El f¨²tbol era los domingos

El f¨²tbol de hoy nos predice c¨®mo ser¨¢ la afici¨®n del ma?ana. Porque el de ayer nos explica c¨®mo ha sido, hasta el momento, la pasi¨®n por el balompi¨¦. La hinchada actual est¨¢ forjada en las tardes de domingo -quiz¨¢s con recuerdos en blanco y negro-. El partido era como un oasis en la ¨²ltima parada antes de la vuelta a la rutina de los lunes. En esas sobremesas en las que la melancol¨ªa comenzaba a adue?arse de los corazones, la radio -ni Internet ni m¨®viles- y en ocasiones la televisi¨®n -muy contadas para los equipos menos poderosos- marcaban el tono de lo que quedaba de tarde.

Si se ten¨ªa la suerte de acudir al estadio, el ritual se extend¨ªa un par de horas m¨¢s, ya fuera en la previa o en un tercer tiempo improvisado. Y luego, una vez finalizado el encuentro, el peso del s¨¦ptimo d¨ªa de la semana envolv¨ªa de nuevo las almas, recordando que al d¨ªa siguiente empezaba de nuevo la vida. Y siempre estaba mejor retomarla con una victoria o con un sabroso empate fuera de casa, de los que sumaban positivos.

En Los h¨¦roes del domingo (Cult Books) Fernando Cuesta rememora los principales nombres de una ¨¦poca -mediados del siglo pasado- que en Espa?a se vivi¨® sin color, pero que permiti¨® a miles de hinchas forjar su pasi¨®n y engrandecer el balompi¨¦ dom¨¦stico hasta convertirlo en el producto global y diario en el que se ha convertido hoy. Clasific¨¢ndolos por nacionalidad, por posici¨®n, por formaci¨®n acad¨¦mica, exotismo o, incluso, por si ten¨ªan poco pelo, Cuesta ofrece una extensa selecci¨®n de nombres, glosada con rigor y con cierto aire de nostalgia. Un manual para desenterrar los cimientos del f¨²tbol espa?ol -en cada historia de ayer se adivinan cosas que suceden hoy- y para recordar los tiempos en los que todos los domingos hab¨ªa f¨²tbol de todos los equipos.

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