Toni Kroos, el ni?o salvaje que ordena al Madrid
El medio alem¨¢n, muy intenso en su infancia, estabiliza el juego blanco apoyado en unas cifras r¨¦cord de eficacia en el pase
En los ¨²ltimos d¨ªas, siempre que alguien le pregunta a Carlo Ancelotti por Toni Kroos (Greifswald, Alemania; 31 a?os), el t¨¦cnico italiano, antiguo centrocampista como el germano, dibuja una sonrisa y pone una cara de: ?Y qu¨¦ quieres que te diga? Ya lo ves. Ausente en los ocho primeros partidos de la temporada por un problema de pubis, la vuelta del ocho blanco ha resultado decisiva en el Madrid que ha asomado desde octubre. En realidad, en la recuperaci¨®n de varias de las viejas cualidades del equipo. Su cl¨¢sica alianza con Casemiro y Modric ha devuelto un conjunto con m¨¢s orden y control alrededor de la pelota sin perder por el camino el mordisco ofensivo que hab¨ªa adquirido este curso gracias a la aparici¨®n de Vinicius, nuevo amigo de Benzema. ¡°Maneja el bal¨®n como nadie. Si Kroos est¨¢ bien, el entrenador est¨¢ tranquilo¡±, coment¨® este mi¨¦rcoles Ancelotti, embutido en una gabardina negra, en las tripas congeladas del estadio del Sheriff. En los tres ¨²ltimos choques, a la direcci¨®n ha a?adido, adem¨¢s, dos goles (contra el Rayo y el cuadro moldavo) y dos asistencias (Granada).
Como a casi la mitad de la plantilla, Ancelotti ya conoc¨ªa a Kroos de su etapa anterior en el Bernab¨¦u, pero no exactamente a este Kroos. Lo recibi¨® en su segunda campa?a, en 2014, y entonces la venta de Xabi Alonso al Bayern y la cesi¨®n de Casemiro al Oporto, tras no disponer de oportunidades el curso anterior, lo empuj¨® a colocarlo como mediocentro, posici¨®n en la que pronto quedaron al descubierto sus agujeros defensivos. ¡°Yo no soy Casemiro¡±, advirti¨® a?os despu¨¦s el volante. Ese descosido hace mucho que qued¨® resuelto con el ascenso del brasile?o, clave en las tareas de limpieza, y ahora Carletto 2.0 disfruta de una medular bien ajustada entre los tres que funciona sola. ¡°Me sorprenden. Hacen cosas que yo no les pido¡±, resumi¨® el pasado domingo en Los C¨¢rmenes.
Nacido en 1990 con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn en una ciudad mediana de la zona comunista donde, seg¨²n confiesa su madre Birgit, las naranjas y los pl¨¢tanos tardaron en llegar, toda la infancia y juventud de Kroos estuvo consagrada al f¨²tbol con una vocaci¨®n religiosa. De peque?o, siempre junto a su hermano Felix (tambi¨¦n jugador, de menor ¨¦xito) y su padre Roland, que ofici¨® de entrenador en una doble faceta que marc¨® la relaci¨®n entre ambos. El bal¨®n era casi lo ¨²nico, a veces incluso por encima de la asistencia a clase. En ese hogar austero donde el deporte, la pelota y ¡°la cultura del esfuerzo¡± lo eran todo, la descripci¨®n que hace su madre del Toni peque?o durante el documental Kroos. La familia y el f¨²tbol contrasta con el jugador actual. ¡°Era salvaje, intenso, siempre haci¨¦ndose chichones y heridas¡±, apunta Birgit, campeona de b¨¢dminton en la Alemania oriental, antes de la reunificaci¨®n del pa¨ªs. Todo lo contrario a su perfil adulto: minimalista, efectivo y pulcro, con un peinado a raya que jam¨¢s se desordena.
Con su regreso hace dos meses, el Madrid matiz¨® la agitaci¨®n del inicio del curso, que tanto le hab¨ªa aportado en ataque pero tantos desajustes le causaba atr¨¢s, y gan¨® en control del juego. De los tres elementos del medio (Casemiro, Modric y Kroos), su llegada ha resultado la m¨¢s influyente en este proceso. La estad¨ªstica confirma una sospecha: con ¨¦l en el campo el Madrid da m¨¢s pases buenos (551 de media en los ocho primeros duelos sin ¨¦l y 638 en los diez posteriores a su vuelta), tambi¨¦n en campo contrario (303-375).
Unos n¨²meros globales que son la consecuencia de cifras personales r¨¦cord. Su porcentaje de entregas con ¨¦xito en todas las competiciones (95,7%) es el mejor desde que lleg¨® al Madrid (dos puntos y medio m¨¢s que la temporada pasada), un m¨¢ximo que se repite en las que realiza en terreno rival (95%, casi tres puntos superior a su media como blanco). En toda la Liga (95,81%), nadie alcanza esta eficacia; en los cinco grandes campeonatos de Europa ning¨²n centrocampista ofrece estas cifras cualitativas (el argentino Manuel Lanzini, del West Ham, le sobrepasa ligeramente, pero con cinco veces menos de intervenciones); y en Champions solo se encuentra por detr¨¢s de un medio (Marcos Antonio, del Shakhtar, aunque este con la mitad de pases).
Examen hasta Navidades
Su fiabilidad y gran pico de forma dentro de la maquinaria del centro del campo ha terminado siendo la mejor soluci¨®n encontrada por Ancelotti para equilibrar al equipo y aliviar los problemas defensivos del primer mes y medio. A la espera de los compromisos m¨¢s exigentes que le esperan al Madrid desde ya (Sevilla, Real y Atl¨¦tico en un plazo de dos semanas), el viejo recurso del medio, con Kroos y tambi¨¦n Modric a un gran nivel, ha seguido funcionando.
A partir de la recuperaci¨®n de la medular fet¨¦n y el convencimiento del t¨¦cnico de que el 4-3-3 es el sistema m¨¢s id¨®neo, las probaturas desaparecieron (hab¨ªa usado siete combinaciones distintas en el centro en los 11 primeros duelos), las rotaciones se redujeron y el equipo se orden¨®. Un viaje que empez¨® con la vuelta de Kroos, que actu¨® como elemento estabilizador. Conservar esta virtud, procedente de la era Zidane, y sumarla a la mayor amenaza ofensiva de reciente incorporaci¨®n sin que el conjunto se agriete se presenta como el gran reto del entrenador blanco para competir por todo. Lo que viene hasta Navidades servir¨¢ de term¨®metro.
Tras los vaivenes del arranque, que mostr¨® un equipo tan excitante como inestable, Ancelotti prefiere moverse ahora sobre el suelo firme que le ofrece gente como Kroos, liberado ya de la selecci¨®n. En esa parcela, la efervescencia juvenil de Camavinga ha perdido gas ante la consistencia de la vieja guardia y Valverde, de regreso de una lesi¨®n, tambi¨¦n deber¨¢ volver a remar. En el medio, la llave de Kroos sigue abriendo puertas.
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