Queralt Castellet alcanza la plata en la cumbre de su carrera
La ¡®rider¡¯ espa?ola de snowboard consigue en la especialidad de halfpipe en Pek¨ªn la quinta medalla espa?ola de la historia en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno
Queralt Castellet ha logrado la medalla de plata en halfpipe (medio tubo) en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de Pek¨ªn, el quinto metal espa?ol en su historia en la cita ol¨ªmpica invernal. Queralt quiere ser japonesa. Ama de las riders japonesas su zen. Su fluidez, su limpieza quir¨²rgica de movimientos, su atenci¨®n a todos los detalles. Sus l¨ªneas claras. Ama pelear con ellas. Ama volar m¨¢s alto, m¨¢s limpio, m¨¢s compuesta. Queralt Castellet es una samur¨¢i armada no con una katana, sino con una tabla de nieve, sobre la que se lanza sin cerrar los ojos, decidida desliz¨¢ndose por la pared casi vertical del pipe, el canal de 220 metros de largo, dos campos de f¨²tbol, que cruzar¨¢ como el p¨¦ndulo de un reloj suizo en los siguientes segundos, de lado a lado en zigzag, de sol a sombra bajo el cielo un poco nublado, diagonales geom¨¦tricamente perfectas, una de espaldas, una de frente, acompa?ada solo del ruido susurrante de la tabla bien engrasada al rozar la nieve dura. Es como lanzarse desde la punta del tejado japon¨¦s, tan largo, hasta el suelo, de una casa de dos pisos. Estilosa, como dicen los italianos que la adoran, atraviesa veloz el fondo inclinado del canal y asciende por la vertiente contraria, una pendiente al 82%, y van con tanta fuerza, disimulada por su cuerpo incre¨ªblemente relajado, que supera su arista superior del muro y vuela por encima casi cuatro metros, construyendo en el aire un nuevo piso hecho de giros, y aterriza suave en la parte superior del tejado, y sigue.
Y as¨ª contin¨²a, cinco diagonales, cinco trucos, incluidos dos 900 (dos giros y medio en el aire), uno de espaldas, uno de frente con aterrizaje ciego, y la mano enguantada baja segura a agarrar el filo de su tabla, y termina sin aliento, y medalla de plata. Es el final del segundo de sus tres intentos. En la primera ronda no arriesg¨® tanto. ¡°Me he enfocado en hacer la ronda que quer¨ªa. Sab¨ªa que era una ronda muy potente, con mucha variedad y, aunque tras la primera ronda pensaba que no me estaban valorando, luego s¨ª que han valorado que estoy empezando con switch backside (de espaldas) y que estoy haciendo una ronda con much¨ªsima variedad y con calidad¡±, dice despu¨¦s, ya consagrada tras un tercer intento que ha hecho por obligaci¨®n. Con el segundo basta.
Es el bueno. El que le da 90,25 puntos. Imposible estar m¨¢s cerca de los 94 puntos de la intocable norteamericana Chloe Kim, primera como en Pyeongchang 2018, una leyenda ya a los 21 a?os, la ¨²nica rider capaz de hacer dos trucos de 1080 (tres giros completos) en la misma corrida. A los 32 a?os, en sus quintos Juegos Ol¨ªmpicos, en las monta?as lejanas de Pek¨ªn, en el parque de nieve de Genting, Queralt Castellet, de Sabadell y de todo el mundo, alcanza la cumbre de su carrera.
¡°Despu¨¦s de la primera ronda me han venido todos los nervios, toda la presi¨®n, todos los pensamientos de lo importante que es esto para m¨ª y, sin embargo, creo que me ha venido tambi¨¦n una fuerza de no s¨¦ d¨®nde para sacar esta ronda por la que tanto tiempo llevo trabajando, y ha salido y con esto me han dado la segunda plaza¡±, dice despu¨¦s, en la zona mixta de las medallistas. ¡°La segunda posici¨®n detr¨¢s de Chloe, que es una rider y deportista incre¨ªble, es un honor muy grande y por lo que estoy muy orgullosa¡±.
Tercera y quinta las dos mejores japonesas, las hermanas Sena (88,25) y Ruki (80,5) Tomita. Cuarta, la china Xuetong Cai (81,25), a quien el aliento exuberante de su compatriota Eileen Gun, la reina del freeski, no basta para elevarla al podio.
Es la quinta medalla espa?ola en la historia de los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno. La primera de plata tras los oros de Paquito Fern¨¢ndez Ochoa (eslalon) en 1972, hace ya 50 a?os, y conseguida lejos, en Jap¨®n, y los bronces de Blanca Fern¨¢ndez Ochoa (gigante), en 1992, y de Regino Hern¨¢ndez (snowboard cross) y Javier Fern¨¢ndez (patinaje art¨ªstico), en 2018. Es la recompensa tan duramente buscada de Castellet, 26? en su debut ol¨ªmpico, una casi ni?a de 16 a?os en 2006; 12? en 2010; 11? en 2014; 7? en 2018. El premio a la valent¨ªa de una deportista capaz de avanzar, de seguir progresando al ritmo, y m¨¢s deprisa a¨²n, con el que progresa su deporte, cada vez m¨¢s atl¨¦tico, m¨¢s complicado, m¨¢s dif¨ªcil, con trucos que hac¨ªa nada se consideraban imposibles. Y en un proceso colectivo, de hermandad casi, en el que todas las riders unidas se ayudan a ser mejores, a intentar nuevos trucos, a consolarse, a motivarse, ella tambi¨¦n los consigue, como las m¨¢s j¨®venes. Y los hace mejor a¨²n.
Y en Pek¨ªn los consigue sola, fuerte. Su entrenador, el legendario rider norteamericano Danny Kass, ya bronce en Salt Lake City 2002, se qued¨® en casa con covid. Su fisioterapeuta tampoco pudo viajar con ella, que r¨ªe feliz a 12 grados bajo cero bajo su m¨¢scara FFP2 en el podio donde recibe, no la medalla a¨²n, que recibir¨¢ en una nueva ceremonia, sino un peluche de la mascota Bing Dwen, una panda gordito y casi tan feliz, o tan sonriente, como ella, que cuando vuelva a Espa?a lo celebrar¨¢ en un restaurante japon¨¦s, claro, comiendo sushi sin parpadear. De un bocado. Y cuando, siempre en coche, regrese a su casa en Laax, Suiza, cerca de uno de los mejores pipes que hay en el mundo, llevar¨¢ en el maletero buenas raciones de jam¨®n, y un buen cuchillo para cortarlo fino.
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