El gol no sale en el libro de estilo del Barcelona

La diferencia entre la despedida de Koeman y la presentaci¨®n de Xavi como entrenador del Bar?a se resume a efectos contables en un penalti: Memphis fall¨® en Vallecas y acert¨®, en cambio, contra el Espanyol. La suerte tambi¨¦n juega en el f¨²tbol y desde luego el ¨¢nimo tiene su incidencia, especialmente en clubes sensibles como el Barcelona. Charly Rexach, un experto en barcelonismo, tiene una particular manera de explicar c¨®mo se desequilibran los partidos una vez que la pelota est¨¢ parada en la l¨ªnea de meta: ¡°Si la hinchada sopla a favor, ser¨¢ gol; todo lo contrario de si su bufido es en contra, una apreciaci¨®n que se constata a menudo en el Camp Nou¡±. La corriente va a favor del optimista Xavi desde que sustituy¨® al esc¨¦ptico Koeman.

Animado por la afici¨®n, el equipo se sinti¨® m¨¢s liberado y durante un rato jug¨® razonablemente bien contra el Espanyol. Tuvo al menos una identidad futbol¨ªstica y fue consecuente con el ideario del Barcelona. La pelota sali¨® jugada por los centrales, los extremos abrieron mucho la cancha y los volantes se mostraron m¨¢s din¨¢micos y participativos que nunca, siempre resguardados por la figura de un mediocentro incombustible como Busquets. Aumentaron las llegadas desde la segunda l¨ªnea, hubo m¨¢s opciones de pase y se advirti¨® un mayor protagonismo de De Jong. El juego se localiz¨® en cancha blanquiazul y tanto la presi¨®n como la recuperaci¨®n alimentaron un f¨²tbol m¨¢s vertical hasta que el equipo se qued¨® sin fuerza, perdi¨® la pelota y qued¨® a merced del Espanyol, al que solo le falt¨® punter¨ªa para puntuar en el Camp Nou.

Muy acad¨¦mico, Xavi se esmer¨® en colocar mejor a sus jugadores, especialmente a los volantes, que se arrimaron m¨¢s al campo contrario y se aplicaron en los desmarques, cambio que permiti¨® advertir una versi¨®n m¨¢s aceptable de De Jong. El Bar?a del derbi pareci¨® m¨¢s ordenado y orientado y si no consigui¨® una mejor eficacia fue a juicio del entrenador porque ¡°hubo un problema de interpretaci¨®n del juego¡± y no por una causa f¨ªsica o de desfallecimiento como se adivin¨® en partidos como el de Vigo. A los azulgrana les cuesta descansar con la pelota y no saben defender porque sus zagueros est¨¢n concebidos para atacar y apretar lejos de Ter Stegen. No tiene futbolistas para gobernar las ¨¢reas y los centrocampistas no ponen ni quitan goles por m¨¢s que gusten Nico, Gavi, Busquets, De Jong o Pedri.

Los peores males son estructurales, sobre todo de confecci¨®n de la plantilla, un defecto dif¨ªcil de corregir desde el banquillo por m¨¢s dedicaci¨®n, m¨¦todo e ideario que ponga Xavi. A costa de ahorrarse cerca de 150 millones, el equipo perdi¨® 58 goles y 27 asistencias con la partida de Messi y de Griezmann. No hay delanteros capaces de compensar tal p¨¦rdida y dif¨ªcilmente se pueden encontrar recursos que alivien un d¨¦ficit tan grande para un club con aspiraciones como el Bar?a. El m¨¢ximo artillero es Memphis, con siete goles, todos en la Liga, seguido de Ansu Fati con cuatro, mientras Sergi Roberto, Braithwaite y Piqu¨¦ suman dos, por uno de Ag¨¹ero, Luuk de Jong, Coutinho y Araujo. Los goles son tan escasos como las ocasiones.

Los t¨¦cnicos sostienen que la situaci¨®n mejorar¨¢ con la recuperaci¨®n de Ansu Fati, Demb¨¦l¨¦, Braithwaite y Pedri ¡ªno se contempla de momento la opci¨®n del Kun Ag¨¹ero¡ª. La posibilidad de recurrir al mercado invernal parece por el contrario inviable si se tiene en cuenta la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica y el control salarial por parte de la Liga. A Xavi no le queda m¨¢s remedio que aguardar a que sanen los lesionados y practicar con las j¨®venes promesas de la cantera que desfilan por el Camp Nou. A cambio, no hay jugadores que marquen la diferencia ni partidos que evoquen el estreno vivido contra la Real Sociedad: 4-2. La messidependencia se olvid¨® por un d¨ªa cuando Memphis se junt¨® en ataque con Braithwaite y Griezmann ante la alegr¨ªa de Koeman.

Nunca m¨¢s se supo desde aquel 15 de agosto. Koeman fue destituido el 28 de octubre despu¨¦s de que Memphis fallara un penalti en Vallecas. El neerland¨¦s acert¨® en cambio ante el Espanyol para suerte de Xavi. Un gol, aunque sea de penalti, es ahora mismo un tesoro para un equipo que solo ha conseguido dos veces dejar su porter¨ªa a cero: en C¨¢diz y en el derbi del s¨¢bado en el Camp Nou. La consigna es ganar partidos en la Liga y en la Champions, ni que sea con un gol de penalti, y conseguir que la hinchada se identifique con el juego para que sople a favor del equipo tambi¨¦n este martes contra el Benfica. A falta de goles, se imponen valientes como Xavi.

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