El Real Madrid se adentra en territorio Sheriff
Los blancos visitan Tiraspol, un enorme parque tem¨¢tico sovi¨¦tico con su propia moneda, bases militares rusas y un omnipresente conglomerado empresarial que incluye al equipo revelaci¨®n de la Champions
Todo es imperio y territorio Sheriff. Los modernos supermercados, que contrastan con las cotidianas y polifac¨¦ticas estatuas de Lenin y los abundantes s¨ªmbolos de su pasado sovi¨¦tico, las gasolineras, bancos, destiler¨ªas de co?ac, los proveedores de telecomunicaciones, hasta un vivero de caviar. Pr¨¢cticamente todo en Transdsni¨¦ster conduce al poderoso holding empresarial Sheriff. Y por supuesto, tambi¨¦n el enorme complejo deportivo sede del Sheriff de Tiraspol. El equipo sorpresa de la Liga de Campeones que se medir¨¢ en casa al Real Madrid este mi¨¦rcoles (21.00, Movistar LC) ha puesto en el mapa esta regi¨®n, reconocida como parte de Moldavia por la comunidad internacional, que se proclam¨® independiente en 1990, vivi¨® una guerra y contin¨²a atrapada en uno de los conflictos congelados legados por el colapso de la URSS hace tres d¨¦cadas.
Transdsni¨¦ster, como otras muchas partes de Moldavia, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de Europa, se desangra por la migraci¨®n. Las oportunidades no abundan tampoco en esta regi¨®n ¡ªque proclam¨® su independencia a trav¨¦s de un refer¨¦ndum hace casi dos d¨¦cadas y reclam¨® la idea de unirse en el futuro a Rusia¡ª, encajada en la ribera izquierda del r¨ªo Dni¨¦ster, que se autodenomina Pridnestrovia. As¨ª que para Tatiana Rudkovskaya, de 43 a?os, el hecho de que el Sheriff de Tiraspol haya dado la campanada en la Champions y juegue al nivel de ¡°un equipo de estrellas¡±, como el Real Madrid, es una excelente noticia: ¡°Hace poco nadie sab¨ªa d¨®nde est¨¢bamos. ?Y de repente todo el mundo se enter¨® de que existe Transdsni¨¦ster! Cuando gan¨® al Real Madrid en Espa?a ya fue el acabose¡±.
Activa y sonriente, Rudkovskaya, deportista, hincha del Sheriff y presidenta de la federaci¨®n de yoga de la regi¨®n, cree que el f¨²tbol y la publicidad generada por los partidos puede suponer una oportunidad de oro para desarrollar el turismo en la regi¨®n, eminentemente rural. Aunque llegar hasta Tiraspol ¡ªpasando por un punto de control vigilado por sus fuerzas de seguridad en la l¨ªnea administrativa que separa el enclave del resto de Moldavia¡ª y desenvolverse no sea tan sencillo.
En el territorio, que tiene su propia moneda, no se aceptan las tarjetas visa y mastercard debido a que los bancos de la autoproclamada rep¨²blica no reconocida como independiente no tienen los c¨®digos internacionales. ¡°Transdsni¨¦ster es muy atractivo sobre todo para aquellos interesados en la tem¨¢tica sovi¨¦tica. Muchos de los que vienen quedan asombrados por nuestros Lenines¡±, dice esperanzada Rudkovskaya en su estudio de yoga en Bender, la segunda ciudad de la regi¨®n, despu¨¦s de Tiraspol, donde se aprecian a¨²n en la fachada de un par de edificios las cicatrices de la guerra de hace 30 a?os que seg¨® unas mil vidas.
Como la enorme estatua de Vlad¨ªmir Lenin con la capa al viento, como si fueran unas alas, que preside la plaza del Soviet Supremo (el consejo Supremo) de Tiraspol, la sede del Gobierno del territorio, donde ondean a mismo nivel, como en todos los edificios oficiales, la bandera de Transdsni¨¦ster ¡ªroja y verde, con la hoz y el martillo¡ª y la de Rusia.
En el hotel del due?o del club
El enclave, de medio mill¨®n de habitantes, acoge varias bases militares rusas, multitud de puntos de control y unos 1.500 soldados rusos, que act¨²an como ¡°pacificadores¡± en el conflicto irresuelto. Una guerra desatada en 1990, cuando Transdni¨¦ster ¡ªque acumulaba la mayor¨ªa de la industria¡ª, de poblaci¨®n mayoritariamente eslava (rusos y ucranios) y donde se habla ruso, reivindic¨® su independencia de Moldavia y su car¨¢cter sovi¨¦tico despu¨¦s de que Chisin¨¢u ¡ªm¨¢s agr¨ªcola¡ª proclamara su independencia de la URSS, quiso unirse a Rumania y restableci¨® el alfabeto latino en vez del cir¨ªlico. Las tropas rusas impidieron entonces que Moldavia sometiese a Transdni¨¦ster y desde entonces se ha convertido en una especie de protectorado ruso, un punto de influencia al que suministra gas pr¨¢cticamente gratis y que act¨²a como peque?a ancla geoestrat¨¦gica en una regi¨®n que vira cada vez m¨¢s hacia Occidente.
