La puntualidad de David Alaba
El austriaco hereda sin vacilar el puesto de Sergio Ramos y confirma su condici¨®n de central fuera de su zona de confort muniqu¨¦s
A David Alaba (Viena, 29 a?os) le dejaron claro nada m¨¢s fichar por el Real Madrid que su n¨²mero en la camiseta ser¨ªa el cuatro, el de Sergio Ramos. No ten¨ªan otro, le aseguraron, y ¨¦l no quiso ponerse a preguntar a otros compa?eros si le pod¨ªan ceder el suyo. El mensaje al austriaco, en realidad, fue un todo para ti: l¨ªder de la defensa tras la abrupta salida del central y capit¨¢n, y adem¨¢s su dorsal, elemento siempre simb¨®lico en la iconograf¨ªa de un club, para bien o para mal.
Despu¨¦s de toda una vida al calor del hogar de M¨²nich, la encomienda era delicada pese a su larga experiencia en las alturas del Bayern, pero su puntualidad en la adaptaci¨®n ha resultado alta hasta ahora. Casi tanta como sus cenas veraniegas en los restaurantes madrile?os, en los que se sentaba en horario europeo y se levantaba cuando la clientela local empezaba a tomar asiento un buen rato despu¨¦s.
Desde el primer d¨ªa, incluso en medio del recuperado alboroto de los estadios, su voz de mando se hizo sentir con un castellano cada vez m¨¢s presente. Junto al silencioso, y ahora vitoreado, Milit?o inauguraron la ¨²nica sociedad nueva del Madrid bis de Ancelotti. De un plumazo, los blancos hab¨ªan visto salir tambi¨¦n a Varane, lo que coloc¨® a ambos en un territorio inexplorado en mitad de la zaga, un terreno pantanoso donde se han movido de momento con ¨¦xito gracias a su buen engrase. ¡°Son calcados: perfiles muy tenues, siempre por debajo del radar¡±, describen fuentes de Valdebebas sobre los dos jugadores de campo m¨¢s utilizados este curso.
El t¨¦cnico italiano ya dirigi¨® a Alaba en M¨²nich en la 2016/17, pero el rol en el Bernab¨¦u, salvo un par de duelos iniciales, iba a cambiar respecto a su primera etapa en el Allianz. All¨ª pocas veces abandon¨® el lateral izquierdo a las ¨®rdenes de Carletto pese a que su predecesor, Pep Guardiola, ya le hab¨ªa descubierto la posici¨®n de central y otras m¨¢s dif¨ªciles de clasificar, como el falso volante. ¡°No sab¨ªa que pod¨ªa jugar de central¡±, admiti¨® el propio futbolista en 2016 en una entrevista en The Guardian. Unos nuevos horizontes que quedaron aparcados con Ancelotti, y sus sucesores Jupp Heynckes y Niko Kovac, y que no recuper¨® de forma permanente hasta 2019 con Hansi Flick en un conjunto b¨¢varo indomable. De su brillante ep¨ªlogo con el Bayern, donde cumpli¨® el contrato sin renovar, data la sentencia de Karl-Heinz Rummenigge: ¡°David es el Franz Beckenbauer negro. El primero desde ¨¦l capaz de coger las riendas de todo el equipo desde el centro de la defensa¡±.
En su reencuentro en Espa?a, Ancelotti ya solo ha visto a Alaba en esa atalaya. ¡°No ten¨ªa dudas de su adaptaci¨®n. Conozco su calidad y el tipo de profesional que es¡±, valor¨® este martes el italiano. De la confirmaci¨®n del viaje al centro de la defensa ha sido testigo tambi¨¦n Toni Kroos, que lo vio crecer como lateral izquierdo antes de venirse a Chamart¨ªn en 2014 y ahora lo ha recibido en su nueva funci¨®n. ¡°?l era muy joven cuando yo estaba en el Bayern y el cambio de posici¨®n ha sido muy grande. Es totalmente distinto. Pero no me ha sorprendido que se haya adaptado muy bien¡±, abund¨® el medio germano. En cambio, al austriaco, gran seguidor de la moda y muy religioso (su descripci¨®n de Twitter reza ¡°Mi fuerza est¨¢ en Jes¨²s¡±), s¨ª le llam¨® la atenci¨®n este Kroos. ¡°?Qu¨¦ te ha pasado en estos siete a?os?¡±, le pregunt¨® al comprobar en sus primeras semanas en Valdebebas que pisaba el gimnasio con mucha frecuencia, algo que no hac¨ªa en M¨²nich.
Su gol en el Camp Nou
En esa direcci¨®n de la retaguardia, la primera idea del entrenador blanco era, al grito del nuevo jefe, encimar al rival y subir las l¨ªneas, hasta situar el pen¨²ltimo dique en el centro del campo. Se lo reclam¨® en privado y en p¨²blico a sus futbolistas. Sin embargo, tras varios intentos fracasados en el arranque de curso, la misi¨®n se abort¨®. El acorde¨®n colectivo no funcionaba y el equipo se desajustaba atr¨¢s m¨¢s de la cuenta. Desde octubre, el austriaco y Milit?o viven m¨¢s abrigados atr¨¢s, con los tres medios cerca. Y probablemente como consecuencia en parte de esta modificaci¨®n respecto al plan inicial y tambi¨¦n a las caracter¨ªsticas del Bayern, el cuatro merengue recupera menos balones esta temporada (5,8 por encuentro la campa?a pasada y 4,2 en esta), despeja m¨¢s (1,8-2,6) y protagoniza menos duelos (4,89-3,88).
Lo que no ha variado es su buen pie, como ya sufri¨® el Barcelona en el cl¨¢sico liguero (1-2). Rob¨® en su ¨¢rea y atraves¨® toda la pradera para rubricar una contra y abrir el marcador con un gran disparo cruzado. Su segundo gol se lo meti¨® de falta al Sheriff (0-3) previo toque en un rival.
La primera vez que David Alaba pis¨® el Bernab¨¦u, en las semifinales de Champions de 2012, a los seis minutos ya le hab¨ªan pitado un penalti en contra por una mano. Aquella noche tan recordada termin¨® bien para ¨¦l, con una pena m¨¢xima convertida en la tanda decisiva y el lanzamiento al cielo de Ramos. Ahora no ha necesitado ning¨²n giro de guion. En estos seis meses de introducci¨®n en el Madrid, todo le ha ido bien en su confirmaci¨®n como central fuera de las certezas del hogar muniqu¨¦s.
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