El tes¨®n de Carolina Mar¨ªn, su mayor grandeza
El deporte, tan ilusionante como cruel, en ocasiones sirve en bandeja golpes duros sin descanso
La vida est¨¢ repleta de situaciones que escapan a nuestro control. Aprender a aceptar esos momentos define nuestra madurez, nuestra capacidad para afrontar las dificultades que aparecen en el camino. Para nosotros los deportistas, acostumbrados a llevar nuestro cuerpo al l¨ªmite, los imprevistos surgen con frecuencia.
El viernes Carolina Mar¨ªn anunci¨® que no podr¨¢ disputar el Campeonato del Mundo de b¨¢dminton que arranca este domingo el Huelva. Celebrado en su ciudad natal, el evento es una de las citas m¨¢s especiales de toda su carrera. La lesi¨®n sufrida en la rodilla izquierda el pasado mes de mayo, que ya le hizo renunciar a los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, le va a impedir estar presente en un momento inolvidable. Las lesiones nunca son bien recibidas por los deportistas. Y este es un momento especialmente complicado. Anteriormente, Carolina ven¨ªa de recuperarse de una lesi¨®n que hab¨ªa sufrido por primera vez en la rodilla derecha. Llevaba muchos meses apartada de las canchas asumiendo el r¨¦gimen que ello conlleva: operaci¨®n, dolores, tratamientos diarios y entrenamientos adaptados.
Cuando digo que esta lesi¨®n es especialmente dolorosa me refiero al impacto f¨ªsico y mental que provoca un trago de este tipo. El aplazamiento de los Juegos le dio la oportunidad de intentar recuperarse y prepararse para defender su medalla de oro, pero tuvo la mala fortuna de volver a caer lesionada. El deporte, tan ilusionaste como cruel, en ocasiones sirve en bandeja golpes duros sin descanso. Nadie sabe mejor que Carolina la sensaci¨®n de renunciar a citas de esta importancia. La sensaci¨®n de tener que regresar a la casilla de salida despu¨¦s de una dedicaci¨®n inmensa para colocarse en la cima del deporte. Es parte del juego y parte de la vida, aceptar que ning¨²n esfuerzo garantiza un resultado.
Para una atleta que ha roto moldes, convirtiendo una disciplina eminentemente asi¨¢tica en un deporte cercano en Espa?a, perderse este momento requiere de una fortaleza interior notable. M¨¢s que un Mundial es la plasmaci¨®n de un legado deportivo, la huella de una pionera en una disciplina que ha fortalecido con su tes¨®n. Esa es la grandeza que representa este evento en tierras andaluzas. En la cabeza de Carolina estar¨¢ esa ilusi¨®n de haber competido en casa. No hay nada que se pueda comparar a un p¨²blico que vibra por ti, que te arropa hasta hacerse sentir inmenso. Puedo imaginarme esa frustraci¨®n, esa rabia mezclada con tristeza. Por eso, es un momento para hacerle sentir arropada y agradecerle el m¨¦rito deportivo que representa su carrera profesional.
Me consta que Carolina habr¨¢ intentado todo, habr¨¢ sufrido como nadie poniendo de su parte para llegar a participar. Sin embargo, si un deportista no tiene buenas sensaciones no debe arriesgarse. Puede haber una falta de confianza en los movimientos, unos nervios al realizar ciertos gestos. En definitiva, unos miedos que puedan derivar en una reca¨ªda. Ser prudente es tambi¨¦n una virtud que se aprende en la alta competici¨®n.
Su entorno en este momento juega un papel fundamental. El deportista tiene una vida de emociones intensas, vive sensaciones dif¨ªciles de explicar fuera del deporte, y el c¨ªrculo cercano tiene una importancia alta en trances complicados. Sentirse apoyado tanto en lo f¨ªsico como en lo mental puede ayudar a reponerse de un golpe de extrema dureza. Estamos impacientes por verla de nuevo en la cancha, disfrutando con su soltura y desparpajo que engancha a cualquiera. Sobre todo, con ese talento para conseguir cosas que solo ella ha sido capaz de ense?ar a todo un pa¨ªs. El b¨¢dminton existe m¨¢s all¨¢ de Asia, como demuestran sus t¨ªtulos europeos, mundiales y ol¨ªmpicos. Le deseo una pronta recuperaci¨®n y ojal¨¢ podamos volver a ver volar bien alto ese volante. Quiz¨¢ Carolina no est¨¦ en el mundial pero, con el escaparate de Huelva, la oportunidad es grande para que Espa?a valore a una de sus mejores deportistas.
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