explique: el gol de Francia en la final de la Liga de la Naciones, cuando una posici¨®n que era ilegal se convert¨ªa de forma artificial en legal y daba a Francia la posibilidad de ser campe¨®n. Si lo miramos antes del partido y pensamos en cu¨¢ntas posibilidades hab¨ªa de que se diera una jugada como esa en una final de selecciones, seguramente el margen ser¨ªa muy peque?o, dir¨ªamos que marginal. Bueno, pues es lo que pas¨®.
Segundo ejemplo: en la final de Champions de Wembley 2011 el Bar?a tuvo una posesi¨®n de m¨¢s del 60% y siempre habr¨¢n o¨ªdo que cuando tienes el bal¨®n corres menos. Pues va a ser que no: aquel d¨ªa los jugadores del FC Barcelona corrieron m¨¢s que los del Manchester United. Solo que sus movimientos y carreras suced¨ªan en partes del terreno que estaban fuera del tiro de c¨¢mara y lejos del bal¨®n, elemento siempre im¨¢n para cualquier espectador.
Por ¨²ltimo, si el f¨²tbol es ciencia debe ser tambi¨¦n verdad que la ciencia es f¨²tbol. ?Se imaginan a alguien del f¨²tbol llegando a Silicon Valley para decir que todo eso de los datos no sirve para nada y que solo lo subjetivo es v¨¢lido? M¨¢s f¨¢cil, ?hay muchos del mundo del f¨²tbol reclamados para trabajar en esos ¨¢mbitos de desarrollo?
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