Medvedev, la fiera que todos temen
El ruso apea al griego Tsitsipas (7-6, 4-6, 6-4 y 6-1) tras llamar ¡°est¨²pido¡± al ¨¢rbitro y accede a su segunda gran final consecutiva, convertido ya en un aspirante a todo
En direcci¨®n a la gran final de Australia, la cuarta de un grande en su carrera y la segunda en Melbourne, el ruso Daniil Medvedev ofrece una s¨ªntesis a base de restos imposibles, saques milim¨¦tricos y un sofisticado plan para tejer los puntos que termina sacando de sus casillas al rival, en este caso Stefanos Tsitsipas: 7-6, 4-6, 6-4 y 6-1, en 2h 30m. Es la marca de la casa. Pocos cat¨¢logos tan exuberantes y completos como el del n¨²mero dos, que reduce al griego, ...
En direcci¨®n a la gran final de Australia, la cuarta de un grande en su carrera y la segunda en Melbourne, el ruso Daniil Medvedev ofrece una s¨ªntesis a base de restos imposibles, saques milim¨¦tricos y un sofisticado plan para tejer los puntos que termina sacando de sus casillas al rival, en este caso Stefanos Tsitsipas: 7-6, 4-6, 6-4 y 6-1, en 2h 30m. Es la marca de la casa. Pocos cat¨¢logos tan exuberantes y completos como el del n¨²mero dos, que reduce al griego, progresa y divisa a Rafael Nadal en la final del domingo (9.30, Eurosport). Lo hace Medvedev, en cualquier caso, a su manera. Un volc¨¢n en erupci¨®n el de Mosc¨².
Cuando el adversario est¨¢ a punto de servir para equilibrar el partido en el segundo set, 5-4 adverso para ¨¦l en el marcador, la tensi¨®n recorre su cuerpo y se verbaliza finalmente en forma de c¨®lera. El ruso, de 25 a?os, enfoca hacia lo alto de la silla, apunta al juez que desde all¨ª lo observa todo, el espa?ol Jaume Campistol, y dispara sin contenci¨®n. Sencillamente explota: ¡°Amigo, ?est¨¢s loco? Su padre est¨¢ habl¨¢ndole en todos los puntos. ?Puede hablarle en todos los puntos? ?Bro, eres est¨²pido? ?Vas a responder a mi pregunta? Dios m¨ªo, eres tan malo¡ ?M¨ªrame, estoy habl¨¢ndote! ?M¨ªrame! ?C¨®mo puedes ser tan malo en la semifinal de un Grand Slam?¡±.
En un intervalo m¨ªnimo de tiempo, en apenas unos pocos raquetazos y otras tantas palabras, Medvedev se resume a s¨ª mismo. Capaz de lo mejor y lo peor, el a?o pasado se describ¨ªa en un encuentro con este peri¨®dico en Madrid: ¡°Hay ocasiones en las que no entiendo mis propias emociones. Me pasaba cuando era muy joven, era muy calmado en mi vida personal y costaba mucho hacerme enfadar, pero en el tenis era mucho peor que ahora; pod¨ªa ir ganando 3-0 y perder un punto, y de repente me volv¨ªa loco. No era capaz de entender por qu¨¦ me hab¨ªa pasado eso. Ni estoy loco ni soy el hombre de hielo¡±.
Es Medvedev, los dos mundos de Daniil. El tenista portentoso que amenaza con acabar con la eterna tiran¨ªa moderna de Nadal, Federer y Djokovic, y por otro lado el competidor extremo que tiende a perder los papeles con facilidad. Cortocircuitos para elegir. Sucede ahora en Melbourne, pero ocurri¨® antes en Nueva York, Madrid y otro buen pu?ado de enclaves. No es ni ser¨¢ la primera ni la ¨²ltima vez que se las tendr¨¢ tiesas el moscovita con un rival, con el ¨¢rbitro o con la grada. Sin ir m¨¢s lejos, estos d¨ªas acus¨® a un sector de la australiana de tener un ¡°coeficiente intelectual bajo¡± mientras le dedicaba silbidos.
