Adriana Cerezo, bronce en el Europeo de taekwondo tras el tsunami emocional de la plata ol¨ªmpica
La espa?ola, ya mayor de edad, compagina los estudios con los entrenamientos y cuenta c¨®mo ha trabajado junto a su t¨¦cnico la responsabilidad que supuso la medalla en los Juegos de Tokio
¡°Ahora competir es disfrutar¡±, dice Adriana Cerezo, ya mayor de edad y cuya sonrisa antes de saltar al tatami dio la vuelta al mundo desde los Juegos de Tokio y sigue contagiando a todos aquellos que la ven y la rodean. En Tokio ten¨ªa 17 a?os, debutaba en una cita ol¨ªmpica y su desparpajo asombr¨® a todos. Porque competir es disfrutar. Disfrut¨® de nuevo en el pabell¨®n de Manchester, los aros ol¨ªmpicos tatuados en la parte baja de la nuca, donde este jueves se colg¨® el bronce en la categor¨ªa -49 kg en el Europeo que se disputa ¨Ccon p¨²blico y sin atletas rusos por la invasi¨®n de Ucrania ordenada por Putin- en la ciudad inglesa. Conociendo su car¨¢cter tan competitivo -no ha vuelto a ver la final de los Juegos de Tokio en la que perdi¨® el oro por un suspiro en los ¨²ltimos segundos- no estar¨¢ del todo satisfecha con la medalla de bronce. El combate, 3-3 tras los asaltos reglamentarios, se tuvo que decidir en el punto de oro y lo gan¨® la turca Merve Dincel por 3-1. Era una final anticipada, pero el cuadro quiso que la espa?ola y Dincel se cruzaran en semis. Y se impuso la turca. Por la ma?ana, Cerezo hab¨ªa eliminado a la finlandesa Jenna Ylonen (22-2) y a la italiana Martina Corelli (21-1).
Entre un combate y otro contaba por whatsapp Jes¨²s Ramal, su t¨¦cnico: ¡°La he visto muy centrada, me gusta como lo est¨¢ haciendo¡±. Y al mismo tiempo advert¨ªa: ¡°las semis son como una final anticipada, la turca es una rival muy dura, es una de las favoritas por los ¨²ltimos resultados¡±. Ramal vio los combates desde la grada porque las normas federativas obligan que con las y los taekwondistas que no son del CAR (Centro de Alto Rendimiento) se sienten a pie de tapiz los t¨¦cnicos federativos en Europeos, Mundiales y Juegos Ol¨ªmpicos.
La ni?a maravilla se ha hecho mayor en este Europeo, el primero en el que compite siendo senior. Antes lo hac¨ªa y cosechaba medallas, pero siendo todav¨ªa j¨²nior o sub-21. Sigue con sus estudios, est¨¢ en primero de criminolog¨ªa en la Universidad de Alcal¨¢. Centrada y disciplinada, siempre, en todo lo que hace ¡ªlo dicen sus padres y lo dice tambi¨¦n su entrenador¡ª, compagina las clases en la Universidad con los entrenamientos, con los m¨²ltiples compromisos derivados de una medalla ol¨ªmpica y se ayuda con el mindfulness. Son t¨¦cnicas de meditaci¨®n diarias de diez minutos que empez¨® a usar hace tiempo y que le ayudan a centrarse y a no ir a mil por hora todo el d¨ªa.
Hace equilibrios para poder combinarlo todo, como, se supone, intenta hacer cualquier adolescente normal. Pero ella ya no es la desconocida que solo estudia y hace taekwondo. Es plata ol¨ªmpica. Y en Tokio se dio cuenta de lo que significaba aquello cuando volvi¨® al vestuario a recoger sus cosas despu¨¦s del ¨²ltimo combate, ech¨® una ojeada al m¨®vil y vio que hab¨ªa ¡°millones¡± de mensajes. ¡°Voy asimilando poco a poco lo que he conseguido¡± confesaba unos d¨ªas despu¨¦s a este peri¨®dico.
