El doctor Xavi atiende en el div¨¢n
Antes que el 4-3-3 y las soluciones t¨¢cticas que encuentre, Xavi necesita reflotar el estado an¨ªmico de los jugadores
Dos semanas de festividades en el Bar?a, presididas por las presentaciones de Xavi y Alves, sirvieron para extraer a la hinchada de su postraci¨®n. Hay tantas cosas que recuperar, y tan poco tiempo para lograrlo, que se puede considerar un ¨¦xito el ascenso de la temperatura social. Cerca de 80.000 personas acudieron al Camp Nou en el primer partido de Xavi como entrenador. Venci¨® el Bar?a y ofreci¨® alg¨²n apunte optimista, pero sali¨® vivo de casualidad. A Xavi le saldr¨¢n canas en su aventura.
Algunos indicadores se?alaron mejoras en el Bar?a, que viene de una multitud de lacras futbol¨ªsticas, f¨ªsicas y mentales. No han desaparecido, ni se evaporar¨¢n, por arte de magia. Se espera de Xavi que ponga orden en la casa y extienda a sus jugadores el grado de conocimiento que le encumbr¨® como jugador. No es un desaf¨ªo cualquiera, pero al menos forma parte de su bagaje profesional. Conoce el Bar?a al dedillo, ha ganado t¨ªtulos a granel y ha visto de todo en el f¨²tbol. Pero tendr¨¢ que hacerlo en un equipo con una autoestima baj¨ªsima.
Xavi inaugurar¨¢ esa parcela de su trabajo sin experiencia previa. El Bar?a convalece de una enfermedad temible en el f¨²tbol, la pobre percepci¨®n que tiene de su potencial. Se siente peque?o, vulnerable y desamparado de recursos econ¨®micos. ¡°Esto es lo que hay¡± ser¨¢ el latiguillo que quedar¨¢ de este turbulento periodo. Se ha dicho como excusa en un equipo que cuenta con cinco internacionales casi fijos en la selecci¨®n espa?ola ¡ªBusquets, Gavi, Pedri, Jordi Alba y Eric Garc¨ªa¡ª, un pr¨®ximo titular con Luis Enrique ¡ªAnsu Fati¡ª, dos figuras en la selecci¨®n holandesa ¡ªFrenkie de Jong y Memphis¡ª y un porterazo como Ter Stegen. No es un Bar?a imperial, ni uno de medio pelo.
Antes que el 4-3-3 y las soluciones t¨¢cticas que encuentre, Xavi necesita reflotar el estado an¨ªmico de unos jugadores que tambi¨¦n pagan sus dificultades en el plano f¨ªsico. Busquets, Gavi, Nico Gonz¨¢lez y Mingueza abandonaron destrozados el partido contra el Espanyol. Se habla de carencias en la preparaci¨®n, aunque no conviene olvidar el peso del factor mental en el d¨¦ficit f¨ªsico de los futbolistas.
Xavi necesita un div¨¢n gigantesco para recuperar a varios jugadores que parecen sombras de lo que un d¨ªa fueron. Coutinho es un caso palmario. Frenkie de Jong, tambi¨¦n. Eric Garc¨ªa no se tiene confianza todav¨ªa. Presuponemos el Xavi t¨¢ctico. Falta saber su capacidad para levantar la tensi¨®n an¨ªmica y competitiva del equipo.
En un partido que le llev¨® al borde del colapso, el Bar?a ofreci¨® alguna novedad interesante. En el primer tiempo fue un equipo concreto. Los jugadores sab¨ªan c¨®mo jugar y a qu¨¦ jugar. Dur¨® lo que aguantaron las piernas de Busquets. El De Jong m¨¢s minimalista que se ha visto hasta ahora jug¨® a tocar y llegar al ¨¢rea. Est¨¢ claro que recibi¨® instrucciones. Menos dispersi¨®n y m¨¢s concreci¨®n. Por ahora le falta gol: cinco en 77 partidos. Es evidente, en cualquier caso, que no es el futbolista que el barcelonismo se imaginaba cuando dirig¨ªa al din¨¢mico Ajax.
Presi¨®n alta, incesante, muchos pases, paciencia y gruesa posesi¨®n¡ todo eso se observ¨® en el primer tiempo, sin excesos y sin extremos. Al jovenc¨ªsimo Ilias le super¨® el partido y Gavi es un interior de libro. No hab¨ªa m¨¢s y Xavi tir¨® de lo que pudo. Ah¨ª se encontrar¨¢ con un obst¨¢culo gigantesco: dirigir un equipo con la plantilla mal edificada. No la dise?¨® ¨¦l, pero tendr¨¢ que hacer maravillas para encajar las piezas de un puzle diab¨®lico. Y lograrlo pronto. Llega el Benfica y el margen de maniobra es m¨ªnimo. Ganar o saltar de la Liga de Campeones.
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