El Real Madrid no desperdicia nada
Tiene m¨¦rito que un equipo de grandes figuras tenga ese sentido del deber. Todos, incluida la afici¨®n, que considera la entrega como parte del espect¨¢culo
Ganar
Para ganar se necesitan muchas cosas: grandes jugadores, organizaci¨®n, car¨¢cter, af¨¢n, suerte¡ De todo tiene el Real Madrid, que le saca siete puntos a su inmediato perseguidor. La diferencia sugiere una superioridad abusiva, pero los ¨²ltimos dos partidos dejaron una evidencia que se parece a su historia: le cuesta ganar, pero gana. El equipo descansa en unos pocos hombres de gran calidad, pero sacan los encuentros adelante por una ambici¨®n competitiva marca de la casa. Frente al Sevilla, fueron superados colectivamente durante la mayor parte del partido. Pero en los minutos finales, con el duelo empatado, apareci¨® la bravura del sobreviviente y el inconformismo del guerrero. Fue Vinicius, que esta temporada va a su bola de un modo extraordinario, el que hizo el resto con un gol que personalizaba la convicci¨®n de todo el equipo: 2 a 1 y a encomendarse a un gran Courtois.
Ganar
Frente al Athletic fue por un camino diferente hacia el mismo final. La irregularidad del Madrid nos puso ante una puesta en escena brillante que dur¨® 20 minutos. No fue un problema solo f¨ªsico porque en la fase de dominio era el bal¨®n, y no los jugadores, el que corr¨ªa a una velocidad indetectable. De pronto el bal¨®n se volvi¨® impreciso y hasta perezoso, la presi¨®n devolvi¨® al Athletic al partido y en un pesta?eo cre¨® tres ocasiones que hicieron temblar al Madrid. Sali¨® ileso y, de pronto, como un rayo en un d¨ªa de sol, el Madrid alcanz¨® el gol. En el segundo tiempo se dedic¨® a guardarlo, con defectos, pero con empe?o colectivo. Tiene m¨¦rito que un equipo de grandes figuras tenga ese sentido del deber. Todos, incluida la afici¨®n, que considera la entrega como parte del espect¨¢culo, se pusieron a cuidar el bot¨ªn. Apareci¨® Courtois, el sacrificio, el esp¨ªritu, la suerte¡ Cuando se trata de ganar, el Madrid no desperdicia nada.
Y seguir ganando
Pep Guardiola ha sido el entrenador m¨¢s r¨¢pido en conseguir 150 victorias en la historia de la Premier League. Lo consigui¨® en 204 partidos (75% de victorias), marcando 2,4 goles y recibiendo 0,80 por partido. Ya est¨¢, es el mejor refrendado por las estad¨ªsticas. ?Pero de verdad hacen falta los n¨²meros para reconocer que es el mejor? ?No alcanza con la belleza de la propuesta y con la creatividad de decisiones que lo mantienen siempre vigente? Hay entrenadores pragm¨¢ticos, conservadores y hasta obvios (cuando van ganando quitan a un delantero y ponen a un defensa, y cuando van perdiendo quitan a un defensa y ponen a un delantero) que son festejados como sabios cuando ganan tres partidos seguidos. Y al que lleva m¨¢s de diez a?os influyendo y deleitando se lo elogia con la boca peque?a. Es que aburre, dicen. Por lo visto, lo que aburre es que gane.
?Hasta la derrota final?
Tambi¨¦n la Liga se cans¨® de ganar en tiempos no muy lejanos. Para la ¨¦lite era un deshonor no jugar una final de Champions y era raro que la UEFA no la ganara un equipo espa?ol. Acostumbrados a ese estatus, nos cuesta enfrentar esta semana donde solo el Madrid afrontar¨¢ clasificatoriamente relajado el partido frente al Inter. Todos los dem¨¢s clubes tendr¨¢n que jugar por la supervivencia, al borde del sistema nervioso, conscientes de que la reputaci¨®n y la econom¨ªa se ponen en peligro en cada minuto. Es dif¨ªcil asumir no solo que la Premier se qued¨® con el reinado, sino que nos amenazan seriamente equipos italianos, franceses, alemanes o portugueses. Los tiempos de gloria siempre dejan un fondo de orgullo. A ello hay que apelar, porque la Liga necesita que sus mejores clubes defiendan el prestigio en cada frontera. Hay que asumirlo: estamos en tiempo de reconquista.
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