El efecto microondas de Eduardo Camavinga
El franc¨¦s, de 19 a?os, es decisivo en momentos de extrema necesidad del Real Madrid en la Champions y se presenta como el nuevo proyecto para oxigenar a Casemiro
Cuando todo el mundo miraba solo a Kylian Mbapp¨¦, apareci¨® Eduardo Camavinga. El pasado verano, 24 horas antes del cierre del mercado de fichajes, mientras Espa?a devoraba la primera temporada del mayor culebr¨®n de este tiempo (literalmente) por las maniobras del Real Madrid para atraerse sin demora a la estrella del PSG, el ¨²nico que lleg¨® al Bernab¨¦u fue el medio franc¨¦s, que acababa de estrenar la mayor¨ªa de edad y que tambi¨¦n era pretendido por el equipo parisino, enemigo ¨ªntimo de los blancos. ¡°Me ha sorprendido su personalidad, la verdad¡±, reaccion¨® Carlo Ancelotti nada m¨¢s conocer a este adolescente que ya aterriz¨® en Valdebebas con mucha historia personal, por haber nacido en un campo de refugiados de Angola -adonde se hab¨ªa marchado su familia para huir de la guerra del Congo- y haberse quemado durante la infancia su casa francesa.
Despu¨¦s de un arranque alegre, el invierno lo hab¨ªa encapotado y ha sido ahora, en esta primavera al l¨ªmite, cuando Camavinga ha dejado fogonazos de verdad. El estado de extrema necesidad en el que se ha movido el Madrid en la Champions le ha abierto una v¨ªa y el galo se ha desplegado con sus piernas largas y fogosas para mostrar lo mejor de su repertorio (intensidad y toque) y aliviar sus agujeros de juventud. Ante el PSG, Chelsea y City sali¨® en desventaja como recurso de urgencia y termin¨® echando paladas a la hoguera de la Castellana. Frente al conjunto de Guardiola, adem¨¢s, lo hizo sin agarraderas, sin el abrigo de Casemiro, Kroos ni Modric, sustituidos en el tramo final. No pareci¨® importarle: puso el centro en la cocina del empate, se recorri¨® el campo con el bal¨®n en el pie en la fabricaci¨®n del penalti a Benzema, y se movi¨® con determinaci¨®n en el abismo. ¡°Est¨¢ muy por encima de las expectativas puestas para su primer a?o¡±, admiten en el club.
Se ha movido mejor en la precariedad del equipo que saliendo de inicio
En la precariedad del Madrid es donde mejor se ha sentido, como elemento microondas. Cuando ha salido de inicio, sin embargo, le ha solido costar m¨¢s. En oto?o, frente a Osasuna, Ancelotti abandonaba su habitual calma para revolverse en la banda ante el exceso de vehemencia del franc¨¦s, que ya cargaba una tarjeta y no le importaba arriesgar para tratar de robar balones en zonas evitables. No tard¨® en relevarlo, igual que hace un mes en el Pizju¨¢n. ¡°A veces se equivoca al ir con demasiada prisa¡±, le advirti¨® en oto?o Casemiro. Pas¨® unos meses a la sombra, mostrando m¨¢s sus carencias (falta de oficio) que sus virtudes, hasta que en los dos ¨²ltimos meses, en el desfiladero de la Champions, ha agitado en serio la melena.
Todav¨ªa en fase de construcci¨®n, nadie tiene claro qu¨¦ ser¨¢ exactamente cuando termine la mili, si mediocentro o volante. Ha ejercido en ambos puestos, tanto en el Rennes como en el Madrid, y por su ternura quiz¨¢s ahora le resulte m¨¢s c¨®moda el segundo, aunque su entorno de trabajo siempre ha apuntado que en el futuro lo ve m¨¢s como lo primero. Una posici¨®n m¨¢s delicada, pero donde el Madrid tiene m¨¢s necesidades. Y en ese aprendizaje est¨¢. ¡°Le he forzado un poco a jugar de pivote porque creo que lo puede hacer. Tiene calidad y energ¨ªa¡±, explicaba hace unas semanas un Ancelotti que aprecia su sacudida y al mismo tiempo teme sus excesos de ¨ªmpetu. Con los altibajos inevitables de la edad, Camavinga es ahora el gran proyecto para oxigenar a Casemiro, que nunca ha tenido un doble de garant¨ªas m¨¢s all¨¢ de tres meses pasajeros del otro Marcos Llorente.
¡°Sin complejos¡±
¡°Un chico sorprendente, sin complejos, sin temor a nada¡±, lo definen intramuros de la ciudad deportiva. ¡°Edu¡±, para algunos veteranos del vestuario, se trajo a toda la familia a Espa?a (es el tercero de seis hermanos) y no tard¨® en comprarse una gran casa en las afueras de la capital para todo el clan.
¡°Est¨¢ muy por encima de las expectativas para su primer a?o¡±, admiten en el club
Quinto en el escalaf¨®n de centrocampistas del Bernab¨¦u, la ventilaci¨®n que ha aportado esta primavera ha simbolizado, junto a la crecida de Valverde, los movimientos que vive la medular blanca. Durante el invierno, no hubo m¨¢s men¨² que el cl¨¢sico: Casemiro-Kroos-Modric. Los tres siguen conservando la etiqueta de innegociables y Ancelotti avis¨® que ser¨¢ dif¨ªcil que no salgan de inicio en los d¨ªas duros, pero ya no son siempre solo ellos. Al menos ahora, hay matices. El uruguayo ha ascendido a fijo en las noches de pico y pala, y en situaciones de gran necesidad el t¨¦cnico italiano prescindi¨® de alguno de ellos, o de todos. En la vuelta del Chelsea quit¨® a Kroos y Casemiro, y el mi¨¦rcoles contra el City, a los tres. Sin ellos remont¨® el Madrid. Un rejuvenecimiento que tambi¨¦n ha ayudado a una estad¨ªstica demoledora en la Liga de Campeones: el Madrid mete m¨¢s goles en el ¨²ltimo cuarto de hora y las pr¨®rrogas (ocho) que en los 75 minutos precedentes (seis).
Un frenop¨¢tico de Champions que tiene un punto capic¨²a, y con Camavinga como protagonista de un thriller con Rodrygo de personaje estrella. En septiembre, los blancos empezaron ganando al Inter (0-1) con una acci¨®n de ambos en el 89, y contra el Manchester City prolongaron su particular locura con ellos dos reanimando a un equipo comatoso. Los 19 a?os del galo ya se dejan ver.
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