Real Madrid y Liverpool juegan la final de las finales
El conjunto blanco y el ¡®red¡¯, dos clubes m¨ªticos hoy muy equilibrados, dirimen en Par¨ªs, cuna de la Champions League, el partido decisivo m¨¢s repetido de la Copa de Europa
No habr¨¢, por ahora, finales m¨¢s referidas que aquellas en las que se retaron Liverpool y Real Madrid, que hoy dirimen su tercer asalto en la ciudad que alumbr¨® la Copa de Europa. La final m¨¢s repetida de la historia entre dos entidades que sumar¨¢n 27 presencias en la estaci¨®n previa a la cumbre (17 los blancos, 10 los reds). En el cartel de este s¨¢bado (La 1 y Movistar, 21.00), nada m¨¢s oportuno que la ilustre Par¨ªs como escenario de abolengo para dos instituciones mitol¨®gicas. Si los ingleses concibieron el f¨²tbol, fue Francia quien consagr¨® la Copa de Europa y el Real Madrid quien desde 1956 hasta la fecha m¨¢s fulgor ha procurado al campeonato de clubes por excelencia. Y nadie representa mejor al f¨²tbol ingl¨¦s que el legendario Liverpool de las seis Orejonas, a una del Milan, a siete del regio Madrid y una por encima del Bayern. Nadie ha patrimonializado la Copa como el Real, y casi nadie como su adversario.
Inglaterra, Par¨ªs, Madrid. Los tres ejes vertebradores de la Copa. Una valentonada inglesa prendi¨® la mecha cuando el 13 de diciembre de 1954 el Wolverhampton Wanderers del gran Billy Wright venci¨® por 3-2, en su estadio del Molineux, en un amistoso contra el m¨¢gico Honved de Budapest del inmortal Puskas. El Wolves fue proclamado por la prensa local como el mejor club del mundo. El diario L¡¯?quipe recogi¨® el guante y reglament¨® el ¨®rdago lanzado por los ingleses, del que hizo bandera como ninguno Santiago Bernab¨¦u. Inglaterra demor¨® un curso su entrada en el torneo global y su primer t¨ªtulo no lleg¨® hasta 1968 ¡ªManchester United, un a?o despu¨¦s del escoc¨¦s Celtic de Glasgow¡ª.
Tal es el prestigio de Madrid y Liverpool, en gran parte por el fetichismo de la Copa de Europa, que ambos presentan una hoja de servicios abrumadora. No es casual que sea un madridista como Carlo Ancelotti quien pueda convertirse en Saint-Denis en el t¨¦cnico con m¨¢s entorchados. De lograr su cuarta Copa dejar¨ªa atr¨¢s a otro real¨ªsimo como Zinedine Zidane y a Bob Paisley, divisa eterna del exclusivo Boot Room del Liverpool. Aquel cobertizo de las botas que serv¨ªa de mesa redonda para las deliberaciones de Bill Shankly, el propio Paisley, Reuben Bennett, Tom Saunders, Joe Fagan, Ronnie Moran, Roy Evans... todos instructores del encepado club del Mersey.
Al margen de la contabilidad de los t¨ªtulos, la m¨ªstica hila a estos dos equipos. Dos entidades resistentes como pocas cuando hubo sequ¨ªa de ¨¦xitos. O cuando, en el caso de los reds, llegaron las tragedias (Heysel, Hillsborough).
El Liverpool nunca camin¨® solo, como el Madrid nunca dej¨® de volver. Las ¨¦picas remontadas del Real se han debatido sin ¨¦xito hasta en el m¨¢s all¨¢. Pero, con permiso del United y su doble latigazo terminal al Bayern en 1999, no hubo final m¨¢s heroica que la de 2005. En Estambul, con la banda sonora del You¡¯ll never walk alone en vena, resucit¨® el equipo de Anfield para rebasar tres goles de desventaja al descanso. Fue ante el Milan que entrenaba Ancelotti, blas¨®n de la anormal normalidad blanca de esta temporada. De prodigio en prodigio hasta el Par¨ªs del PSG, tras el paso por Londres y un sector de M¨¢nchester.
Si no es casual la cima a la vista de Ancelotti como t¨¦cnico del Real, tampoco resultar¨¢ adventicio que hasta nueve jugadores blancos entren en el olimpo de aquellos que han conquistado cinco Copas. De conseguirlo, Carvajal, Isco, Bale, Benzema, Marcelo, Modric, Casemiro, Kroos y Nacho se a?adir¨ªan a otros seis madridistas que lo lograron sin cambiar de camiseta y se quedar¨ªan a una del infinito Gento. Mucho que rebobinar entre Liverpool ¡ªel ¨²ltimo que derrot¨® a los merengues en una final (1981)¡ª y Real Madrid ¡ªque fundi¨® a su oponente en 2018¡ª. En esta ocasi¨®n, el cuadro de J¨¹rgen Klopp se presentar¨¢ al partido del siglo por los siglos (el siguiente estar¨¢ a punto de llegar) con un portero.
En el bando liverpuliano, todos conf¨ªan en que esta vez no se lastime Salah a la media hora. El Liverpool, como reconoci¨® el viernes el preparador alem¨¢n, se ve entero, incluso con la participaci¨®n de los renqueantes Thiago y Fabinho. Klopp, al estilo de sus gloriosos antepasados en el cargo, ha logrado cuajar un equipo mosquetero, en el que computa m¨¢s lo gregario que los solistas. Los hay, y muy buenos, como Van Dijk, Salah y Man¨¦, pero la marcha general es lo que da volumen a este Liverpool. Es probable que los expertos solo alistaran a los dos primeros mencionados en una alineaci¨®n titular del Madrid de Benzema, Modric, Vinicius... en el Real, con todos los futbolistas al grito de ?presente! en Par¨ªs, proliferaron las divinidades.
Con unos 100.000 aficionados llegados a la capital francesa ¡ªmayor¨ªa roja, la afici¨®n blanca es mucho m¨¢s remisa a desplazarse sin entrada¡ª en Saint-Denis, con aforo para 80.000 espectadores, ese estadio que inaugur¨® en enero de 1988 Zidane con un gol a Espa?a, habr¨¢ mucho que contar. Desde ya, la final por excelencia entre las 67 selladas con tan solo 22 equipos entronizados. Casi nada. La final de las finales.
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