Para ¨¦l, como para aquellos otros guerrilleros o villanos de la historia de la raqueta, la adversidad es alimento. Los pitos, m¨²sica para sus o¨ªdos. Encuentra en la oposici¨®n el mejor est¨ªmulo. ¡°Gracias, porque vuestra energ¨ªa me ha dado la victoria. De no ser por vosotros no hubiera ganado, porque estaba muy cansado. Quiero que lo sep¨¢is: cuando os vay¨¢is a dormir, pensad que he ganado gracias a vosotros. Cuanto m¨¢s hag¨¢is esto, m¨¢s tiempo ganar¨¦¡±, les dedic¨® a los aficionados neoyorquinos hace tres a?os, tras resolver un partido caliente contra Feliciano L¨®pez.
¡°Ganar a Espa?a en su casa, en Madrid, es lo mejor que ha sucedido estas dos semanas¡±, transmiti¨® en noviembre durante la Copa Davis, en la Casa de Campo de la capital espa?ola. All¨ª tambi¨¦n se oyeron chiflidos, la banda sonora de una carrera que genera tanta adhesi¨®n como rechazo. No deja indiferente a nadie Medvedev, residente en Montecarlo, casado desde 2018 con una periodista rusa que dej¨® el tenis a los 17 a?os y formado en escuelas elitistas de Mosc¨² ¨Centre ellas, el liceo de F¨ªsica y Matem¨¢ticas¨C; un amante del ajedrez, estratega por los cuatro costados en la pista e imperturbable en situaciones en las que la mayor¨ªa de los jugadores tienden a deshacerse.
Al ¨¢rbitro: ¡°Eres un gatito¡±
Pol¨ªglota ¨Chabla a la perfecci¨®n ingl¨¦s y franc¨¦s, adem¨¢s de su idioma natal¨C, enganchado a la Play Station ¨Cen la Davis celebr¨® un triunfo emulando a Cristiano Ronaldo¨C y admirador del estadounidense Pete Sampras o su compatriota Marat Safin, comparte una buena amistad con Djokovic y se ha nutrido del estilo del n¨²mero uno. ¡°Seguro que Novak ver¨¢ la final por la televisi¨®n, como imagino que Rafa habr¨ªa visto la que jugamos el a?o pasado nosotros dos, y supongo que Federer tambi¨¦n. Es gracioso jugar otra vez contra alguien que se juega su 21? grande¡±, afirm¨® tras superar a Tsitsipas.
Tres d¨ªas antes, Medvedev borde¨® la eliminaci¨®n contra F¨¦lix Auger Aliassime, pero sorte¨® el abismo. Con anterioridad ya tuvo que apagar un par de fuegos ante Nick Kyrgios y Maxime Cressy, que le arrebataron un set por cabeza. Sin embargo, si hay un adversario al que Nadal no quiere ver ni en pintura ¨Cal margen de Djokovic, por supuesto¨C, ese es ¨¦l, un muro (1,98) sin agujeros, extraordinario desde el fondo de la pista, con un rev¨¦s a dos manos formidable y un abanico de servicios imponente. No hay por d¨®nde hincarle el diente. Ahora bien, su perfil es de lo m¨¢s heterodoxo. Parece que se va a caer o que va romperse, pero lo devuelve todo. Como sea y desde donde sea.
Mientras otros compa?eros de generaci¨®n intimidan a la vieja guardia con m¨¢s palabrer¨ªa que otra cosa, ¨¦l ataca con hechos y amenaza al establishment. Conquistado su primer grande, tiene el trono a tiro y colecciona 13 trofeos; al margen del US Open y la Davis, el ejercicio anterior tambi¨¦n celebr¨® el Masters 1000 de Montreal, en 2020 el de Par¨ªs-Bercy y la Copa de Maestros, y hace tres a?os dio los primeros bocados de consideraci¨®n en Cincinnati y Shangh¨¢i. Ya ha vencido una vez a Nadal (Masters de 2020) y cuatro a Nole, aunque no fue capaz de desbordar a Federer en tres litigios. No obstante, si alguien se postula a heredar el poder de los gigantes es ¨¦l, el hombre con cara de malas pulgas y estampa de Fido Dido. Largo a m¨¢s no poder, Medvedev, una pesadilla, vuelve a estar enfrente.
¡°Eres... ?C¨®mo lo podr¨ªa decir? Un gatito (small cat)¡±, le dedic¨® al ¨¢rbitro este viernes tras ceder el set. ¡°Lo siento¡±, se disculp¨® mientras le estrechaba la mano a Campistol al retirarse de la pista central. ¡°Lo lamento, me emociono f¨¢cil. Me arrepiento al cien por cien. S¨¦ que lo hacen lo mejor que pueden¡±, agreg¨® en la sala de conferencias. El domingo, a Nadal le aguarda una fiera.
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