No basta con un genio, un fen¨®meno y un mago
A Messi, Mbapp¨¦ y Neymar les basta un momento de inspiraci¨®n para decidir un partido. Pero antes hay que quitar el bal¨®n al rival, y lo cierto es que el PSG solo defiende con ocho
Buenos y peores. Messi (el genio), Mbapp¨¦ (el fen¨®meno) y Neymar (el mago) no son buenos, son buen¨ªsimos. Y como damos por sentado que los buenos le ganan a los peores, vemos al PSG como favorito de la Champions. Pero no es tan f¨¢cil. Claro que a los tres les basta un momento de inspiraci¨®n con el bal¨®n en los pies para decidir un partido. Pero bal¨®n hay uno solo y cuando lo tiene el rival hay que correr y quit¨¢rselo. En ese trance y en estos d¨ªas, un solo traidor vale por 10 valientes, y lo cierto es que el PSG solo defiende con ocho. Ante un rival como el City, que pasea el bal¨®n de derecha a izquierda, que lo muestra y lo esconde, y que si le regalas un espacio lo descubre y lo atraviesa, para esos ocho sacrificados 90 minutos duran un siglo. Les queda un consuelo: hay un solo City.
Buenos y mejores. Pero para analizar el f¨²tbol no vale con una teor¨ªa. Si al PSG no le alcanz¨® con tres jugadores diferenciales para ganarle al City, al Manchester United le bast¨® con sacar 20 minutos a Bruno Fernandes para cambiar el partido. Hasta ese momento el Villarreal hab¨ªa ejercido un dominio acad¨¦mico y, de no ser por De Gea, hubiera merecido adelantarse en el marcador. El Manchester era un equipo vulgar, con tres grandes delanteros que parec¨ªan divorciados del resto del equipo. Pero entr¨® Bruno y desde tres cuartos de campo, sin pasar del trote cochinero, empez¨® a tejer f¨²tbol a uno y dos toques, en corto y en largo, hacia los laterales y hacia delante¡ De pronto Jadon Sancho, Rashford y el gran Cristiano Ronaldo quedaron conectados al equipo y se encargaron de ganar el partido. Gloria a los goleadores, por supuesto, pero gloria a¨²n mayor a quien los conect¨® con el partido.
Cuando el f¨²tbol se hizo ejemplo de convivencia. El Parlamento Europeo redact¨® un documento sin ning¨²n peso legislativo que se entendi¨® como un ataque a la Superliga, proyecto al que ni los amigos (son tres) ni sus enemigos, todos los dem¨¢s, dejan morir. Es que adem¨¢s, aquella amenaza veraniega a la idea de un f¨²tbol democr¨¢tico tuvo la virtud de unir al f¨²tbol modesto y elevar sus propiedades. Tambi¨¦n el Europarlamento, en su intento de darle estabilidad al actual ecosistema, habl¨® de justicia, esp¨ªritu solidario y emociones colectivas. Por fin vemos reconocer la funci¨®n social del f¨²tbol por encima de intereses exclusivamente econ¨®micos o como un espect¨¢culo que llena un cierto vac¨ªo existencial, cuando no un lugar de expresi¨®n de nuestros instintos menos civilizados. El documento no le hace ni cosquillas a la Superliga, pero reconozcamos, al menos, que en esta ocasi¨®n la pol¨ªtica le ha dado al f¨²tbol un inesperado reconocimiento moral.
Maradona nos sienta en el div¨¢n. Como nadie sab¨ªa m¨¢s de Maradona que el mismo Maradona, est¨¢ ocurriendo lo que ¨¦l adelant¨®: ¡°No me van a dejar tranquilo ni despu¨¦s de muerto¡±. As¨ª es, a¨²n hay secretos que desvelar y todos tenemos algo que rememorar, que decir¡ Pero al cumplirse un a?o de su adi¨®s, hubo algo festivo en el recuerdo, como si la memoria solo supiera iluminar los actos heroicos, las historias nobles de su vida. Dec¨ªa Borges que para morir ¨²nicamente hace falta estar vivo. Una l¨®gica que transgrede Diego quien, a¨²n muerto, sigue regateando ingleses y alimentando su leyenda. Como producto de consumo, en estos d¨ªas se dispara la imaginaci¨®n en libros, series, canciones, c¨®mics, podcasts, documentales¡ El personaje atrae al mundo, pero creo que en Argentina hemos alcanzado otro nivel. A trav¨¦s de Maradona el pa¨ªs entero se est¨¢ psicoanalizando. Habr¨¢ que esperar al diagn¨®stico.
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