Transdni¨¦ster podr¨ªa parecer un enorme parque tem¨¢tico sovi¨¦tico, donde no hay franquicias de cadenas internacionales como McDonalds, Pizza Hut o Zara, que ya acoge viajes organizados de pioneros, nost¨¢lgicos o curiosos, que peregrinan tambi¨¦n por otros lugares de la ¨®rbita comunista. Las reminiscencias se respiran por doquier, en sus estatuas, tradicionales mosaicos en los edificios de est¨¦tica sovi¨¦tica, antiguos tanques de la Segunda Guerra Mundial y en el trazado puntilloso de sus calles. Pero la autodenominada rep¨²blica de Pridnestrovia est¨¢ muy lejos de ser un enclave comunista. El territorio est¨¢, en la pr¨¢ctica, administrado por una ¨²nica persona, el oligarca Viktor Gushan, un silencioso ex oficial de polic¨ªa sovi¨¦tico (de ah¨ª el nombre de su holding, Sheriff) que hizo su fortuna en la oscura ¨¦poca de las privatizaciones que estall¨® tras el colapso de la URSS.
El due?o del conglomerado empresarial Sheriff ¡ªque tambi¨¦n es propietario del mejor hotel de la ciudad, el Rusia, donde el Real Madrid se aloja en (nunca mejor dicho) territorio rival¡ª tiene estrech¨ªsimos v¨ªnculos con el Gobierno de Transdni¨¦ster, donde sus ciudadanos eluden hablar de pol¨ªtica y especular en p¨²blico sobre la fortuna del oligarca. Sus aliados, apunta el polit¨®logo Anatoly Dirun, antiguo miembro del partido financiado por Gushan, que conoce los entresijos del imperio y las dificultades ahora de ser opositor, controlan los principales puestos de la c¨²pula de la regi¨®n.
300 euros de salario medio
Kristian Tijomirov fue uno de los miles de j¨®venes de Transdni¨¦ster que emigr¨®. Fue a Polonia y trabaj¨® en una planta metal¨²rgica. Pero termin¨® volviendo. Ahora ha encontrado un empleo en una tienda de ropa con un toque hipster en la avenida principal de Tiraspol. ¡°Esto es acogedor, c¨¢lido, un lugar conveniente para formar una familia¡±, apunta Tijomirov, de 24 a?os; sin embargo, se lamenta del precio de algunos servicios sociales en teor¨ªa gratuitos pero por los que se termina pagando algo por un ¡°plus de calidad¡±. Tambi¨¦n de que ¡°los de arriba no piensan en los de abajo¡±.
En el parque de Catalina, en el centro de Tiraspol, renovado hace poco y donde un enorme ¨¢rbol de Navidad puesto por la corporaci¨®n Sheriff tiene un lugar de honor, Vasili Sujov se hace fotos con su hijo Mija¨ªl como si fueran los jugadores del Real Madrid y del Sheriff, tras un enorme p¨®ster, con el logo de la Liga de Campeones. Sujov, programador, cuenta que no hay muchos lugares de ocio ni eventos apote¨®sicos. De ah¨ª que el partido contra el Real Madrid, como sucedi¨® con el Inter de Milan, se haya convertido casi en el acontecimiento del siglo. Aunque de las 6.000 localidades puestas a la venta (la mitad del aforo en esta ¨¦poca de pandemia) solo 1.000 se hayan liberado para los ciudadanos locales. Y a 30 euros la m¨¢s barata en una regi¨®n donde el salario medio es de 300 euros al mes, apunta Sujov. Nunca hab¨ªa sido muy forofo, empez¨® a animar al Sheriff este a?o, pero ya paladea el sue?o de pasar a octavos de final de la Liga de Campeones.
Tatiana Rudkovskaya, en el estudio de Yoga que comparte con su esposo, Igor Rudkovsky, presidente de la Federaci¨®n de Wushu de Transnistria, cuenta que se ha hecho un ¡°mapa de sue?os¡±. Uno de ellos es vivir una temporada en el extranjero, en un sitio c¨¢lido y con mar. ¡°Pero siempre con la visita puesta en volver¡±. ¡°Algunos son esc¨¦pticos sobre la gran ventaja para Transdni¨¦ster de todo esto del f¨²tbol, pero yo creo que es una gran ventaja. Quiz¨¢ incluso el reconocimiento de independencia. Si lo reconocen me quedar¨¦ para siempre¡±.
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