El Sevilla se condena solo
El Salzburgo se impone al cuadro andaluz, impotente para articular su juego y que baja a la segunda competici¨®n europea
El f¨²tbol control no siempre sirve. Y m¨¢s en partidos donde te juegas la vida. El Sevilla cay¨® eliminado de la Liga de Campeones como broche a su decepcionante paso por la competici¨®n m¨¢s importante. Ser¨¢ tercero y jugar¨¢ la Liga Europa despu¨¦s del triunfo del Lille en Wolfsburgo (1-3). Batacazo importante del Sevilla, que ten¨ªa que ganar en Salzburgo para pasar a los octavos y fue un equipo sin recursos ni grandeza para afrontar el reto que ten¨ªa por delante. Hist¨®rico triunfo y pase para el Salzburgo, que lograr superar la fase de grupos por primera vez. El Sevilla se marcha a su competici¨®n favorita, pero deja un mal sabor de boca cuando deseaba dar un salto relevante en su trayectoria e instalarse en la Liga de Campeones. El cuadro de Julen Lopetegui casi nunca gener¨® peligro y cometi¨® errores infantiles, como la p¨¦rdida del bal¨®n en el gol de Okafor y la expulsi¨®n de Jord¨¢n, que le condenaron. Tampoco Lopetegui estuvo acertado en la direcci¨®n del partido.
En un campo sin p¨²blico y ante un rival muy f¨ªsico, aunque con limitaciones, el Sevilla culmin¨® la eliminaci¨®n. Primero porque no supo dar la cara en una final asequible y segundo porque solo ha ganado un partido en un grupo que encabeza el Lille y en que el Salzburgo es segundo. Todo pudo cambiar con el bal¨®n al larguero de Munir justo antes del gol de Okafor, pero el Sevilla no fue el Sevilla en Austria.
El conjunto andaluz acudi¨® a luchar contra los elementos y conseguir un triunfo que le abriera las puertas de los octavos. El fr¨ªo, las bajas y la tensi¨®n fueron los elementos que marcaron un choque que se jug¨® bajo una tremenda ansiedad. Ni la ausencia de p¨²blico en la confinada Salzburgo baj¨® un ¨¢pice la emoci¨®n de un choque que los dos equipos encararon sin concesiones. Lopetegui sorprendi¨® dando entrada a Munir en lugar de Rafa Mir, mientras que del Salzburgo poco pudo llamar la atenci¨®n. Es un equipo de buen f¨ªsico, muy joven, con los defectos y virtudes que eso conlleva adem¨¢s del estupendo Camara en el centro del campo.
Un Salzburgo que lo mismo presionaba arriba con gran fuerza que se dejaba pillar al contragolpe cuando el empate era un resultado que la val¨ªa para pasar. Eso s¨ª, el f¨ªsico de los jugadores locales hizo que se impusieran en casi todos los duelos, especialmente en su propio campo ante los intentos en ataque de los sevillistas.
Sin chispa
El Sevilla estuvo en su l¨ªnea. Seguro atr¨¢s y evitando las p¨¦rdidas de bal¨®n que le dieran alas al veloz Adeyemi, m¨¢ximo goleador de los austriacos. Desde el inicio del choque se observ¨®, no obstante, un grave contratiempo en los andaluces. El buen toque y la excelente colocaci¨®n de sus jugadores casi nunca se tradujo en peligro sobre la meta del Salzburgo.
El Sevilla sacaba muy bien el bal¨®n desde atr¨¢s, sorteando la valiente presi¨®n local. El pase definitivo para convertir la posesi¨®n en peligro no llegaba. Ni Montiel ni Augustinsson encontraban profundidad; Munir y el Papu estaban muy tapados y solo Ocampos, en buen momento, ten¨ªa esa chispa necesaria para sortear l¨ªneas y enfilar la meta de Kohn, solo exigido en un remate de Rakitic a los 35 minutos desde fuera del ¨¢rea. El Salzburgo solo lleg¨® en un disparo lejano de Susic. Muy poco mostraron los dos equipos en una primera parte muy tensa, donde el Sevilla no supo aprovechar los espacios que encontraba cuando superaba la presi¨®n del Salzburgo. El choque necesitaba un punto de locura y de riesgo, el que emana de los futbolistas destinados a marcar las diferencias, sobre todo en ataque. El Sevilla, siempre bien compuesto como grupo, necesitaba esa chispa de genialidad con el cero a cero al descanso.
En dos minutos se cruzaron dos jugadas claves. Justo en el 48, Munir envi¨® al larguero con todo a favor en un claro remate con la cabeza. Dos minutos despu¨¦s, el Salzburgo penaliz¨® de manera en¨¦rgica un error de Montiel y Ocampos en la salida de bal¨®n. Adeyemi, muy r¨¢pido, se col¨® por la banda derecha y asisti¨® para que Okafor hiciera el 1-0. El Sevilla estaba obligado a hacer dos goles en 40 minutos. Lopetegui cambi¨® el sistema y retras¨® a Ocampos al lateral. Mir y Munir se juntaron arriba y lo que lleg¨® fue la roja de Jord¨¢n en una segunda amarilla que pudo evitar. Todo se le puso muy complicado a un Sevilla plano y en inferioridad.
No hubo respuesta de un equipo andaluz que tampoco encontr¨® nunca la pausa y el f¨²tbol necesarios para desarbolar a un buen rival como el Salzburgo, pero muy lejos de los grandes equipos europeos. Todo fue tan previsible que ni siquiera hubo un atisbo a la ¨¦pica para lograr un gol que, al menos, pusiera algo de emoci¨®n en los minutos finales. El Salzburgo, solo con su intensidad f¨ªsica, se merend¨® a este flojo Sevilla.
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