Girona como punto de cita de madridistas

En 1976 accedi¨® a la presidencia del Girona un hombre singular, Maurici Duran Garc¨ªa. De familia de payeses, era demasiado inquieto y comunicativo como para quedarse atado al terreno y eligi¨® otros caminos. Se hizo locutor y guionista en diversos medios gerundenses, La Voz de Girona, Radio Popular de Figueres, Radio Girona, Radio Olot, Radio Costa Brava, Radio Banyoles¡­ Sus temas favoritos eran las fiestas populares y el deporte. Por ese camino lleg¨® a ser presidente del Banyoles antes de llegar al Girona.

En Banyoles ya hizo t¨¢ndem con Xavier Agust¨ª. Hab¨ªa sido jugador del Plus Ultra cuando estuvo en Madrid estudiando la carrera y estaba en el Banyoles cuando lleg¨® Duran. En el f¨²tbol fue de todo: entrenador, organizador, directivo¡­ Un tipo de esos que cortan un fideo en el aire. Le¨ª de ¨¦l que en la ¨¦poca en que no hab¨ªa cambios utiliz¨® 20 en un partido del Banyoles. Los rivales se fueron dando cuenta, denunciaron el hecho al ¨¢rbitro, se revisaron las fichas y result¨® que todas correspond¨ªan a los que hab¨ªan salido tras el descanso; eran los de la primera parte los que hab¨ªan jugado de matute.

En la 76-77, el equipo ascendi¨® a Segunda B tras casi 20 a?os en Tercera Divisi¨®n. El d¨²o dirigente pens¨® que era la hora de presentar al club a lo grande y entre los contactos de Agust¨ª en Madrid y la audacia de Duran consiguieron que el Madrid participara en el lanzamiento de su gran idea, el Trofeo Ciudad Inmortal de Girona. Para entonces ya exist¨ªa el campo de Montilivi, aunque con una capacidad menor que ahora, y la ¨²nica forma de cubrir el cach¨¦ del Madrid fue poner unos precios literalmente inauditos para un campo de Segunda B.

Pero result¨®. La noche del 20 de agosto de 1977, las playas se vaciaron. El Madrid lleg¨® con su mejor equipo, en el que brillaban nombres como Garc¨ªa Rem¨®n, Ur¨ªa, San Jos¨¦, Benito, Sol, Stielike, Santillana, Guerini¡­ El Girona, que presentaba sus novedades de la temporada, jug¨® un partido espl¨¦ndido, tanto que la cosa acab¨® 0-0, y eso que el equipo local estrell¨® tres tiros en los palos. El trofeo se lo llev¨® el Real Madrid, que gan¨® 3-1 en los penaltis, donde se not¨® la inseguridad de los lanzadores de casa.

El a?o siguiente no se pudo repetir la experiencia porque el Girona hab¨ªa fichado a un jugador del Murcia, Vida?a, y en las condiciones del contrato figuraba que el Murcia participar¨ªa en el Inmortal de Girona, que finalmente ganar¨ªa 1-3.

Pero para 1979 volvi¨® el Madrid, ya con Boskov de entrenador. De nuevo con el equipo titular, en el que esta vez estuvieron Juanito y Del Bosque. Result¨® que la fecha escogida coincidi¨® con la final del Gamper, para la que se clasific¨® el Bar?a, y el presidente madridista, Luis de Carlos, acept¨® el ruego del Girona de aplazar un d¨ªa el partido, para no coincidir (el Bar?a invitar¨ªa a los madridistas a su final). Aquel detalle de admitir el cambio de fecha fue muy valorado por la gente del Girona, que as¨ª aseguraba m¨¢s el llenazo. Luego, la acumulaci¨®n de p¨²blico en las puertas hizo que el inicio se retrasara 15 minutos. M¨¢s avisado, el Madrid manej¨® esta vez bien el partido y gan¨® 0-4.

Volvi¨® en 1980, aunque con reticencias, porque cost¨® cobrar lo del a?o anterior y fue como agua de mayo para el Girona, porque estaba celebrando su cincuentenario y, echando la casa por la ventana, hab¨ªa invitado a la Real al Trofeo Costa Brava, que se jugaba all¨ª tambi¨¦n cada a?o, aunque en general con menos pretensiones. La Real no arrastr¨® p¨²blico (a pesar de que estaba en sus mejores a?os) y dej¨® un d¨¦ficit que vino a agravar el que ya produjo el incendio del bingo del club. Los bingos estaban entonces muy de moda y eran fuente de financiaci¨®n de los equipos de f¨²tbol. Aquel fue el mejor de los partidos, muy equilibrado. Estaba 1-1 en el munuto 70 cuando el Girona se derrumb¨® y acab¨® perdiendo 1-4. Manuel Guti¨¦rrez Mellado, de veraneo all¨ª, entreg¨® el trofeo.

Y a¨²n regresar¨ªa el Madrid en 1981, pero esta vez qued¨® claro que la f¨®rmula se agotaba. No hubo lleno, pese a que, una vez m¨¢s, fue con los mejores. El partido fue soso, acab¨® 0-3 y de nuevo Guti¨¦rrez Mellado entreg¨® la copa tras el duelo.

El Real Madrid no regres¨® a Montilivi hasta el ascenso del Girona a Primera hace pocos a?os, felizmente revivido anoche, pero aquella presencia tan repetida sent¨® las bases para la creaci¨®n de numerosas pe?as en Catalu?a.

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