Boston tumba a Brooklyn en un primer partido memorable (115-114)

¡°No hemos tenido intensidad ni concentraci¨®n desde el calentamiento. Estoy muy decepcionado con el equipo¡±. Con estas palabras justificaba, Ime Udoka, entrenador de los Boston Celtics, una nueva derrota de los suyos all¨¢ por octubre, en pleno albor de la temporada. Cu¨¢nto ha cambiado el cuento en el TD Garden. Con un r¨¦cord imparable desde enero (33-10), los de Massachusetts escalaron posiciones de forma endiablada en el Este y se citaron en primera ronda de los play offs con Brooklyn, eterna inc¨®gnita repleta de talento. Anoche, ante los Nets, los Celtics hicieron gala de su espl¨¦ndido estado de forma y, con una gran defensa, sepultaron las extravagancias de Durant e Irving, villano por excelencia en Boston, para poner el 1-0 en la serie de mayor relumbr¨®n de la primera ronda.

Los de Steve Nash, recibidos con abucheos por las casi 20.000 personas que abarrotaron el pabell¨®n, deber¨¢n agarrarse a las genialidades de sus estrellas en lo que queda de eliminatoria. No queda otra. Y puede que aun as¨ª no baste. Anoche, los Nets tuvieron m¨¢s acierto en el tiro desde todas las posiciones del campo, con un apabullante 46% desde el triple. Durant e Irving sumaron 62 puntos. Dragic fue el jugador con mejor m¨¢s menos en pista: +17. Pero no fue suficiente.

La defensa de Boston, como se vio en la ¨²ltima secuencia del partido, pas¨® por encima de unos Nets descompensados. Marcus Smart, flamante finalista a mejor defensor del a?o, gui¨® a los de Udoka a una presi¨®n asfixiante sobre los hombres de negro, ayer de blanco sobre el parqu¨¦. Con organizaci¨®n colectiva, todo se puede parar, incluso una dupla formada por Irving y Durant.

Como ya hiciera el curso pasado, Jayson Tatum, con 15 puntos y siete asistencias al descanso, elev¨® a los Celtics hasta competir como se le exige a este grupo desde hace a?os. Tras el paso ins¨ªpido de Brad Stevens por el banquillo ¡ªahora en los despachos¡ª, Udoka ha reparado unos plomos que parec¨ªan fundidos y ha devuelto, de nuevo, el orgullo verde a Boston.

En la segunda mitad, los locales tomaron ligera ventaja en el marcador, pero Durant, iluminado desde la media distancia, tocaba una y otra vez su sinton¨ªa favorita, la del bal¨®n contra la red ¡ªswish, como acu?aron en Estados Unidos ese sonido celestial¡ª. Uno se sorprende al repasar las estad¨ªsticas y ver que, sorpresa, el alero tambi¨¦n falla desde los cinco metros. Parece imposible.

El arre¨®n visitante recort¨® distancias al filo del ¨²ltimo cuarto, pero un gran tap¨®n de Jaylen Brown y un triple de Tatum cortaron la racha ante el fervor del TD Garden, ruidoso como pocos.

Ya en el ¨²ltimo tramo, Irving decidi¨® responder a los incesantes abucheos con dos triples consecutivos que colocaron a su equipo a solo tres puntos. A ocho del final, Durant sigui¨® a lo suyo y puso a Brooklyn por delante por primera vez en la segunda mitad. Desde ah¨ª, el partido subi¨® todav¨ªa m¨¢s la intensidad y ninguno de los dos equipos logr¨® despegarse en el marcador.

Al ¨²ltimo minuto se entr¨®, c¨®mo no, con empate (111-111). La grada, de pie, entonaba el cl¨¢sico¡±defense, defense¡± y, como si nada de eso sucediera a su alrededor, Irving segu¨ªa anotando desde el triple. El base, que cumple este mes el ayuno por ramad¨¢n, hab¨ªa dedicado minutos antes una peineta a una afici¨®n a la que jur¨® amor eterno a?os atr¨¢s.

Boston se recuper¨® del golpe y, con una defensa acad¨¦mica de Smart, Horford y Tatum, forz¨® a Durant a un triple imposible que se estrell¨® contra el aro. Tras el rebote, capturado por Horford, los Celtics dispon¨ªan de poco m¨¢s de diez segundos para cruzar el campo y darle la vuelta al marcador, que marchaba 113-114. Tras una gran combinaci¨®n de pases esquinados y amagos de tiro, el bal¨®n lleg¨® a Tatum, que se anticip¨® a las manos de Irving y, con un reverso inveros¨ªmil, solt¨® el bal¨®n contra el tablero antes de que el reloj llegara a cero. Canasta y victoria para unos Celtics que, este a?o s¨ª, sue?an a lo grande.

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