Nibali anuncia en el Giro de Italia su retirada del ciclismo en octubre

Juanpe L¨®pez vive el Giro de Italia de rosa y a¨²n en una nube. Habla en ingl¨¦s cuando le preguntan en italiano y tambi¨¦n cuando le preguntan en espa?ol, y en espa?ol cuando le preguntan en ingl¨¦s. ¡°No pienso en el futuro, en qu¨¦ ser¨¢ de m¨ª en el futuro. Solo pienso en el momento, en gozar cada minuto, d¨ªa a d¨ªa¡±. En su burbuja, un lugar ideal, mental, en el que no influye la geograf¨ªa la temperatura, el reloj, y ajeno al mundo, el chaval de Lebrija se presenta el primero de su equipo al podio, y mucho antes de la hora fijada. Se sienta en una silla mientras otros equipos suben saludan, firman, y espera, impaciente. Enloquece de emoci¨®n, dice. ¡°Es incre¨ªble, todo el mundo te llama por tu nombre, te pide fotos¡­ no me lo creo todav¨ªa¡±.

Juanpe, impaciente en el podio de salida, no lo sabe, pero tiene una cita en Messina con la historia de Nibali, que llega a su pueblo, casi a las puertas de la papeler¨ªa de su familia, y el quiosco de alquiler de pel¨ªculas de v¨ªdeo en el que pasaba las horas muertas de ni?o, las horas en las que no cog¨ªa la Benotto con los amigos para hacer la cabra por la calles y los caminos que llevan al mar, y hasta el cabo Peloro, donde el pil¨®n de 211 metros, una modesta torre Eiffel por la que llegaba en gigantes cables colgados la electricidad a su isla, la vida, desde Calabria. Y a veces sub¨ªa hasta la nieve del Etna, las cuestas en las que el martes encontr¨® sus l¨ªmites. Eso fue antes de decidir tomar el ferry, chaval, juvenil escu¨¢lido, viajar noches y d¨ªas enteros de tren hasta Toscana, ida y vuelta cada dos por tres, y hacerse ciclista, y campe¨®n, y convertirse en el Squalo dello Stretto, el tibur¨®n que lleva tatuado en su piel.

La vida de Juanpe, 24 a?os, nombre para el futuro del ciclismo, y la de Nibali se cruzan en Messina, donde el Tibur¨®n, en su casa, 37 a?os, anuncia que deja el ciclismo, que cuelga la bicicleta antes de cumplir los 38, en octubre, disputado el Lombard¨ªa, el monumento m¨¢s cercano a su coraz¨®n, y un poco tambi¨¦n la San Remo. En la RAI le llevan al estudio volante y all¨ª le esperan sus padres, Giovanna y Salvatore, y a ¨¦l, tan siciliano, m¨¢s italiano que ninguno, se emociona y le lloran los ojos, y con ellos h¨²medos lo dice, con la voz muy baja, como para no o¨ªrse. ¡°Este es mi ¨²ltimo Giro. Esta es mi ¨²ltima temporada en el ciclismo¡±.

El 8 de octubre, en Como, dir¨¢ adi¨®s al ciclismo junto a Alejandro Valverde, cuatro a?os y medio m¨¢s viejo. Se van dos de los que m¨¢s han marcado, junto a Alberto Contador y Froome, las dos primeras d¨¦cadas del siglo XXI. Nibali es para los italianos el nuevo Felice Gimondi, el dios de los a?os 60, el rival siempre derrotado por Merckx, muerto hace nada justamente a pocos kil¨®metros de Messina, mientras nadaba en la playa de Giardino Naxos, a la sombra de la elevada Taormina. Como Gimondi, y como solo en la historia Anquetil, Merckx, Hinault, Contador y Froome, Nibali ha ganado las tres grandes, un Tour, una Vuelta, dos Giros. Y es solo el sexto italiano, a la altura de Bartali, Coppi, Nencini, Gimondi siempre, y Pantani, que ha ganado el Tour de Francia en la posguerra. Simb¨®licamente, como si se tratara de un dise?o estudiado cuidadosamente, la ¨²ltima victoria de Nibali en competici¨®n, hasta ahora, se produjo el 1 de octubre pasado. Fue una etapa en la vecina Mascali que le supuso el triunfo en la general del Giro de Sicilia. Segundo fue, of course, Alejandro Valverde.

El ocho de octubre habr¨¢ cumplido ya 18 a?os con los mejores del mundo, en algunos de los mejores equipos, Fassa Bortolo, Liquigas, Astana, Bahrein y Trek, el grupo en el que cuando lleg¨® en 2020, a los 35 a?os, ya crec¨ªa un chavalillo de Lebrija, Juanpe L¨®pez, que vio de rosa en su Messina el anuncio de su adi¨®s, y sigue en su nube.

Y cuando habla, y se siente tan satisfecho por haber conservado la maglia rosa de l¨ªder, pasan delante de ¨¦l como una flecha todos los dem¨¢s ciclistas, con prisa por llegar al barco que les cruce el estrecho de Messina, 20 minutos, hasta Calabria, para iniciar el ascenso de la pen¨ªnsula el jueves por la costa del Tirreno tempestuoso. Solo un par de minutos antes, en la ¨²ltima recta, v¨ªa Garibaldi junto al puerto, un Groupama, el gigantesco neerland¨¦s Ramon Sinkeldam, ha puesto al pelot¨®n en fila detr¨¢s de ¨¦l a m¨¢s de 70 por hora, y ha regalado su rebufo a su jefe, el sprinter franc¨¦s Arnaud D¨¦mare, que, a 200 metros de la ¨²ltima pancarta, toma la cabeza y gana por delante del enfadado Fernando Gaviria, quien se siente traicionado por su bici, un sprint al que no llegaron ni Cavendish ni Ewan, anclados en un puerto largo, interminable, de segunda, por su poca disposici¨®n para el esfuerzo largo y la escalada, por la aceleraci¨®n en cabeza de los equipos con sprinters rivales. D¨¦mare se queda tambi¨¦n cortado pero logra enlazar gracias al esfuerzo de su Jacopo Guarnieri, quien por un d¨ªa no es su ¨²ltimo hombre en la llegada en la que, varios meses despu¨¦s de octubre pasado y su Par¨ªs-Tours, vuelve a levantar los brazos. Es la sexta etapa que gana en tres Giros el mejor de los sprinters franceses, y su quinto triunfo lo consigui¨® hace a?o y medio en Cesenatico, el pueblo de Pantani, y tambi¨¦n ha ganado una San Remo, como Vincenzo Nibali, que se hace due?o y gran protagonista de la ¨²ltima jornada siciliana del que ¨¦l anuncia es su ¨²ltimo Giro. Y antes de ello se acerca a Juanpe y le da la enhorabuena, y al lebrijano se le ponen los pelos de punta, emocionado siempre, orgulloso de que ¡°una leyenda como Nibali¡± le d¨¦ la enhorabuena a ¨¦l, Juanpe.

Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.