El torbellino que es ella gener¨® un tsunami que embisti¨® a todos. A ella misma, a su entorno. Pero, dice Jes¨²s Ramal, su t¨¦cnico, que la propia Adriana, su familia y el club en el que se ha formado se han encargado de seguir con los pies en la tierra. Y de hecho, en las paredes del Hankuk sigue estando todo como antes. La ¨²nica foto que hay de Adriana es la que hab¨ªa antes de los Juegos, de su primera medalla (12 a?os, categor¨ªa cadete) en un Open de Estados Unidos cuando era una renacuaja. No hay posters de Tokio. Nada. Es su peque?o mundo que quiere seguir siendo peque?o y protegerla y no hacerle olvidar de donde viene.
As¨ª lo explica Ramal. ¡°Hemos intentado no cambiar mucho nuestra forma de vida y lo hemos gestionado bien. Claro que se han multiplicado las peticiones de entrevistas, reportajes, ella es muy joven y son situaciones novedosas para nosotros tambi¨¦n que hemos estado siempre en el anonimato, trabajando en la sombra. Y ahora nos encontramos con una estrella del deporte¡±. Que sigue con los pies en el suelo. Y con una familia que le ha ense?ado a hacerlo desde peque?ita. Su padre sigue apareciendo por el club de vez en cuando para verla entrenar, pero se sienta en una silla lejos de todo, discreto. Y cuenta: ¡°A veces, cuando nos junt¨¢bamos con otros padres y nos contaban los peque?os problemas que ten¨ªan con sus hijos, casi nos daba verg¨¹enza tener que decir que Adri nunca nos dio uno¡±.
Todos son conscientes de que los momentos como estos ¡ªuna plata ol¨ªmpica y el camino hacia el oro de Par¨ªs 2024¡ª hay que disfrutarlos porque son ¨²nicos. ¡°Adri se centra sola por norma general, es inteligente, disciplinada, escucha. No hay que olvidar que tiene 18 a?os y dificultades ha habido, claro¡±. Ella misma reconoce que la vor¨¢gine post Juegos fue bestial y que se va calmando poco a poco. ¡°Intentamos gestionar de la mejor manera posible algo a lo que no est¨¢bamos acostumbrados. Encajarlo se hizo complicado porque no es nuestro estilo parar y dejar de lado el taekwondo¡±.
Ha tenido y sigue teniendo charlas a diario con su t¨¦cnico sobre el peso de la responsabilidad. Lo explica Ramal: ¡°Antes era una desconocida, ahora no. Y en los ¨²ltimos campeonatos previos al Europeo eso le ha podido un poco, estaba ansiosa de demostrar. Si no le sal¨ªa algo o si r¨¢pidamente no met¨ªa un punto, se enfadaba. Era ansiedad por querer, pero lo hemos mejorado¡±.
Y lo que quiere es competir y disfrutar. No siempre fue as¨ª, ella misma lo reconoce. Se enamor¨® del taekwondo despu¨¦s de probar el tenis, el patinaje art¨ªstico, el ballet, flamenco. ¡°Me recuerdo llorando porque no quer¨ªa entrar a la sala de flamenco¡±. Hasta que prob¨® con el taekwondo; pero hubo un momento, con diez a?os, en el que lo quiso dejar. ¡°Siempre ha sido mi vida, pero cuando lleg¨® el momento de competir a alto nivel, no sab¨ªa lo que significaba eso, porque yo solo hac¨ªa taekwondo para divertirme. Me pill¨® tan de golpe que empec¨¦ a tener ansiedad¡±, confesaba en este v¨ªdeoreportaje.
Sus padres la llevaron al club Hankuk con 11 a?os. Y all¨ª, cuenta Suvi Mikkonen, la otra entrenadora, deslumbr¨® a todos. ¡°Cada ni?o que llega aqu¨ª tiene algo diferente, para el grupo de competici¨®n lo que buscamos es que tenga algo especial. Y Adriana, aparte de la flexibilidad que es un factor importante, era feliz entrenando. Ten¨ªa tantas ganas de entrenar que hab¨ªa dos d¨ªas a la semana que ven¨ªa sola [en aquella ¨¦poca no hab¨ªa grupo de su edad] estaba con Jes¨²s y conmigo y era feliz. Y no necesitaba nada m¨¢s. Disfrutaba de esa atenci¨®n, de estar ah¨ª, de entrenar. Y ese es el talento especial que buscamos¡±.
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